Rusos en territorio rumano en la Primera Guerra Mundial
Steliu Lambru, 17.11.2020, 12:17
En la
Primera Guerra Mundial, Rumanía fue aliada de Francia, Inglaterra y Rusia.
Derrotado en la campaña militar del sur de 1916, el ejército rumano se retiró
al este de Moldavia donde un millón de soldados rusos fueron movilizados para
resistir los ataques germano-austrohúngaros. Sin embargo, en un año y unos
meses, los soldados rusos estacionados en Rumanía pasaron del orden a la
anarquía.
El
historiador Serban Pavelescu del Instituto de Estudios Políticos de Defensa e
Historia Militar editó el volumen El aliado enemigo. El
libro contiene memorias rumanas originales escritas por dos generales rusos,
Nikolai A. Monkevitz y Aleksandr N. Vinogradski, que estuvieron en el frente
rumano entre los años 1917 y 1918. Los dos generales rusos describieron las
circunstancias de la guerra, las relaciones humanas, fragmentos de la realidad
cotidiana.
Șerban
Pavelescu explica a continuación las elecciones que hizo Rumanía durante la
Gran Guerra, entre Alemania y Rusia, que entró en guerra junto a la Entente,
pese a que formaba parte de la Triple Alianza.
Rumanía
no quería aliarse con Rusia porque la historia de sus relaciones con Rusia la
hacían desconfiar. Rumanía incluso se había unido a la Triple Alianza para
encontrar una solución a la amenaza y el riesgo de la seguridad militar que
planteaba Rusia. Por otro lado, sin embargo, Rumanía quería aliarse con
Francia, al igual que en 1883 cuando quiso aliarse con Alemania y tuvo que
tragarse la amarga píldora austrohúngara. Por lo tanto, Rumanía quería esta vez
aliarse con Francia y Gran Bretaña, por lo que tuvo que tragarse la píldora
rusa.
Así comenzó la aventura rumano-rusa
al filo de la navaja, una alianza mantenida viva por los franceses. Șerban
Pavelescu.
Las relaciones de mando eran bastante justas. Lo
que hizo que la alianza funcionara sin grandes defecciones hasta la revolución
de febrero de 1917 fue la continua presencia y las diligencias de la misión
militar francesa encabezada por el general Henri Mathias Berthelot. La misión
militar francesa se encargó de la dotación y el entrenamiento militar rumano y
mantuvo buenas relaciones con el gran aliado ruso. Estas relaciones suponían la
vigilancia de los envíos de equipos, municiones y otros suministros de guerra
que venían por un camino desviado a Mammask y cruzaban todo el territorio ruso
hasta Rumanía. Había miembros de la misión militar francesa presentes en cada
nudo ferroviario haciendo posible esos envíos cuando la prioridad eran las
necesidades del frente ruso.
Sin embargo, la alianza rumano-rusa había sido construida
bajo las sospechas de los rumanos y la arrogancia de los rusos. Șerban
Pavelescu con más detalles.
Los rusos, cuando entraron en guerra, comunicaron a
los franceses que para ellos el frente rumano era absurdo y que era imposible
defenderlo. En su opinión, lo que los rumanos habían pedido y los Aliados
habían aceptado, a saber, mantener el frente sur, era algo imposible de realizar.
Los rusos fijaron su primera línea ideal en el río Siret. Mencionaría además la
lentitud con la que las tropas rusas intervinieron en los combates mientras el
ejército rumano luchaba por hacer frente a las circunstancias y mantener los
pasos de los Cárpatos y luego defender las posiciones en los ríos Jiu y Olt.
Los rusos intervinieron demasiado tarde en la batalla de Bucarest. Además, en
el frente sur de Dobrogea enviaron algunas tropas de sacrificio, entre ellas la
heroica división serbia que perdió casi la mitad de su fuerza en batallas que
no cambiaron el destino de la guerra.
La
alianza rumano-rusa funcionaba con síncopes, pero los dos generales rusos
afirmaban que sus militares en Rumanía estaban bien entrenados, bien
alimentados y cuidados, tenían suficientes armas y municiones y no habían sido
víctimas de las epidemias de fiebre recurrente y tifus exantemático. Sin
embargo, la revolución de febrero de 1917 lo cambiaría todo. Trajo la
desintegración del ejército ruso debido a la propaganda del movimiento
bolchevique y la abolición por el Gobierno provisional ruso de la disciplina
militar y la jerarquía. La ofensiva germano-austrohúngara en el verano de 1917
fue detenida por los esfuerzos sobrehumanos del ejército rumano, mientras que
en el norte, en Ucrania, unidades rusas enteras abandonaron los ejércitos de
las Potencias Centrales. Según Șerban Pavelescu, en poco tiempo, la frágil
alianza rumano-rusa se convertiría en una enemistad feroz.
Paulatinamente, el ejército ruso cambió su postura: de aliado, se
convirtió en algo incierto hasta que en el otoño de 1917 se transformó en
enemigo. La mayoría de las tropas rusas se encontraban detrás del frente, una
gran concentración de tropas rusas estaba en el área de Nicolina, por encima de
la ciudad de Iasi. La agitación y la propaganda bolchevique formada allí, los
comités revolucionarios creados después de octubre de 1917, amenazaban las
estructuras políticas y administrativas del Estado rumano. De esta realidad
hasta el conflicto fue sólo un paso que se daría en el invierno de 1917 y 1918,
cuando las tropas rumanas se vieron obligadas a intervenir contra el antiguo
aliado para evacuarlo de Rumanía. Esto llevaría a enfrentamientos directos
entre las tropas rumanas y rusas en 1918, ya que los militares rumanos trataban
de evitar que los militares rusos abandonaran el frente con equipos, armamento
y municiones. Detrás del frente, la falta de disciplina, la desorganización, la
agitación revolucionaria convirtieron a los soldados rusos en bandas de saqueadores
que destruyeron todo a su paso.
Al final
de la Primera Guerra Mundial, Rusia y Rumanía tomarán direcciones opuestas y
seguirán siendo enemigas: Rusia optará por el régimen comunista y Rumanía por
la democracia liberal.
Versión en español: Victoria Sepciu