Personalidades del emprendimiento rumano – Dumitru Mociornița
La economía de Rumanía registró mayor crecimiento especialmente después de que el Estado rumano fuera proclamado como soberano e independiente, a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Steliu Lambru, 21.12.2020, 16:00
La economía de Rumanía registró mayor crecimiento especialmente después de que el Estado rumano fuera proclamado como soberano e independiente, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Los créditos exteriores contribuyeron a la formación del sistema bancario rumano y de concesión de créditos que ofreció préstamos a los que tenían habilidades de emprendimiento para el desarrollo de los sectores económicos productivos. De modo especial la industria disfrutó de un tratamiento preferencial, siendo el segmento económico a través del cual se creaba un alto valor añadido. Así se desarrolló la clase de los emprendedores rumanos, gente valiosa e inteligente que se sirvió de todas apacidades para crear productos industriales y de consumo. Los grandes nombres del emprendimiento rumano fueron Max Auschnitt, Ion Gigurtu, Nicolae Malaxa, Aristide Blank y la lista puede continuar. De esta lista no puede faltar Dumitru Mociorniță, uno de los emprendedores más valiosos de Rumanía a comienzos del siglo XX.
Mociornița nació en 1885 en una familia de modesta condición. Sin embargo, su carrera brillante demuestra que el origen social casi no importa si las aptitudes nativas se mezclan con la educación y el apoyo de otras personas poderosas.
En 1997, el Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana grababa una entrevista al jurista Ionel Mociornița, hijo de Dumitru Mociornița, que resumía las condiciones que su padre había cumplido en la construcción de un negocio exitoso:
Mi padre, Dumitru Mociorniţa, hijo de un campesino pobre del pueblo de Ţintea, provincia de Prahova, escapó de su casa tras graduarse de la primaria y volvió a Rumanía después de graduarse de Hautes Etudes Commerciales en Paris. Vino a ver a su familia y con esta oportunidad conoció a mi madre, hija del empresario Grigore Alexandrescu, fundador de la industria de cuero y calzado de Rumanía que puso las bases de una pequeña fábrica en 1862. Se casó con mi madre y colaboró con mi abuelo hasta 1923. Luego pidió un préstamo del Banco General de Valaquia para comprar dos hectáreas de tierra en los alrededores de Bucarest, surcadas por aguas minerales. Después de haber drenado las tierras, construyó las fábricas Dumitru Mociorniţa, con sectores diferentes: calzado, confecciones, cuero, artículos de viaje, etc.
En 1923, Dumitru Mociorniță construyó la fábrica de calzado situada en la periferia de Bucarest. Con ayuda de los utillajes adquiridos por arrendamiento de Alemania y Reino Unido, en poco tiempo Mociornița se convirtió en el productor de calzado más importante de Rumanía entre las dos guerras mundiales. Era un negocio de familia y Mociornița preparó a sus hijos para que tomaran las riendas del negocio:
A los 11 años de edad, mi hermano y yo empezamos a aprender esta profesión. Cada día, desde las dos hasta las seis de la tarde, cuando regresábamos a casa para hacer nuestros deberes para el día siguiente, dedicamos nuestro tiempo a esta profesión y así logramos conocer todos sus secretos. Mi padre tenía un dicho: no puedes esperar que alguien haga lo que tú no eres capaz de hacer. Creo que tenía razón. Nosotros no disfrutamos de nuestra infancia, porque en vez de respirar el aire de Predeal o de Eforie, ciudades donde teníamos propiedades, él nos mandaba al extranjero, a las fábricas de cuero de Freiburg y Grenoble para perfeccionarnos. Pasamos por todas las etapas de esta profesión e hicimos el examen oficial en presencia de los sindicatos para poder obtener el diploma de aprendices.
Los productos de cuero Mociornița eran muy apreciados por los clientes. En 1945, cuando se instauró el régimen comunista, todo cambió tanto para Rumanía como para Dumitru Mociornița. El 11 de junio de 1948, se le confiscó la fábrica después de haber sido atacado durante muchos años por la prensa comunista y acusado de legionarismo.
Ionel Mociornița negó las acusaciones y en este sentido recordó un episodio sucedido durante la gobernanza legionaria:
El empresario Mociorniţa fue miembro del Partido Liberal, pero dejó de hacer política aunque tanto I. G. Duca como Gheorghe Tătărescu le propusieron ser ministro muchas veces. Para su sorpresa el rey Carlos II le nombró senador durante la formación de la primera dictadura rumana en 1938. Se nos prohibió pronunciar en casa el nombre de este rey. Era admirado por los legionarios y debo admitir que Corneliu Codreanu en sus discursos ponía de ejemplo a mi padre y solía decir que seríamos un país libre y rumano sólo si seguíamos el ejemplo del empresario Dumitru Mociorniţa. Mi padre no conoció personalmente a Codreanu, nunca habló con él. Cuando vinieron los legionarios y Antonescu asumió el poder, un ingeniero de Sibiu le dijo a mi padre que el Movimiento Legionario le había mandado para que rumanizara la fábrica. Y delante de 40 funcionarios, mi padre le agarró por los hombros y le echó de la fábrica. Éstas fueron sus relaciones con los legionarios.
Dumitru Mociornița se negó a irse del país cuando los comunistas llegaron al poder. Sus bienes fueron confiscados, sus hijos fueron encarcelados y en 1953, a los 68 años de edad, falleció tras sufrir una grave enfermedad.