La oposición cultural anticomunista en Besarabia
Steliu Lambru, 19.08.2019, 10:46
En
Besarabia, incorporada a la Unión Soviética en 1944, la oposición al régimen
soviético tuvo acentos nacionales, al igual que en las demás naciones del campo
soviético. Oprimidos ideológica y nacionalmente, los rumanos de Besarabia
desarrollaron varias formas culturales para resistir a la ideologización y la
desnacionalización mediante la oposición cultural. Ella significó sometimiento
a las directivas culturales oficiales, pero también desarrollo de las prácticas
subversivas de escritura de los textos fuera de los cánones políticos e
ideológicos. La oposición cultural en la República Soviética Socialista Moldava
fue dominada por los escritores. Ellos llevaron la iniciativa de mostrar el
espíritu de la rebelión ante los límites culturales del régimen. Y el lugar en
el que se manifestaban las divergencias culturales era el entorno
institucionalizado de la Unión de Escritores, a partir de la mitad del los años
1950, después de la desaparición de Stalin.
Andrei Cușco es profesor en la Facultad de Historia de la Universidad
Estatal de Chisináu. Él ha mostrado que en el periodo posterior a la muerte de
Stalin se crearon las tensiones en el mundo de los escritores de Besarabia.
Se
trata del periodo inmediatamente posterior al deshielo de Jrushchov. A partir
de este periodo podemos hablar de la creación de unos espacios de relativa
autonomía, tanto institucional, como personal de algunos representantes de los
entornos de los intelectuales de la República Soviética Socialista Moldava.
Estos espacios se crearon en la medida en que la dinámica del régimen cambiaba,
y las formas de represión abierta y bastante dura que caracteriza el periodo estalinista
fueran sustituidas por algunas formas mucho menos definidas. Se trata de una
continuación de las formas de presión y colaboración o mejor dicho, de la
resistencia y la oposición.
La
Unión de Escritores se había creado después de 1945, sustituyendo a todo lo que
había representado la cultura rumana. Las fricciones que tuvieron lugar después
de la muerte de Stalin se crearon en torno a dos polos de poder, según ha afirmado
Andrei Cușco.
Durante
la segunda mitad de los años 1940, las relaciones de poder dentro de la Unión
de Escritores de la República Soviética Socialista Moldava tuvieron una fuerte
connotación política, basada en primer lugar en los principios de pertenencia
geográfica. Es decir, en concreto, se trataba de la oposición entre el grupo
llamado «de Transnistria», el de los
escritores procedentes de la antigua República Autónoma Soviética Socialista
Moldava de la orilla izquierda del Dniéster, y los de Besarabia. A esta
oposición geográfica se añadió una oposición política que oponía a los
escritores comunistas, miembros del partido, y a aquellos que no formaban parte
de un partido.
Los
grupos de escritores que se enfrentaban tenían tradiciones formativas claramente
distintas y opciones políticas claras. Andrei Cușco ha afirmado que la alianza
entre dos generaciones de escritores cercanos a Rumanía hizo que se formara la
oposición cultural.
La
Unión de Escritores de la República Autónoma Soviética Socialista Moldava
estaba dominada por dos generaciones que luchaban por la dominación y la
preeminencia a lo largo de todo aquel decenio y los años 1970. Hay una
interesante dinámica entre las generaciones. Se trata de la generación del
deshielo, aquellos que se impusieron después de la desestalinización, que
estaba formada por escritores nacidos en los años 1920, y muchos de ellos
habían estudiado en las instituciones rumanas, con sólidas competencias en el
ámbito de la cultura rumana. Por otro lado, se trata de la generación de los
años 1960, que estaba formada por un grupo de escritores más jóvenes en alza,
nacidos a finales de los años 1920 y en la primera mitad de los años 1930,
formados en las instituciones soviéticas. Ellos eran aparentemente partidarios
del régimen. Esta era una diferencia que iba a ser importante. A pesar de que
ambos grupos se enfrentaran frecuentemente respecto a los problemas
relacionados con el estilo literario, la definición del realismo socialista,
ellos se unieron contra el grupo de escritores de Transnistria que inicialmente
habían tenido una postura dominante en la Unión a causa de su cercanía al poder
político y el partido. De alguna manera, la segunda generación de los años 1960
fue educada por la generación anterior, la generación del deshielo, que se
benefició del capital simbólico asociado a la cultura rumana. Estos escritores
de la generación 1960 asimilaron los lemas soviéticos de manera superficial,
pero al mismo tiempo desarrollaron un cierto nivel de pensamiento crítico.
La
oposición cultural de Besarabia se formó a mediados de los años 1960 tras un
acontecimiento decisivo. Andrei Cușco.
El
punto decisivo dentro de la institución es el tercer Congreso de los escritores
moldavos que tuvo lugar en el año 1965. Este momento marcó una evolución clara
y un cambio en la dinámica del poder en la Unión de Escritores. Este congreso
que tuvo lugar durante el periodo inicial de la época de Brézhnev es
normalmente considerado un punto culminante en la manifestación de la oposición
al régimen procedente de los intelectuales locales. Él marcó de alguna manera
la consagración definitiva de los escritores de la generación de los años 1960.
Ellos fueron los primeros que escribieron sus obras en el rumano estándar. A partir
del año 1957, el idioma llamado «moldavo»
se había convertido en el rumano estándar, pero escrito con alfabeto cirílico y
fue la última reforma lingüística en la
República Soviética
Socialista Moldava. La calidad de la producción literaria de estas personas era
claramente superior a la mayoría de sus antecesores y se sincronizaba con las
tendencias de liberalización que eran visibles entonces en toda la Unión
Soviética. Aquí mencionaría a algunos representantes de esta generación: Grigore Vieru, Ion Druță,
Aureliu Busuioc, Pavel Boțu y otros. El tercer Congreso de la Unión de
Escritores fue la primera manifestación clara de una agenda consciente desde el
punto de vista nacional y el primer acontecimiento de este tipo que tuvo lugar
en rumano después de la Segunda Guerra Mundial en la República Soviética Socialista Moldava.
La
oposición cultural en Besarabia fue una lucha silenciosa, pero tenaz para
defender al espíritu nacional. Ella ganó finalmente, pero su herencia necesita
tiempo para ser integrada.