Eva Heyman (1931-1944)
La joven Eva Heyman recibió el sobrenombre de Ana Frank de Transilvania, o Ana Frank de Oradea, y fue uno de los 1,5 millones de niños judíos, víctimas del Holocausto
România Internațional, 15.01.2018, 16:01
La joven Eva Heyman recibió el sobrenombre de Ana Frank de Transilvania, o Ana Frank de Oradea, y fue uno de los 1,5 millones de niños judíos, víctimas del Holocausto. Nos legó un diario con ayuda del cual la posteridad se ha enterado de cómo veía la realidad una adolescente de 13 años de edad, de cómo se explicaba ella el mundo que la rodeaba, un mundo de deshumanización, odio y genocidio.
El historiador Marius Popescu, del Centro de Estudio de la Historia de los Judíos de Rumanía, analizará en los minutos que siguen el diario de Eva Heyman. Cabe subrayar que Marius Popescu ha descrito cómo fue creado el gueto de Oradea, ciudad de la cual procedía también el médico Nyszli Miklos, el autor del célebre libro titulado ”Fui médico en Auschwitz”. Escuchémosle:
“Eva Heyman fue una niña de origen judío de la ciudad de Oradea que contaba con una población judía muy numerosa. Desde el punto de vista de su tamaño, el gueto de Oradea era el segundo después del gueto de Budapest. Allí, los gendarmes húngaros cumplían las órdenes con un exceso de celo fuera de lo común que asombraría hasta a los verdugos nazis. Me refiero aquí a la rapidez con la cual los judíos fueron evacuados de Transilvania del Norte. Más exactamente, durante dos semanas, la población judía fue deportada y de lo que antes representaban las ciudades de Transilvania con una numerosa población judía bastante numerosa, sólo restaría la historia.”
Eva Heyman empezó a completar un diario a los 13 años de edad, el 13 de febrero, el día de su cumpleaños. Ya desde las primeras páginas del diario se nota la preocupación que la consumía por dentro. Marius Popescu nos habla de esto:
“Se supone que al leer el diario de un niño o de un adolescente, descubrimos cosas amenas, pero este diario no hace más que evidenciar una situación absolutamente trágica de la población judía de aquel tiempo. Cuando hojeamos el diario nos percatamos de una gran precupación causada por el hecho de que a su abuelo le había sido quitada la farmacia a raíz de una ley muy restrictiva que prohibía a los judíos hasta el aceso a la calle entre determinadas horas. Sin la farmacia del abuelo el hogar se desestabilizaría. En su diario, Eva escribía como un ciudadano de origen húngaro se había apoderado de la farmacia del abuelo sin remordimiento alguno. Tampoco debemos olvidar que el 30 de agosto de 1940, Transilvania del Norte fue cedida a Hungría y los apuntes de Eva nos describen la expulsión de los rumanos por las autoridades húngaras. En el diario se cuenta también que un gran número de húngaros vendría entonces desde Hungría a Transilvania. Uno de los motivos por los cuales al abuelo le habían quitado la farmacia era el de que era un judío que en vez de respaldar a los húngaros era muy amigo de los rumanos.”
Pero el gran choque se produjo cuando su amiga, Marta, desapareció junto con su familia. Marius Popescu nos amplía detalles:
“Eva era muy buena amiga de una chica que se llamaba Marta. Eran de la misma edad y acostumbraban a pasar juntas los ratos libres. Las cosas cambiarían en 1941, el año en que las autoridades húngaras expulsaron a todos los judíos que no podían probar su nacionalidad. El padre de su amiga Marta procedía de la región de Bucovina, la propia Marta había nacido en Oradea porque su madre era oriunda de Oradea y en consecuencia su padre tenía que ser deportado. En 1941, los judíos de Oradea fueron transportados por las autoridades húngaras a Kamenet Podolsk, donde fueron exterminados. Marta y su madre que no quisieron separarse de su padre y esposo le siguieron al campo de exterminio donde fueron también exterminadas. Desde el punto de vista sicológico este es el momento clave del diario de Eva Heyman cuando el mundo de Eva cambió radicalmente. La imagen de Marta, detenida por los gendarmes en la casa de
Eva, llevada a Kamenet Podolsk y asesinada, representa el inicio del calvario anímico de ésta. No hay página en el diario en que Marta no sea evocada en los pensamientos y en sus angustias. Desgraciadamente, tres años más tarde, Eva tedría el mismo final en el campo de exterminio de Auschwitz.”
A todas estas tragedias que la rodeaban a Eva Heyman se añadía también un dolor personal relacionado con la familia. Marius Popescu nos habla de esto:
“En la familia las cosas estaban bastante agitadas. Su madre que se había divorciado contrajo un nuevo matrominio con el escritor y periodista de izquierda Bela Zsolt, padre adoptivo de Eva. En aquel período ser judío y también de izquierda no era nada deseable. La madre de Eva y su padre adoptivo tenían que vivir escondidos casi todo el tiempo y Eva fue criada en gran medida por sus abuelos maternos. Del diario resalta una actitud más bien fría de la madre de Eva frente a su hija.”
“Acabo de cumplir 13 años de edad. Nací un día 13, un viernes” así empezaba Eva su diario el 13 de febrero de 1944. El 17 de octubre de 1944 a los 13 años y medio, enferma de tifus, Eva Heyman fue enviada a la cámara de gas.