Proyectos rusos para Besarabia
La cuestión de la estatalidad del territorio de Moldavia situado entre los ríos Prut y Dniéster data del año 1812, después de anexionada Besarabia por parte de Rusia.
Steliu Lambru, 27.11.2017, 13:05
La cuestión de la estatalidad del territorio de Moldavia situado entre los ríos Prut y Dniéster data del año 1812, después de anexionada Besarabia por parte de Rusia. Fue este el momento de inicio de la rivalidad que dura desde hace más de 200 años y que, junto con la cuestión del tesoro nacional rumano, modelaron las relaciones entre Rumanía y Rusia.
En 1812, Rusia buscaba acercarse al Danubio en una Europa atormentada por las Guerras Napoleónicas. En su confrontación con Francia y con el Imperio otomano, Rusia procuraba llegar hasta los estrechos entre el mar Mediterráneo y el mar Negro, y la dirección de su ofensiva pasaba por el espacio de los territorios rumanos. A raíz de la guerra ruso-turca (1806 – 1812), terminada con la paz de Bucarest, Rusia llega a ocupar la mitad del Principado de Moldavia, territorio que desde entonces lleva el nombre de Besarabia. De forma que el tema de la estatalidad de la República de Moldavia de hoy surge por primera vez en el contexto de la competencia entre los imperios francés, ruso y otomano, y este espacio se convierte en una periferia múltiple, un punto de encuentro de varias periferias. El historiador Andrei Cuşco de la Universidad de Estado de Chişinău considera que la aparición de Besarabia en el mapa de Europa se debe a la agitación europea de los primeros decenios del siglo XIX.
“La anexión de Besarabia por parte del Imperio ruso en 1812 está enfocada muchas veces con estrechez de miras y calificada a veces de muy poco interesante. Se suele presentar como una especie de regateo diplomático militar, que existió sin lugar a dudas, pero no olvidemos que en el año 1812 Rusia se estaba acercando al bajo Danubio y que había un contexto de competencia férrea entre el Imperio napoleónico y el Imperio ruso. Desde su inicio, el asunto Besarabia, que no estaba vinculado directamente a las Guerras Napoleónicas, aparece en un contexto marcado por la rivalidad entre imperios y en una época en que el ejército ruso se retiraba en Besarabia. Los Principados Rumanos no fueron anexionados y Besarabia era solo una parte de lo que el Imperio ruso tenía previsto ocupar.. Desde la perspectiva de los observadores rusos, ellos no se extendieron, sino se retiraron.
Besarabia como entidad política separada aparece desde la nada, no hubo ningún precedente que la habría podido legitimar. Es una construcción artificial y esto se nota incluso en las reacciones confusas y en el comportamiento poco claro de los burócratas rusos que llegaron a esta región, porque dan la impresión que no sabían qué hacer con este territorio. Andrei Cuşco afirma que la administración rusa elaboró tres proyectos para el nuevo territorio.
“Hubo tres proyectos para esta región que se suceden como en un caleidoscopio. El primero fue formulado inmediatamente después de la paz de Bucarest: «Besarabia debe constituir un escaparate, una provincia-modelo para los pueblos balcánicos». En esta visión Besarabia estaba subordinada al proyecto griego, tal como se presentaba Grecia a comienzos del siglo XIX, el verdadero objetivo al sur del Danubio. Esta primera visión sobre Besarabia la situaba en un contexto otomano y transdanubiano.
La invención de Besarabia pasó por un proceso más complejo que sigue las pautas de aquella época, las ideas de la época sobre el Estado, sobre la organización de un territorio, sobre los valores modernos y sobre el destino asumido por Rusia. Andrei Cuşco ha dicho que la segunda estrategia rusa fue inspirada por los modelos occidentales.
Mucho más interesantes son las otras dos visiones. Primero, la visión que asocia Besarabia con las periferias occidentales del imperio: Polonia, Finlandia, los países bálticos, aquellas periferias que tenían una élite consolidada, una tradición histórica bien articulada y que tenían un estatuto privilegiado en la época de experimentos administrativos rusos durante el reinado de Alejandro I. En 1818 empezó el experimento de conceder autonomía a Besarabia, experimento abandonado tras menos de un decenio. Para llevar a la práctica dicho proyecto los burócratas rusos buscaron intermediarios con los cuales pudiesen colaborar, es decir trataron de identificar a la aristocracia local. Sin embargo en este territorio no encontraron una aristocracia similar a la de Polonia o Finlandia. Aparece lo que yo llamo la dualidad del espacio de Besarabia porque no podemos hablar de una región bien articulada. Besarabia era una región fluida en los primeros decenios, durante el proceso de su cristalización, al menos hasta el año 1834 cuando la frontera del río Prut se vuelve difícil de franquear. La verdadera frontera era el río Dniéster.
El tercer plan ruso referente a la integración de Besarabia fue finalmente aplicado en el siglo XIX por el zarismo. Y la reanexión de la provincia por parte de la URSS en el siglo XX profundizó esta integración. Andrei Cuşco:
“El tercer proyecto administrativo de integración de Besarabia en el Imperio ruso fue el que finalmente se aplicó. Se trata de la asociación de Besarabia al territorio con el que lindaba en su parte oriental: la Nueva Rusia. Esta decisión se tomó inmediatamente después de 1828, después de liquidada la autonomía, cuando Besarabia empezó a ser considerada una región que debía ser colonizada, poblada con colonos extranjeros, procedentes sobre todo del sur del Imperio. Desde la perspectiva del centro, un experimento autonomista como el iniciado en 1818 ya no resultaba beneficioso. Pero también es cierto que todos estos análisis corren un gran riesgo: el de ver coherencia donde no la había. Los impulsos y los modelos que seguían los burócratas rusos no eran tan razonables como los presentan ahora los historiadores. No olvidemos que hasta los años 1830, Besarabia ni siquiera existía en los mapas rusos como una región separada del resto del espacio rumano. Besarabia aparece como una parte de los territorios habitados por los rumanos igual que Valaquia y Moldavia y las percepciones son muy similares. A los rusos les costaba delimitar esta región no solo en relación con el Imperio ruso, sino también con el resto del espacio rumano.
Besarabia llegó a ser una provincia rusa en la periferia del Estado ruso. Habitada mayoritariamente por rumanos hasta hoy en día, su historia está vinculada a los intereses imperiales.