La Alianza Cívica
La escritora Ana Blandiana, que se opuso al régimen comunista y que desempeñó un papel muy importante en la formación de la Alianza Cívica, recordaba el estado en que se encontraba Rumanía en 1990 cuando apareció la Alianza
Steliu Lambru, 18.09.2017, 17:46
Después de 1989, Rumanía sentía fuertemente la falta de un foro de ideas e iniciativas políticas. Así apareció la Alianza Cívica, organización no gubernamental y foro de debates de ideas. La Alianza fue también una plataforma de lanzamiento para los futuros políticos que se oponían a la gigantesca estructura del Frente de Salvación Nacional que había sucedido al partido comunista. El 7 de noviembre de 1990, la Alianza Cívica apareció tras los esfuerzos de algunos intelectuales de varias organizaciones y alianzas tales como el Grupo para el Diálogo Social, la Asociación “15 de noviembre de Brasov, la Solidaridad Universitaria, la Sociedad “Timisoara, la Sociedad “Agora de Iasi, el Grupo Independiente para la Democracia y la Asociación Pro Democracia.
La escritora Ana Blandiana, que se opuso al régimen comunista y que desempeñó un papel muy importante en la formación de la Alianza Cívica, recordaba el estado en que se encontraba Rumanía cuando apareció la Alianza:
“Después de finalizar “la mineriada del mes de junio de 1990, mientras los estudiantes estaban detenidos, en un determinado momento nos dimos cuenta de que debíamos hacer algo. Aunque no íbamos a lograr nada, al menos podíamos intentarlo. Y entonces escribí un anuncio en el diario “Rumanía Libre. Es muy injusto que hoy en día casi ya no se hable de Bacanu o del periódico “Rumanía Libre de aquel entonces. Sin “Rumanía Libre dirigido por Bacanu, un diario con una tirada de centenares de miles de ejemplares, no hubiera existido ninguna oposición en Rumanía. “Rumanía Libre era nuestra casa, los mítines a los que acudían centenares de personas se organizaban después de publicar un anuncio de 10 centímetros cuadrados en la primera página del períodico, por ejemplo, “el jueves a las 16 horas en la Universidad. Acudía tanta gente que al llegar a la Plaza de la Victoria, la Plaza de la Universidad aún estaba llena de gente. Todo aquello con un simple anuncio porque antes no existía Facebook. Mi propuesta era escribir un anuncio en “Rumanía Libre, pensaba que iban a venir sólo algunos centenares de personas, pero vinieron algunos miles. Fue una marcha en blanco porque rogué a la gente que viniera vestida de blanco con una flor en la mano para demostrar que nosotros no éramos violentos. Ése fue el momento.
La Alianza Cívica asumió también una pedagogía nacional creando un Memorial de las víctimas de la cárcel de Sighet.
Ana Blandiana:
“En nombre de la Alianza Cívica fui a Estrasburgo y propuse el primer memorial del comunismo del mundo. Era el año 1993, habíamos participado en Cracovia en una conferencia y nos habían llevado a visitar el campo de Auschwitz. Lo visitamos y luego nos fuimos a Estrasburgo donde tenía que participar en otra conferencia en la Asamblea Parlamentaria. Después de la conferencia recibí una invitación a cenar y me senté al lado de la secretaria general del Consejo de Europa, Catherine Lalumiere. Un día antes había recibido una nota por parte del director de los Derechos Humanos, el profesor Enver, en la cual decía que a él y a su esposa Sanda Cioranescu les gustaría conversar un poco conmigo después de la cena. Así empezó el Memorial, después de aquella conversación con Catherine Lalumiere.
Eran los años en que unida, Europa trataba de redescubrirse, los años en que la gente luchaba por exorcizar el pasado totalitario. Ana Blandiana:
“Nunca habíamos hablado yo y mi marido acerca de hacer un Memorial. La idea iba a nacer durante aquella conversación. Veníamos de Auschwitz donde acababa de apagarse un escándalo. El Consejo de Europa había decidido crear un centro internacional de estudios sobre el nazismo. Durante la conversación pregunté si no pensaban que sería, al menos igual de útil, construir un centro internacional sobre el comunismo, tema casi desconocido entonces. Posteriormente, al hablar de la unión que debía realizarse entre el Este y el Oeste de Europa, dije que no debíamos unir sólo las políticas públicas y las economías, sino también nuestras obsesiones. Y por ello hacía falta conocerlas.
Tropezamos con dificultades pero también con ingenuidades. Ana Blandiana recuerda los momentos del penoso inicio del Memorial de Sighet
“Parece cómico pero nunca habíamos pensado en los fondos que necesitábamos para realizar el Memorial. Nosotros creíamos que ellos disponían del dinero necesario y a decir verdad no creía que nosotros nos ibámos a implicartambién desde el punto de vista material. Cuando recibimos los folletos vimos que en éstos figuraba un capítulo, en mi opinión surrealista, destinado a la recaudación de dinero, que establecía los porcentajes con los cuales contribuirían las autoridades locales, las centrales y el ámbito de negocios. Y esto, mientras nosotros representábamos en Rumanía al enemigo número 1, y por supuesto que no ibámos a recibir fondos de ninguna parte. Una de las condiciones del Consejo Europeo era la de crear la Academia Cívica. Después de crearla se nos ocurrió abrir filiales en los lugares donde vivía la diáspora rumana, en Munich, París, Nueva York, Los Angeles, de manera que los primeros fondos provinieron de los rumanos del extranjero
En el presente, la Alianza Cívica es parte de la historia renacida de los años 1990. Es la parte que debemos recordar a aquellos que creen que todo es en vano, para aquellos que todavía creen en la democracia.