El romanticismo y la idea nacional
“El romanticismo en el espacio europeo y rumano proyecta una nueva imagen de las comunidades étnicas. En esta imagen hay prácticamente una reinvención de su identidad.
Steliu Lambru, 28.08.2017, 11:34
El romanticismo fue la corriente literaria y artística que situó a la etnicidad y la lengua del pueblo en el centro de la existencia humana. Producto del pensamiento occidental, frecuentemente el romanticismo fue considerado una reacción a la universalidad del clasicismo y cosmopolitismo. La tradición, la lengua y el pasado de una comunidad compartidos por todos sus miembros fueron considerados las bases del romanticismo y el Estado nacional fue la forma política de expresión de las ideas del romanticismo. El romanticismo rumano no fue una excepción siendo la primera sincronización del espacio rumano con las ideas de Occidente. En las tres regiones rumanas, las influencias del romanticismo llegaron de dos direcciones: en Moldavia y Muntenia del mundo francés y en Transilvania del mundo alemán.
Hemos preguntado al historiador literario Ioan Stanomir en qué consistía el proyecto romántico y cómo fue recibido por el espacio rumano:
“El romanticismo en el espacio europeo y rumano proyecta una nueva imagen de las comunidades étnicas. En esta imagen hay prácticamente una reinvención de su identidad. Se comienza de la exploración de un patrimonio arqueológico y cultural y se llega a la creación de un panteón en el que están situados los padres del pueblo y sus modelos. Es un tipo de receta que parte del oeste de Europa y llega, con un atraso significativo, al espacio rumano. Si hablamos desde el punto de vista de la pureza estética, el romanticimo rumano es un romanticismo compuesto y ecléctico. Una buena parte de nuestros escritores románticos también escribieron obras clásicas. Otros son romáticos pero terminan siendo clásicos como es el caso de Vasile Alecsandri. No hay muchos escritores puramente románticos. Su romanticismo es a veces estridente e ilegible, como es el caso de C.A. Rosetti. El romanticismo rumano respeta la receta europea en cuanto a la reinvención de sí mismo.
La solución de las élites de Muntenia y Moldavia para la modernización y la estatalitad fue el romanticismo francés mientras que para los rumanos del Imperio austríaco el modelo romántico alemán fue predominante:
“El principal problema de la diferencia entre los dos romanticismos tiene que ver con la definición de la nación. El romanticismo alemán era un romanticismo conservador y xenófobo. Su influencia no se nota mucho en la generación del 48 sino en Eminescu. Él es el más influenciado por el romanticismo alemán. En Transilvania se siente la influencia del iluminismo y de la contaminación con la ideología revolucionaria. Pero la revolución de Transilvania es una paradoja porque en términos europeos es una contrarrevolución pensada como reacción a los excesos xenófobos de una revolución europea por excelencia tal como era la húngara.
La Revolución de 1848 fue el punto culminante de las manifestaciones del romanticismo rumano, el comienzo de las reformas y de la modernización del espacio rumano.
Nuevamente ante los micrófonos de RRI, Ioan Stanomir:
“El romanticismo rumano es el período de la generación del 48 y en este cuadro de familia todos estuvieron implicados en la política y crearon sociedades cultural-literarias, sociedades secretas. Tenemos románticos que entran en un período de eclipse, como es el caso de Grigore Alexandrescu, románticos ancianos que atraviesan períodos de mutaciones y metamorfosis, el caso de Heliade Radulescu, románticos exponenciales y manipulados por el comunismo como fue Nicolae Balcescu. Hay románticos como C.A. Rosetti que abandonan la carrera literaria para dedicarse por completo a la política. Bolliac por ejemplo es más periodista que poeta.
Con el tiempo el romanticismo se convirtió en modelo cultural de referencia. Así nació la cultura estandarizada o el canon:
“Si nos referimos a una cierta recepción mecánica y deformadora mencionaría a Dimitrie Bolintineanu, famoso por sus leyendas históricas que son un tipo de pequeño manual de patriotismo de la generación del 48. Las leyendas históricas lograron inmortalizar mitológicamente ciertas figuras. Sin embargo la proyección canónica omitió la obra romántica más profunda y vibrante de Bolintineanu, el poema “Conrad que es un pequeño equivalente rumano de “Las peregrinaciones de Childe Harold de Byron.
La unidad nacional fue la clave de la modernización y emancipación nacional propuesta por el romanticismo.
Ioan Stanomir nos amplía más detalles al respecto:
“La unidad nacional es una expresión que debe su existencia a este discurso de la generación del 48. Lo que nosotros consideramos canónico, el dignatario Miguel el Valiente, es invento de Florian Aaron y Nicolae Balcescu y en particular de Gheorghe Bibescu que usa su capa en las ceremonias oficiales. La conciencia nacional es una fórmula anacrónica que nosotros proyectamos para entender comportamientos que nada tienen que ver con su investidura de la época. Los románticos de la generación del 48 desearon la unidad de los principados. En cuanto a Transilvania y Banato las cosas estaban complicadas porque allí había una corriente federalista que miraba más hacia Europa Central y menos hacia los Cárpatos.
El romanticismo fue una corriente artística, un modelo político y una tendencia societal social basado en emociones que le ha mantenido una buena imagen y contextos positivos a pesar del paso del tiempo.