La paz de Buftea-Bucarest
Tras la campaña militar de 1916-1917, Rumanía firmó en mayo de 1918, el Tratado de paz de Buftea-Bucarest.
Steliu Lambru, 01.05.2017, 06:32
Después de la instalación del régimen soviético en Rusia, determinada por la revolución bolchevique, el nuevo poder de Petersburgo denunció la guerra, calificándola de imperialista y decidió firmar acuerdos de paz. Dado que se había quedado sola en todo el frente oriental, Rumanía se vio obligada a pedir la paz, lo que significaba aceptar condiciones muy duras impuestas por los vencedores.
La salida de Rusia de la guerra fue un golpe muy duro aplicado a Rumanía, que lo percibió como un acto de traición. El Ejército rumano ya no podía enfrentarse solo a la ofensiva alemana a causa de las pérdidas de vidas que había sufrido durante la epidemia de tifus exantemático. A todo esto se sumaba la anarquía provocada por los más de 1 millón de soldados rusos que hacían propaganda para la ideología bolchevique. Por lo tanto, la paz fue considerada la última solución para salvar lo que se podía salvar en aquel momento. El historiador Sorin Cristescu de la Universidad Spiru Haret de Bucarest ha explicado las circunstancias en las que se produjo la salida de Rusia de la guerra y la firma de los acuerdos de paz :
La salida de Rusia de la guerra tras la victoria del golpe de estado bolchevique del 7 de noviembre de 1917, determinó el inicio de las negociaciones de paz, según estaba previsto. Lenin fue trasladado desde Suiza por los alemanes, luego logró llegar a Rusia atravesando Suecia y Finlandia precisamente para este propósito: armar un golpe de estado, para tomar el poder y firmar acuerdos separados, lo que permitiría que los alemanes se trasladaran de Rusia a Francia para ganar la guerra. El 3 de marzo de 1918 se firmó el tratado de Brest-Litovsk y en Buftea-Bucarest, en la sede del palacio Cotroceni se firmó el tratado con Rumanía, el 7 de mayo de 1918 .
Rumanía tuvo que ceder a Austria-Hungría el control de los pasos de montaña de los Cárpatos.
También tuvo que devolver el sur de Dobruja y ceder la parte meridional a Bulgaria, mientras que el resto de la provincia permanecía bajo el control conjunto de las Potencias Centrales. Las condiciones fueron muy duras, ya que Rumanía se comprometió a alquilar sus pozos petrolíferos a Alemania durante 90 años.
Tras el Tratado de paz de Buftea-Bucarest, Rumanía tuvo que ceder a Bulgaria el sur de Dobruja, conocido como el Cuadrilátero, e incluso una parte meridional del norte de la misma provincia que nunca había pertenecido a Bulgaria. Además, Rumanía iba a ceder a Austria-Hungría el control de los pasos de los Cárpatos. Como una escasa compensación otorgada a Rumanía, aunque esto no figuraba en el tratado de paz, las Potencias Centrales reconocían la unión de Besarabia con Rumanía. El cálculo era sencillo: las Potencias Centrales no querían tener en Rumanía una población hostil hacia ellos tras haber sufrido pérdidas territoriales y de recursos.
El Tratado fue ratificado por el Parlamento de Rumanía en verano de 1918, pero nunca fue promulgado por el rey de Rumanía, Fernando I. Desafortunadamente, el tratado no duró más que 6 meses, ya que a finales del mes de octubre de 1918, el Gobierno de Alexandru Marghiloman lo declaró nulo y Rumanía reanudó las hostilidades. A pesar de las apariencias, ha dicho Sorin Cristescu, el Tratado de paz de Bucarest fue beneficioso para Rumanía:
Cabe mencionar que a pesar de las duras condiciones, la paz de Buftea-Bucarest fue una gran victoria diplomática de la Entente, también valorada por el Parlamento alemán. Los alemanes dijeron que <> .Todos se daban cuenta de que las potencias centrales, sus líderes, eran una banda de ladrones, de bandidos que despojaban a los perdedores y que sus diplomáticos nunca querían sentarse a la mesa de las negociaciones. Los Estados Unidos ya habían entrado en la guerra y la política estadounidense respetaba el siguiente principio: mi enemigo nunca puede ser mi aliado en las negociaciones, mi rival es un delincuente común y si cae en mis manos, lo entrego a la justicia. La idea de que los líderes de las potencias centrales negociaran con alguien había sido olvidada. Sin embargo, en Francia aparecieron carteles que ponían ¡Como se vé la paz firmada por las potencias centrales! y ¿Quieren la paz? Sí, pero primero, hay que vencerlos! Vaincre dabord!. Para nosotros las condiciones del tratado habían sido muy drásticas. Lo mismo ocurió con la derrota diplomática y la pérdida de credibilidad sufrida por los alemanes.
Sorin Cristescu cree que los alemanes habían dejado de tener credibilidad incluso antes de 1918.:
Esto había sucedido en 1918. En 1914, cuando los periódicos señalaban en la primera plana que Bethmann-Hollweg, el canciller de Alemania, había respondido a la declaración de guerra de Reino Unido con las palabras ¿Habéis declarado la guerra por un trozo de papel?, todos dijeron que para la diplomacia alemana los tratados eran simples trocitos de papel sin ningún valor. El tratado que le garantizaba la neutralidad a Bélgica había sido firmado en 1831 por los representantes de Reino Unido, Francia y Prusia. Después de la caída de Bucarest el 6 de diciembre de 1916, el día 12 la Entente recibió una oferta de paz, no muy clara, por parte de las Potencias Centrales. La respuesta llegó unos días más tarde. La Entente decía que no, que la oferta había sido enviada por personas que habían esperado ganar en 3 meses, pero después de 2 años de combates se habían dado cuenta de que nunca iban a alcanzar sus objetivos. Finalmente firmaron los acuerdos, el de Brest-Litovsk y de Bucarest, lo que eliminó a la diplomacia alemana de entre los posibles socios en las negociaciones.
Igual que todos los finales felices, Rumanía se situó, al final, del lado de los vencedores. Pero el Tratado de paz de Buftea-Bucarest ha quedado en la memoria como un mal recuerdo que nunca será olvidado.
(trad simona sarbescu )