La ciudadela de Oradea
Las ciudadelas y las fortificaciones militares medievales se han convertido hoy en día en alicientes turísticos.
România Internațional, 10.10.2016, 19:04
En Rumanía hay varias ciudadelas espectaculares, y una de estas está situada en la ciudad de Oradea, cerca de la frontera occidental de Rumanía. La ciudadela de Oradea es considerada monumento arquitectónico único en Rumanía y es una de las pocas construcciones de este tipo que sigue siendo funcional. Las leyendas rezan que la ciudadela de Oradea es inexpugnable porque cuenta con una complicadísima red de túneles que llevan a zonas muy lejanas.
La historia de la Ciudadela de Oradea es larga, marcada por acontecimientos que determinaron su repetida remodelación. Fue edificada por el rey de Hungría Ladislao I quien reinó entre 1077 y 1095. En los documentos de la época en latín era nombrada como ”castrum”. Tenía un terraplén de tierra con una empalizada en la parte superior, muros de piedra, torres de madera y disponía de un foso exterior que se llenaba de las aguas termales del río Peţa para formar una barrera contra los ataques.
El rey Ladislao fundó primero un monasterio fortificado cuya patrona era la Santa Virgen y partiendo de este monasterio se construyó la ciudadela. A este monasterio se mudó la diócesis romano católica de Oradea en 1092. Fue en este mismo lugar religioso donde el rey húngaro fue enterrado a su muerte en 1095. Nandor Mihalka, arqueólogo en el Museo de la Ciudadela de Oradea
”La diócesis romano-católica funcionó en la ciudadela hasta el año 1557, cuando pasa bajo la dominación del Principado de Transilvania. Hasta el año 1660, durante el período del Principado de Transilvania, todas las construcciones medievales fueron derrumbadas y fue construida la ciudadela en que nos encontramos hoy. En 1619 comienza la construcción de este maravilloso castillo principesco de Gabriel Bethlen. Desde 1660 hasta 1692 hay 32 años de ocupación turca durante la cual Oradea se convierte en una provincia turca. Fue la última provincia creada en la Cuenca Carpática porque en 1692 los turcos fueron ahuyentados definitivamente de esta región”
El 27 de junio de 1192, el papa Celestinus III santificó al rey Ladislao I, fundador de la ciudad de Oradea, y el asentamiento que albergaba su tumba se convirtió en uno de los lugares de peregrinación cristiana más famosos del reino húngaro.
La invasión de los tártaros de 1241 lleva a la conquista y el incendio de la ciudadela, episodio descrito por el monje Rogerius en su crónica titulada “Carmen miserabile”. En 1290, la ciudadela fue atacada por el vaivoda transilvano Roland Borşa que provoca daños importantes. En el siglo XIV comienza de nuevo su reconstrucción. La nueva fortaleza es ahora de siete lados con torres y almenas. Entre 1342 y 1370, en el período de auge del estilo gótico, fue construida una catedral de dimensiones impresionantes, con tres naves y altar octogonal, una fachada con dos torres y contrafuertes masivos.
En el interior se realizaron obras amplias de decoración y se alzaron numerosos altares. Esta catedral es considerada por los especialistas como uno de los edificios eclesiásticos más grandes de Transilvania. En el siglo XV, en el período del Renacimiento, en la ciudad de Oradea aparecen menciones sobre los obispos Andrea Scolari, llamado el Florentino, Juan Vitéz de Zredna y Segismundo Thurzó, importantes nombres del humanismo de Europa Central. El físico Georg von Peuerbach construyó en Oradea un observatorio astronómico. El estableció en Oradea el meridiano cero y calculó los eclipses de sol y de luna que describió en su libro ”Tabulas Varadienses”.
La ofensiva otomana hacia el centro de Europa de la primera mitad del siglo XV lleva a la conquista de la ciudad y a la firma el 24 de febrero de 1538 de la paz de Oradea. Transilvania quedó separada de Hungría y pasó a estar bajo la dominación otomana. A partir 1557 la ciudadela tiene la misión de defender la frontera oriental de Transilvania. Tras la guerra de los 30 años, que terminó en 1648, arquitectos italianos construyeron otra fortaleza de cinco lados. Durante esta época barroca el italiano Giacomo Resti construye el Palacio Principesco de Gabriel Bethlen.
La ofensiva antiotomana de la Casa de Habsurgo de finales del siglo XVII tuvo como resultado la reconquista de la ciudadela y su rehabilitación entre 1692 y 1695. El arqueólogo Nandor Mihalka.
”A partir de 1692 hablamos de ciudadela-cuartel de las tropas austriacas y preserva esta característica militar hasta el año 1990, con las diferencias institucionales y legales que se sucedieron. Tras la adhesión de Rumanía a la Unión Europea, conseguimos fondos europeos para reconstruir la fortificación. Las obras empezaron en 2010 y duraron 5 años. Esperamos que el próximo año empecemos la investigación arqueológica de la catedral gótica y reconstruir los bastiones. Hay 5 bastiones, de los cuales solo uno está renovado y reconstruido. Sigue la reconstrucción y la restauración de los muros exteriores de la ciudadela.”
La ciudadela de Oradea tiene forma pentagonal con cinco bastiones: el bastión dorado, el bastión Bethlen, el bastión manco, el bastión Crişorul y el bastión rojo.
La leyenda reza que su fundador fue visitado por dos ángeles quienes le dijeron que fundara un monasterio. Otra leyenda habla de la conquista otomana y se llama la leyenda de la traición. Dicen que durante el asedio de los turcos en 1540, la mujer del molinero cuyos hijos cayeron prisioneros de los turcos habría desvelado el sitio donde debían cavar para vaciar el agua destinado a llenar los fosos de defensa de la ciudadela.
Actualmente, además de otras instituciones en la ciudadela funciona la Facultad de Artes Visuales de la Universidad de Oradea.