100 años desde la batalla de Turtucaia
El 27 de agosto de 1916, Rumanía le declaraba la guerra a Austria-Hungría y entraba en la Primera Guerra Mundial.
România Internațional, 03.10.2016, 19:02
La aliada de Alemania, Bulgaria, mandó inmediatamente su ejército a la ciudad de Turtucaia, situada al sur del Danubio, cerca de la ciudad de Oltenita, a 70 kilómetros al sudeste de Bucarest. Turtucaia era considerada la principal base de operaciones del ejército rumano al sur del Danubio y empezó a formar parte del Reino de Rumanía después de la paz de Bucarest de 1913, tras la segunda guerra balcánica.
La batalla de Turtucaia tuvo lugar entre el 1 y el 6 de septiembre de 1916 y significó la primera gran derrota para el ejército rumano. Conocida en la historiografía rumana como el gran desastre, la derrota de Turtucaia contribuyó al fracaso de todo el plan de operaciones creado por el Estado mayor del ejército rumano. La capacidad defensiva del ejército rumano se cifraba en 39.000 militares, mientras que la de los ejércitos búlgaro y alemán en 55.000 militares. Los rumanos perdieron más de 6.000 militares muertos y heridos mientras que los búlgaros y alemanes perdieron más de 7.000 personas. Además, 28.000 militares rumanos cayeron prisioneros.
Sobre la batalla de Turtucaia se ha escrito mucho y ha sido analizada por varios historiadores militares y testigos oculares.
El historiador Sorin Cristescu de la Universidad “Spiru Haret de Bucarest piensa que son importantes dos aspectos: la débil preparación del ejército rumano y su moral :
“La batalla de Turtucaia tiene dos aspectos. El primero tiene que ver con la débil preparación del ejército rumano. Se habían movilizado 800.000 personas, pero había tan sólo 500.000 fusiles. En los años 1914-1916 habían llegado al país unos 120.000 fusiles Leber de Francia. De los 500.000 fusiles, unos 100.000 eran de la guerra de 1877. En la guerra de 1913 habían pasado el Danubio 460.000 soldados rumanos, de los cuales tan sólo 300.000 tenían fusiles. En Turtucaia sucedió lo mismo. El ejército no tuvo suficientes armas y munición y todo fue un desastre.
La fuerza moral de un ejército, además de la dotación y preparación de los militares, es muy importante para poder ganar una guerra.
Sorin Cristescu piensa que fue decisiva en el caso de Turtucaia :
“El desastre militar se duplicó por el aspecto moral. El 6 de septiembre de 1916, Bucarest se vio muy afectaao por el gran número de heridos que no estaban bien de salud. El aspecto moral se debió a los rumores según los cuales las tropas búlgaras y alemanas iban a dirigirse hacia la capital. Un pánico extraordinario se instaló y se reflejó también en el mando militar. Se decidió parar la ofensiva de Transilvania y organizar la operación de Flamanda. Pero no todas las personas reaccionaron así. En aquellos días trágicos, el famoso periodista y editor jefe del períodico “Adevarul, Constantin Mille, publicó un artículo denominado “Fleoarte. En dicho artículo el autor subrayaba que así era la guerra, habíamos ganado en el norte una gran victoria, pero habíamos perdido en el sur. Mille también decía que teníamos que mantener la calma y no tener miedo, pero el efecto del desastre de Turtucaia fue inmenso.
Turtucaia produjo fuertes traumas en la conciencia pública rumana. Sorin Cristescu considera que la principal explicación para el gran fracaso fue la débil organización del ejército. Sin embargo la facilidad con la que Rumanía entró en la guerra, el estado social y económico de su población, en su mayoría campesinos, fue muy importante para entender lo que sucedió hace 100 años. :
“La batalla de Turtucaia fue descrita tanto por Gheorghe Bratianu como por muchos otros. Fue un momento trágico que demostró que el ejército rumano no había estado bien preparado. Era el ejército de un país de campesinos que, según decía el historiador Nicoale Iorga en el año 1908 en el Parlamento, eran los campesinos más pobres de Europa. La principal causa del desastre fue la falta de munición. Cada soldado recibió 100 balas y la fábrica sólo producía una bala al día para cada soldado. Esto significa que los soldados recibían la próxima serie de balas 100 días después. No fue posible otro suministro de armas para las tropas de Turtucaia y tampoco los cañones y las ametralladoras lograron disparar a los enemigos que se escondían de la artillería rumana. Por eso el ejército rumano sufrió una rápida y desastrosa derrota.
Después de perder la batalla, para los 28.000 rumanos prisioneros siguieron dos años de calvario en los campos de concentración búlgaros. Sus memorias y recuerdos son páginas estremecedoras que describen la dignidad, desesperanza, humildad y al final la alegría de la liberación y de la victoria de 1918, año en que toda Europa disfrutaba por fin de la paz.