Monarquía rumana – La Reina Isabel (1843-1916)
La primera reina de Rumanía fue la princesa Isabel Paulina Otilia Luisa de Wied, esposa del rey Carlos I, el fundador de la monarquía constitucional y el padre de la modernización de Rumanía
Steliu Lambru, 17.04.2017, 08:10
La primera reina de Rumanía fue la princesa Isabel Paulina Otilia Luisa de Wied, esposa del rey Carlos I, el fundador de la monarquía constitucional y el padre de la modernización de Rumanía. La reina apoyó a su esposo y a su pueblo en los grandes momentos de la historia de la segunda mitad del siglo XIX y fue la primera gran figura femenina que representaba de manera simbólica a todos los rumanos. Nacida en Alemania en 1843, en 1869, con solo 26 años, Isabel viene a Rumanía como esposa del príncipe Carol de Hohenzollern. Su misión era patrocinar las artes y fundar algunas instituciones benéficas. Además, fue una destacada poeta, ensayista y escritora bajo el pseudónimo de Carmen Sylva. Por su devoción durante la Guerra de Independencia de Rumanía de 1877-1878, Isabel recibió el apodo de la madre de los heridos.
El historiador Alin Ciupală de la Universidad de Bucarest, nos amplía más detalles sobre las dos grandes contribuciones de la reina a la modernización de Rumanía, en el ámbito cultural y social:
La reina Isabel tiene dos grandes méritos. Primero, porque durante toda su vida emprendió esfuerzos importantes para popularizar, a través de su obra literaria, la cultura rumana en Occidente. Y segundo, organizó un amplio movimiento social y fundó algunas asociaciones y organizaciones de caridad, para luchar por la emancipación social y cultural de la mujer en Rumanía hasta la Primera Guerra Mundial. La reina Isabel era muy conocida, no solo en Europa, sino también en todo el mundo, debido a sus creaciones literarias, traducidas a muchos idiomas. El periodista Radu D. Rosetti apuntaba en su diario de viajes que, al encontrarse en el norte de Noruega, llegó a una aldea de pescadores, donde le esperaba una gran sorpresa. El maestro de la aldea le preguntó de dónde venía y luego le comentó: pues, usted es del país de la escritora Carmen Sylva. Otro ejemplo es el siguiente: en la extremidad sur del planeta, una joven rumana que viajaba a la Tierra del Fuego, se encontró con una señora de EE. UU. que participaba en una conferencia. Al enterarse de que la joven venía de Rumanía, la señora empiezó a conversar sobre la obra literaria de Carmen Sylva.
La débil situación social y económica de Rumanía hizo que la joven reina movilizara recursos y personas para ayudar a los necesitados. Su nombre está vinculado a la creación de importantes instituciones sociales en la segunda mitad del siglo XIX. Alin Ciupală:
En cuanto a su actividad social, la reina Isabel creó numerosas asociaciones y organizaciones benéficas tras la Guerra de Independencia. Fue la principal fundadora del sistema sanitario privado en Rumanía, que participó en la guerra de 1877-1878. Posteriormente a la guerra, la reina siguió contribuyendo al desarrollo del sistema sanitario y aquí cabe destacar la creación de Vatra Luminoasă, una asociación para ciegos, y de la sociedad Obolul.
La reina Isabel no se dedicó a la política salvo en una sola ocasión, según nos cuenta el historiador Alin Ciupală, y lo hizo no por alguna razón egoista, sino por su visión romántica sobre el mundo.
La reina no participaba en juegos políticos e incluso quería mantenerse lejos de estos intereses. Solo en una ocasión, en el infeliz momento de la boda del príncipe heredero Fernando con una de las doncellas de la reina, Elena Văcărescu, un matrimonio que Isabel no veíaa desde la perspectiva política, siendo éste tal vez su único error, al no tener en cuenta las implicaciones políticas. Para ella, todo era un asunto sentimental y personal. El rey Carlos se vio obligado a intervenir y lo hizo de una manera muy dura.
Posteriormente se ha considerado que la reina Isabel era una persona romántica, casi siempre con la cabeza en las nubes. Alin Ciupală no aprueba esta imagen y nos presenta sus argumentos.
“Esta imagen se debe en primer lugar a los apuntes del secretario privado de la reina, Robert Schäffer, y también a las obras de la reina María. Ambos autores presentan un personaje aislado de la realidad, absolutamente romántico que no comprendía a los demás. Se trata de una imagen falsa, en mi opinión, que se debe a unos problemas personales. Robert Schäffer contaba con toda la confianza de la reina, que le contrató como su secretario privado. Pero él huyó de Rumanía robándole una parte del dinero que la reina había recaudado para la fundación de Vatra Luminoasă. Sus apuntes tenían como propósito no solo denigrar a la reina sino a toda la familia real de Rumanía. En cuanto a María, se sabe que no se llevaba muy bien ni con el rey Carlos ni tampoco con la reina Isabel. Si al rey le tenía respeto por haberle considerado un digno enemigo, a la reina la miraba con desprecio. En sus memorias, María describe a la reina Isabel como una persona muy ingenua y romántica, aislada de la realidad. Sin embargo, tras la subida al trono de Fernando y María, Isabel vivió en la sombra, casi olvidada. Su muerte, que se produjo en un momento difícil para Rumanía, en 1916, fue casi ignorada. La protagonista ya era la reina María.
Evidentemente, Isabel era la reina que los rumanos necesitaban. Supo acercarse a los rumanos mucho más que lo hizo su esposo, el rey Carlos y la posteridad ha colocado su figura en el lugar que se merece.
(versión española Simona Sarbescu)