La política balcánica de Rumanía después de la Segunda Guerra Mundial.
Antes de 1940, la política balcánica de Rumanía se centraba en la cooperación y el establecimiento de alianzas. Después de la guerra, hasta mediados de los 50, la política balcánica de Rumanía estaba bajo el control de la URSS. Solo después de la muerte
Steliu Lambru, 24.03.2015, 15:47
Antes de 1940, la política balcánica de Rumanía se centraba en la cooperación y el establecimiento de alianzas. Después de la guerra, hasta mediados de los 50, la política balcánica de Rumanía estaba bajo el control de la URSS. Solo después de la muerte de Stalin, en 1953, Rumanía reanudó sus propias iniciativas en esta región e intentó cruzar las barreras impuestas por la separación de los Balcanes en bloques militares y políticos distintos. Mientras que Rumanía, Yugoslavia, Bulgaria y Albania estaban bajo la dictadura de los régimenes comunistas, Turquía y Grecia tenían regímenes democráticos y liberales.
En 1956, tras la intervención contra la revolución anticomunista de Hungría y con el fin de mejorar su imagen externa, la Unión Soviética quiso permitir a los países de su esfera de influencia una determinada libertad de movimiento. Es más, en Rumanía los soviéticos incluso retiraron sus tropas en 1958. Los comunistas rumanos lo aprovecharon, intentando sobre todo un acercamiento económico y cultural a los demás países balcánicos.
Valentin Lipatti fue embajador, ensayista y traductor. En 1995 concedió una entrevista al Centro de Historia Oral de la Radiodifusión Rumana en la que habló de la iniciativa de desnuclearización de los Balcanes.
”Después de la guerra, la primera iniciativa rumana más importante fue, según se sabe, la iniciativa del primer ministro de aquel entonces, Chivu Stoica, que en 1957 pidió la desnuclearización de los Balcanes. Era una iniciativa atrevida, importante, pero que tuvo que enfrentarse a muchas reticencias. Si bien Bulgaria y Yugoslavia se declaraban a favor de un proceso de desnuclearización, de transformar los Balcanes en una zona libre de armas nucleares, en cambio Grecia y Turquía, como miembros de la OTAN, se oponían a esta iniciativa, lo que determinó el fracaso de la misma. Unos dos años más tarde, dicha propuesta, casi enterrada, entró en una fase de letargo. Sin embargo, la idea de la desnuclearización se mantuvo viva y posteriormente, fue aplicada a muchas zonas desnuclearizadas de todo el mundo.”
Dado que la barrera entre el comunismo y la democracia parecía imposible de cruzar, la cooperación cultural era una de las posibles soluciones. Valentin Lipatti.
”Al mismo tiempo con esta iniciativa del Gobierno, muy difícil porque se refería al sector militar y los asuntos militares siempre son muy complicados, en los Balcanes se desarrollaba una amplia cooperación muy importante en el ámbito cultural, en el sentido más amplio de la palabra: ciencia, cultura, educación, pero no en el ámbito gubernamental. Durante muchos años, la cooperación multilateral en los Balcanes se desarrolló en el ámbito no gubernamental, lo que era más fácil de realizar y que no suscitaba reticencias y polémicas. Así, la Unión Médica Balcánica, creada en el periodo de entreguerras, la Unión Balcánica de los Matemáticos y la Asociación Internacional de Estudios del Sudeste Europeo, creada en 1963, junto a otras organizaciones y asociaciones profesionales, contribuyeron a un ámbito de confianza y cooperación en los entornos balcánicos científicos y profesionales.”
El Comité de Cooperación Balcánica, encabezado por Mihail Ghelmegeanu, tenía como objetivo coordinar las actividades culturales, pero su éxito fue bastante escaso. Valentin Lipatti.
”El Comité de Cooperación Balcánica dirigido por Mihail Ghelmegeanu era también un comité no gubernamental, que luchaba por la paz. En aquella época se habían creado muchas organizaciones que luchaban por la paz. La idea era, según el modelo soviético, organizar conferencias mundiales de paz, conferencias regionales que luchaban por la paz y contra el imperialismo, etc… En los Balcanes fue creado este Comité de defensa de la paz, un comité multilateral, pero que no tuvo una activitad importante, sino una actividad de nivel medio. Lo que contaba eran las asociaciones profesionales: médicos, arquitectos, geólogos, científicos, arqueólogos, historiadores y escritores, cuya actividad se concentraba en dos niveles. Primero, se realizaba una cooperación concreta en el ámbito profesional, como historia o filología o arqueología. En el marco de dicha cooperación, posteriormente se realizaban estudios, investigaciones, es decir una actividad profesional multilateral entre los países balcánicos, entre varios expertos procedentes de los Balcanes. De esta forma, en los ámbitos profesionales se mantenía un ambiente pacífico de amistad, de buena vecindad y confianza mútua .”
En 1976, la reunión de Atenas, una reunión gubernamental sobre la coooperación económica y técnica, puso de manifiesto los errores de esta política. Valentin Lipatti:
”El objetivo establecido por Rumanía, igual que Yugoslavia y Turquía y en cierta medida, también por Grecia, era crear lo que se llamaba un resultado concreto. Es decir, crear un marco legal, institucional, porque una conferencia, independientemente de su nivel, si no tiene resultados concretos, se olvida. Aquí tuvimos que enfrentarnos a la oposición de Bulgaria. Nuestros amigos búlgaros se presentaron con un mandato muy limitado y declararon que no tenían ninguna aprobación en este sentido. Y como las decisiones se tomaban por consenso y el grupo estaba integrado por 5 miembros, realizar un consenso no era muy complicado, pero era suficiente que un solo miembro tuviese el derecho de veto, para que la decisión fuera anulada. Bulgaria seguía el modelo soviético y Moscú no aprobaba la cooperación económica en los Balcanes, porque con el tiempo, ese control se le habría escapado. Un pequeño mercado interbalcánico era considerado una amenaza, con Rumanía y Bulgaria claro, países socialistas, pero con Turquía, Grecia y la Yugoslavia no alineada, esta cooperación habría podido alcanzar un desarrollo no deseado por la URSS. Y entonces los búlgaros recibieron la órden de votar en contra. Durante muchos años, ese golpe de los búlgaros, enviado por debajo del cinturón, determinó el bloqueo de la cooperación multilateral.”
Durante el Telón de Acero, la política balcánica de Rumanía registró pocos éxitos. Los intereses divergentes que se manifestaban en el seno de la misma alianza, así como las disensiones entre los regímenes políticos, fueron suficientes motivos para que ningún país balcánico tuviera méritos especiales.
(Versión española S.Sarbescu)