El caso Otopeni
La revolución rumana del mes de diciembre de 1989 fue el más importante acontecimiento que marcó la historia de Rumanía en la segunda mitad del siglo XX.
Steliu Lambru, 23.12.2014, 13:48
La revolución rumana del mes de diciembre de 1989 fue el más importante acontecimiento que marcó la historia de Rumanía en la segunda mitad del siglo XX. Semejante descarga de energía en masa era increíble para la mayoría de los rumanos. Ocurría algo único y la mayoría de los ciudadanos sintió que tenía que participar en la renovación de Rumanía, pero los momentos enaltecedores de la recuperación de la libertad iban a mezclarse con acontecimientos trágicos. Uno de éstos fue la masacre de la localidad de Otopeni, de la mañana del 23 de diciembre.
A raíz de un terrible malentendido, el dispositivo de defensa del aeropuerto abrió fuego contra un convoy formado de tres camiones, matando a 50 militares que venían para defender al respectivo objetivo. Tomados por terroristas, los militares pagaron con su sangre la débil instrucción de aquellos que ocupaban el dispositivo, las deficiencias de telecomunicaciones, las órdenes contradictorias, la irritabilidad de la gente y el impacto de los rumores que corrían por todas partes. Junto con el historiador Serban Pavelescu tratamos de reconstituir aquel día enlutado de la revolución rumana
“El incidente del 23 de diciembre de 1989 forma parte de los acontecimientos que deben servir de lección en la instrucción de los militares. En la investigación militar, en el proceso que siguió y que duró 18 años, los testimonios de los sobrevivientes comprueban que hubo una conjunción de factores que condujeron a los acontecimientos de la noche del 22 al 23 de diciembre. Concretamente, en el dispositivo de defensa del aeropuerto de Otopeni había varias subunidades que pertenecían tanto al Ministerio de Defensa Nacional, como a las tropas de Guardafronteras, al Departamento de Aviación Militar y a las Guardias patrióticas. Cabe destacar que algunos elementos de este dispositivos no beneficiaban de la instrucción necesaria y otros estaban en curso de adquirirla. Los más valiosos y mejor entrenados elementos habían sido desarmados y considerados sospechosos. Me refiero aquí a la subunidad que pertenecía a la Unidad especial de Lucha Antiterrorista, a las subunidades que pertenecían al Ministerio del Interior, encargado de asegurar en condiciones de normalidad, la protección y la seguridad del aeropuerto..”
Serban Pavelescu nos describirá a continuación el dispositivo del aeropuerto y las premisas que conllevaron el estallido de la tragedia
“Habían sido desplegadas filas de tiradores tanto en el primer nivel de la antigua estación aéreas, como al nivel del suelo, y el edificio del Departamento de la Aviación Civil, que cercaba las vías frontales de acceso a la estación aérea. Habían sido desplegados tanto marines con armamento ligero de infantería y con armamento pesado, a saber, con un vehículo anfibio blindado y ametralladoras con el gálibo de 14,5mm. El dispositivo había sido formado 48 horas antes y los militares estaban cansados e irritados, porque habían estado en alerta continua y según iba a revelar la investigacíon posterior de la fiscalía militar, mal dirigidos. Además, la comunicación entre el dispositivo de defensa de la estación aérea y el Departamento de Aviación Militar funcionaba mal.”
En los albores del 23 de diciembre, las tropas adicionales conocidas bajo el nombre del “destacamento Campina”, dado que procedían de una escuela militar del Ministerio del Interior de la ciudad de Campina, partían rumbo a Otopeni. Al micrófono Serban Pavelescu
“El destacamento Campina había recibido la orden de desplazarse hacia la estación aérea, mientras que los integrantes del dispostivo habían sido ya alertados mediante llamadas telefónicas de que iban a ser atacados y esperaban que la ayuda llegara a un lugar completamente distinto. El resultado fue que en vez de seguir la vía hacia la terminal de transporte de mercancías del aeropuerto, el destacamento Campina entró perpendicularmente en el dispositivo de defensa.”
El terrible final que les esperaba a los militares de Campina fue el efecto lógico de las circunstancias presentadas por el historiador Serban Pavelescu
“Alrededor de las 7 de la mañana, en el mes de diciembre había todavía mucha oscuridad y los militares estaban muy cansados al cabo de una noche llena de alarmas nocturnas. En este contexto, el capitán Zorila, en un exceso de ahínco, abre fuego de advertencia para parar el hilo de camiones y en aquel momento los militares desplegados en el techo del edificio del Departamento de Aviación Civil pensaron que estaban atacados y como no tenían una comunicación real con los de la estación aéreas y con los de la primera fila abrieron, a su vez, fuego. Siguió un cañoneo general que fue interrumpido a duras penas.Los militares sobrevivientes del destacamento Campina se rindieron y fueron desarmados manos arriba. Poco tiempo después se oyó un nuevo tiroteo seguido por la segunda fase de la masacre que duró casi 10 minutos. Finalmente, en el momento en que los sobrevivientes se entregaron, apareció el autobús de los servicios civiles y al cabo de un nuevo cañoneo perdieron la vida otros 7 civiles”
Los militares del destacamento Campina pagaron una parte del tributo de sangre de la revolución rumana. Los militares caídos en Otopeni son los héroes de Rumanía, que cumplieron con su deber con el precio de sus vidas.
(Traducido por Rodica Popa)