La Revolución rumana en Iași
Unos días antes del 16 de diciembre de 1989, cuando empezaron las protestas en Timisoara, la capital de Moldavia se estaba preparando para enfrentarse a la tiranía comunista de Ceaușescu.
Steliu Lambru, 16.12.2013, 14:04
Timișoara es la ciudad símbolo de la revolución rumana del mes de diciembre de 1989. El 16 de diciembre, los ciudadanos de la capital del Banato decidieron que Rumanía tenía que cambiar, que la Rumanía de Ceaușescu, es decir, su país y el de sus hijos, ya no podía seguir el mismo camino mientras que todo el mundo comunista cambiaba. Con valentía, heroísmo y determinación, los ciudadanos de Timișoara salieron a la calle para expresar su deseo de cambiar y exigir el derecho a una vida mejor.
En la otra parte del país, unos días antes, la capital de Moldavia, la ciudad de Iași, se estaba preparando para enfrentarse a la tiranía comunista de Ceaușescu. En los años 80 se había formado un grupo de opositores integrado por los escritores Dan Petrescu, Tereza Petrescu, Luca Pițu y Alexandru Călinescu. El 12 de diciembre de 1989, el economista Ștefan Prutianu, junto a varios intelectuales que formaban la organización denominada “Frente Popular Rumano”, distribuyeron en toda la ciudad folletos en los que anunciaban una gran manifestación en la Plaza de la Unión, el 14 de diciembre, a las 4 de la tarde. 10 horas antes de que empezara la manifestación, los organizadores fueron detenidos.
El primer detenido de la revolución rumana de 1989 fue Ștefan Prutianu, el autor de la proclamación redactada el 10 de diciembre en los folletos. Prutianu, profesor de economía de la Universidad Alexandru Ioan Cuza de Iași, recordaba el momento cuando fue detenido y confesaba que lo había presentido. Las tropas ocuparon la Plaza de la Unión y detuvieron a decenas de personas. Así, aniquilaron la revolución de Iași antes de que comenzara. El historiador Adrian Cioroianu, decano de la Facultad de Historia de la Universidad de Bucarest, opina que era probable que la revolución anticomunista comenzara en una importante ciudad de provincia y no en la capital. Tenía que ser una ciudad cercana a la frontera de Rumanía, en la que la comparación con lo que pasaba en el país vecino despertaba el deseo de cambiar. Las ciudades de Iași y Timișoara eran ciudades de este tipo, al ser dos de los grandes centros industriales de Rumanía, según destaca Adrian Cioroianu:
“Llamaría la atención sobre este detalle que hacía posible que los movimientos contra Nicolae Ceaușescu comenzaran en ciudades cercanas a nuestros vecinos. Rusia representaba entonces a la antigua Unión Soviética. Iași estaba, a través de su posición geográfica, más cercana a la frontera del este. Inclusive en la antigua República Soviética de Moldavia, las cosas estaban más avanzadas que en Bucarest. Después, Timișoara estaba en la frontera del oeste. No creo que se pueda decir que no podía haber comenzado una revolución auténtica en Iași. De hecho, había un núcleo de opositores bastante evidente, por lo menos entre los intelectuales había algunas personas valientes que se habían expresado ya. Tal vez no había un grupo lo suficientemente numeroso como para iniciar una bola de nieve, como pasó en Timișoara. Timișoara era un lugar más propicio para iniciar una manifestación en la que participaran ciudadanos de varias religiones, etnias, inclusive rumanos. Si los rumanos no hubieran participado en Timișoara, Ceaușescu habría tenido razones para decir que era la culpa de nuestros vecinos, lo que de todas formas dijo, pero el hecho de que participaron rumanos le dio a la protesta una matiz nacional y global. Hay que investigar lo que pasó en Iași, pero, si analizamos más atentamente la situación, llegamos a la conclusión de que la ciudad más adecuada tenía que ser de la frontera del oeste, como Timișoara.”
Timișoara fue la ciudad donde la revolución rumana habló a todo el mundo sobre las aspiraciones de los rumanos y Adrian Cioroianu habla de sus puntos fuertes. Hemos preguntado a nuestro interlocutor qué le faltó a la ciudad de Iași para iniciar la revolución de Rumanía:
“Le faltó un iniciador, como fue Tokes en Timișoara. Y hay que aceptar que las revoluciones, en la mayoría de los casos, no son iniciadas por intelectuales. Por supuesto que los intelectuales las preparan, pero si no existe mucho apoyo, los intelectuales no tienen fuerza solos. Tokes trajo a Timișoara un aspecto interconfesional rumano-húngaro, por supuesto, junto a los alemanes y los serbios de la zona, los que llamó la atención del “mundo”. Y cuando digo “mundo” me refiero a la Europa Occidental de aquella época y esto causó el fin del régimen de Ceaușescu, acusado de llevar una política contra los húngaros y los alemanes al uniformizar el país. Desde este punto de vista, Timișoara tenía una ventaja que Iași u otras ciudades del país no tenían.”
La revolución rumana de Iași fue el resultado de una conspiración de aquellos que ya no aguantaban su vida diaria, una conspiración compartida por toda la sociedad rumana. Timișoara y Bucarest son ciudades donde los rumanos volvieron a ganar su libertad, pero Iași dio la primera señal del inicio del mayor acontecimiento histórico reciente de Rumanía.