Historia del Restaurante «Carul de bere»
En el Casco Viejo hay muchos restaurantes famosos y Carul cu bere (Carro con cerveza) es uno de los más visitados.
Christine Leșcu, 30.12.2014, 13:10
Desde sus comienzos, Bucarest ha sido un centro comercial importante fundado por la Corte Principesca en las orillas del río Dambovita y el Casco Viejo, un lugar emblemático que contaba con muchas tiendas antiguas y actualmente con muchas sedes de bancos. Además de estos edificios, se construían varios restaurantes o albergues donde los comerciantes podían descansar o donde venían para comer un plato caliente y tomar una cerveza o una copita de vino. En el Casco Viejo hay muchos restaurantes famosos y ”Carul cu bere” (Carro con cerveza) es uno de los más visitados. El edificio fue construido en 1899 en estilo neoromántico alemán. En este restaurante ofrecían cerveza casera. La fundación del restaurante se vincula a la idea de unidad entre los rumanos de Transilvania y los del antiguo reino de Rumanía.
La historia del ”Carul cu bere” comienza en el pueblo de Caţa, de la zona de Rupea-Sighişoara en Transilvania. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, muchos rumanos de Transilvania vinieron a Rumanía, donde había oportunidades de trabajo en las escuelas o en la administración. Según una estadística elaborada a finales del siglo XIX, el número de rumanos procedentes de Transilvania alcanzaba unos 150.000. Los más trabajadores y emprendedores se dedicaban al comercio, por ejemplo los hermanos Mircea de Caţa, Nicolae, Víctor e Ignat, que en 1879, fundaron en Bucarest el restaurante ”Carul cu bere”.
A lo largo de los siglos, este acogedor restaurante ha sido el lugar donde se reunían los rumanos de Transilvania, hombres de cultura como I.L.Caragiale, George Coşbuc, Onisifor Ghibu y Octavian Goga, así como jóvenes bohemios e incluso gente común que quería tomar una buena cerveza. Nicolae Mircea nos cuenta la historia del lugar:
”Hace 135 años en 1879, en la Calle de la Victoria de Bucarest aparece la cervecería ”Caru’ cu bere”, como propiedad de Ioan Căbăşanu y los hermanos Mircea, todos de Transilvania. 20 años después, en 1899, los hermanos Nicolae y Víctor Mircea invitaban a los clientes a través de un anuncio publicado en el periódico Adevărul, a visitar el nuevo restaurante abierto en la calle Stavropoleos nr.5, a tomar una cerveza muy especial, que era igual de buena que la mejor cerveza de Munich. Así comenzó la historia del ”Carul cu bere”, donde la cerveza siempre estaba buena, fría o no, según la moda de la época. Tenían un método de calentar la cerveza utilizando unos recipientes con agua caliente. La comida estaba buenísima y el ambiente muy alegre. Caru’ cu bere se ha convertido en un lugar emblemático para Bucarest, y sigue siéndolo incluso hoy en día. Los hermanos Mircea, que vinieron de Transilvania, se dedicaban al comercio con cerveza hecha en Rumanía. Animados por el arquitecto austriaco Siegfried Kofczinsky, habían logrado construir una conocida cervecería cuando el alcalde de la capital era el escritor Barbu Ştefănescu-Delavrancea. Esta cervecería fue administrada por los hermanos Nicolae y Victor, los cofundadores, y luego por la familia de Nicolae Mircea, hasta la nacionalización de 1949 cuando el restaurante pasó a manos del Estado rumano sin ningún fundamento legal. En 1999 tiene lugar la devolución del edificio a los herederos de los hermanos Mircea. En la actualidad, el edificio incluye una parte secreta hallada en pleno proceso de restauración en la que trabaja un equipo de arquitectos para recuperar este monumento histórico, nunca restaurado en los últimos 50 años.”
En los años 80 Ceauşescu cambiaba el aspecto de Bucarest, al destruir una parte importante de las iglesias y los edificios históricos pero ”Carul cu Bere” logró salvarse del derribo. Oliver Velescu, historiador en el Museo de Bucarest, recuerda aquellos momentos:
”En este edificio surgió la idea de la unión de Transilvania con Rumanía, sin documentos oficiales, sin ninguna carta de intenciones, solo debido al contexto y a los pensamientos de los que estaban presentes. Este restaurante ha atravesado periodos críticos, pero lo que destaca es la unidad de los rumanos. Otro aspecto que podemos recordar ocurrió hace unos 35 años cuando en Bucarest habían empezado los derribos. Caminabas por la calle y te daba miedo. Yo trabajaba en el Museo de Historia y quería salvar al menos algunos de estos edificios que se iban a derribar. Como testimonio del pasado de aquella época de derribos, Carul cu bere ha quedado casi intacto.”
Recientemente recuperado por los herederos de sus fundadores y administrado por una empresa comercial, ”Carul cu bere” sigue siendo igual de acogedor.
(Traducido por Simona Sarbescu)