La escritora Nora Iuga
Este año, la escritora y traductora Nora Iuga ha recibido la Orden Nacional de Mérito en grado de Comendador, por su empeño y talento en la promoción de la imagen de Rumanía.
Corina Sabău, 25.06.2017, 17:01
Este año, la escritora y traductora Nora Iuga ha recibido la Orden Nacional de Mérito en grado de Comendador, por su «empeño y talento» en la promoción de la imagen de Rumanía. No es la primera vez que Nora Iuga, de 86 años, recibe un premio tan importante. En 2015, la escritora fue galardonada con la Orden Cruz de Mérito en grado de Caballero de la República Federal de Alemania. Y también en Alemania, en 2007, la escritora recibió el premio Friederich-Gundolf otorgado por la Deutsche Akademie fur Sprache und Dichtung, un galardón que se concede a las personalidades que contribuyen a la promoción de la cultura alemana en el mundo. Nora Iuga es poeta, novelista, traductora y miembro de la Unión de los Escritores de Rumanía, así como del PEN Club, y ha publicado casi 20 libros de poesía, entre ellos La culpa no es mía (1968), La cautividad del círculo (1970, un volumen que fue retirado de las librerías y las bibliotecas, ya que el régimen comunista le prohibió seguir publicando durante 7 años), Opiniones sobre el dolor (1980), El corazón como el puño de boxeador (1982, 2000); La plaza del cielo (1986), La dactilógrafa de noche (1996, 2010), El hospital de las modelos (1998, 2010), El autobús de jorobados (2001, 2010), Fiesta en Montrouge (2012), El perro mojado es un sauce (2013) y Escucha como lloran los paréntesis (2016).
La escritora guarda un recuerdo muy exacto sobre sus primeros versos. Todo ocurrió cuando era alumna de segundo grado en Sibiu. Nora Iuga:
”De repente, me acuerdo de la cocina que había en la casa modesta donde vivía con mis padres. Allí preparaba mis tareas escolares. Sobre la mesa había un libro de historia y un cuadernillo, y mi padre tocaba el violín. Fue entonces que se me ocurrió escribir mi primer poema. Lo he contado ya en otras ocasiones, pero es verdad, así empezó todo. Y así nació la mujer que soy, la artista, el espíritu curioso e innovador que ha venido creciendo con los años. Muchas veces me parece que estamos en los comienzos de la filosofía, y me hago las mismas preguntas sobre los mismos problemas que se planteaban entonces. Porque a mí no me gusta leer como otros explican el mundo. Es una broma, es ridículo confesarlo tú mismo, como intelectual. Pero es una inmensa alegría si puedes encontrar tú solo una explicación para este misterio.”
A sus 86 años, Nora Iuga nos sorprende todos los años con un nuevo libro de poesía o ficción, lo que siempre ha sido valorado por el público y los críticos. Lo mismo sucedió con Escucha como lloran los paréntesis, un libro que fue publicado el año pasado por la editorial Cartea Românească, y que fue elegido, en el marco de la Gala de Jóvenes Escritores, el volumen de Poesía del año 2016. Nora Iuga:
”Nunca he intentado hacer el papel de la alumna perfecta. Todo lo que hago, lo hago por puro placer. Y Dios o el <
Partidaria de la vanguardia, Nora Iuga cree que el experimento es el principal proveedor de innovaciones en la literatura:
”Me gusta esta etapa que estamos atravesando en la poesía. Hay algunos poetas jóvenes a los que admiro y de ellos, quisiera destacar a Robert G. Elekes. Estoy muy contenta ya que él también ha sido mi descubrimiento, lo conocí en Reşita, durante las Jornadas de la Literatura Alemana.”
Este año, junto con Angela Baciu, Nora Iuga nos propone un nuevo libro de poesía: Más bonito que Dostoievski. Un diálogo vivo, coloquial, con muchos juegos de palabras, sátira política, apuntes diarios, notas de lectura y acontecimientos con sabor local. El libro está compuesto por 25 cuadros cortos, que cuentan una historia sentimental: dos mujeres que esperan la llegada del hombre amado, un tal Mister T., que volverá con ellas coronado de gloria como cazador de leones. Cada cuadro termina con la intervención del Coro Antiguo. El libro tiene un fuerte carácter dadaísta y puede ser considerado un atrevido intento de recuperar la vanguardia.
(versión española: Simona Sarbescu)