Olga Greceanu – Un caso único en la historia de la Iglesia Ortodoxa Rumana
Olga Greceanu vivió plenamente en dos épocas, la monárquica y la comunista.
România Internațional, 27.08.2016, 10:00
Olga Greceanu (1890-1978) vivió plenamente en dos épocas, la monárquica y la comunista. Célebre, bella, talentosa, dama de compañía de la reina Maria de Rumanía, Olga Greceanu formaba parte de la élite artística de la Bucarest de entreguerras. Exhibía en las grandes ciudades de Europa y en Nueva York era invitada personal del presidente Roosevelt.
Hasta llegar a los Santos Lugares y conocer a los monjes del grupo ortodoxo La Zarza Ardiente, con su profunda filosofía teológica de la “oración del corazón” creía ser ciudadana del mundo, un ser libre y sin prejuicios.Luego, como si fuese iluminada, decidió retirarse en su taller de pintura para rezar a Díos a su manera, en dibujos y colores. Sin ser una tragasantos,( era licenciada en Bellas Artes y…química) y con un feliz matrimonio que duró 47 años, Olga Greceanu fue también una militante de la igualdad de sexos y apoyó con todas sus fuerzas la causa de la mujer marginalizada injustamente, siendo tal vez, la primera feminista de Rumanía que luchó contra los prejuicios del tiempo y la misoginia de sus colegas pintores, logrando fundar la Sociedad de las Pintoras y Escultoras rumanas.
Condecorada dos veces con la Cruz Patriarcal, fue la única mujer que recibió la aprobación escrita de los patriarcas Nicodim Munteanu y Justinian Marina para predicar en el púlpito de todas las iglesias del país.
Subiendo los andamios con la soltura de una gata incluso a los 80 años de edad,Olga Greceanu se dio a conocer como autora de unos grandiosos conjuntos de pintura mural que se pueden admirar hasta hoy en día en la Universidad de Arquitectura “Ion Mincu” y en el Instituto de Historia “Nicolae Iorga” de la capital, asicomo a través de numerosas pinturas de caballete exhibidas en Rumanía y en el extranjero. Hablamos aquí de las exposiciones de Barcelona del año 1929, donde obtuvo el Gran Premio, de París de 1928 y de Nueva York, del año 1924. Olga se impuso también como escritora. Además de los trabajos dedicados al específico nacional en la pintura, es autora del Diccionario Bíblico Ortodoxo, una joya bilateral con textos y dibujos originales, en que divulga la palabra del Señor, asequible a todos, y de una novela titulada “El odio mata”.
La Santa Virgen con el Niño Jesús (pintura de Olga Greceanu)
Desgraciadamente, gran parte de su obra fue destruida por los bombardeos del año 1945. El resto le fue confiscado por los comunistas. No perdió sólo palacios y haciendas, toda la fortuna de la familia Greceanu. Lo que de veras perdió fue el derecho a firmar sus pinturas.Los dignatarios comunistas decidieron cubrir con cal los frescos de la estacion de ferrocarril Mogosoaia y los de dos edificios importantes administrativos de la capital, obligándole a estrenar, su unica exposición de madurez, en su vivienda personal. En vez de protestar y reivindicar sus derechos de gran artista se hundió benévolamente en el anonimato del trabajo y restauró decenas de monumentos religiosos, frescos e iconos de inestimable valor, sin dejarse nunca vencer. Pintó y restauró iglesias y realizó el mosáico de la iglesia del monasterio Antim, de Bucarest.
Este apego suyo a lo sagrado la nimbó de un halo místico. Cuando tenía 12 años de edad, Olga se enfermó de gravedad y los médicos se encogían impotentes de hombros diciendo:”sólo Díos la puede salvar”. En aquella noche, la niña de 12 años de edad, soñaría con una tumba al lado de la cual estaba el Señor JesuCristo. ¿Es para mi? — preguntó ella asustada pero en el sueño el Señor le sonrió con bondad y le dijo: “Esta tumba está preparada para los pecados del mundo. Tú te morirás vieja, en un día viernes”. A los 80 años de edad Olga Greceanu notaba en su diario íntimo: “hace mucho desde cuando soy vieja y cada viernes pienso: ¿será este viernes u otro? Coincidencia o no, Olga Greceanu falleció precisamente en un dia viernes… del año 1978.