La ciudad de Caransebes
Hacemos un alto en la ciudad de Caransebes, sudoeste de Rumania.
Valeriu Radulian, 02.10.2013, 18:05
Para llegar allí, la más fácil vía de acceso es en coche, saliendo de Bucarest, pasando por Alexandria, Craiova y Orsova. El viaje dura más o menos ocho horas en carretera. También existe la posibilidad de ir en tren. Cabe mencionar que hay dos trenes, uno que sale de Bucarest a las seis de la madrugada y otro que sale al mediodía. El viaje en tren dura menos, aproximadamente seis horas y media.
Después de un viaje bastante difícil llegamos a una maravillosa ciudad, que fue mencionada por vez primera en un documento hace más de 720 años. Les aseguro que vale la pena emprender este viaje porque es suficiente dar un paseo por las callejuelas empedradas de Caransebes para enterarnos de una historia fascinante.
Si uno decide hojear un álbum de fotos con antiguas imágenes de Caransebes se puede imaginar que está ante una obra de teatro, vera cómo paseaban por aquellas calles las señoras con sombreros grandes y los caballeros elegantes. Es una imagen digna de un estreno de teatro. El decorado serían las casas de hoy en día cuyas arquitectura es inspirada en la majestuosidad del arte clásico.
Caransebes es una ciudad muy acogedora, es un importante centro económico, conocido como el más antiguo asentamiento del Banato. En el siglo XVI esta ciudad era famosa por los negocios que se hacían allí también gracias a su posición geográfica, siempre en la encrucijada de los caminos que unían la Europa central de la Oriental. A cada paso, parece que la ciudad te está recitando un fragmento de un libro de historia. No creo que existe placer más grande que el de reunirte con un testigo del pasado de nuestro pueblo. Nada más tienes que mirar con los ojos de la mente las iglesias, los museos, las calles estrechas y los parques tan bonitos que te rodean.
Cada ciudad tiene sus edificios de culto con los que se enorgullece, dispone de oasis de tranquilidad donde los feligreses se reúnen para celebrar diferentes fiestas o pura y simplemente para meditar. Caransebes, más que cualquier otra ciudad, parece haber heredado iglesias antiguas y monasterios fascinantes. Hace algunos años terminaron las obras de la nueva Catedral Ortodoxa, La Resurrección de Jesucristo. Prácticamente no existe viajero que no permanezca por lo menos diez minutos contemplando su majestuosidad. La parte oéstica es adornada de un mosáico que representa un icono, el Domingo de Tomas, que mide unos 28 metros cuadrados.
Es fascinante poder viajar, conocer lugares cargados de historia y personajes pintorescos que son orgullo de cada ciudad. En mi opinión esta zona es perfecta para pasar las vacaciones porque por una parte de ofrece la posibilidad de satisfacer tu curiosidad de “investigador” y por otra parte tienes la oportunidad de visitar los alrededores, de emprender un viaje al monte vecino. Los aficionados a la pesca seguro que pasaran allí momentos inolvidables. Para los más jóvenes existe la posibilidad de hacer senderismo o, durante el invierno, esquiar.
Caransebes se puede enorgullecer no solo con todo lo mencionado más arriba, sino también con una fauna impresionante. Desde 1918 existe allí un club de caza, que dispone de 95 mil hectáreas. El oso, el ciervo y el gallo montés son tan solo algunos de los tesoros del fondo cinegético local.