El Monasterio Secu, de Rumanía
Dicho monasterio funcionaba antaño en tanto que una verdadera ciudadela, siempre preparada para defender la zona
Valeriu Radulian, 25.06.2013, 18:30
Estimados oyentes, hoy vamos a visitar el Monasterio Secu, de la región de Moldavia, un monasterio que fue construido 500 años atrás.
Dicho monasterio, al igual que los demás edificios religiosos, funcionaba antaño en tanto que una verdadera ciudadela, siempre preparada para defender la zona en contra de los conquistadores. Hoy en día recibe a los feligreses que sienten la necesidad de acercarse a Dios. El recinto del monasterio a veces es demasiado pequeño, porque cuando hay alguna fiesta la gente acude a este monasterio en gran número.
Nuestro destino turístico de hoy, el monasterio de Secu, está situado a 22 kilómetros de distancia de la ciudad de Targu Neamt. Como siempre, para empezar os digo cómo se puede llegar allí, desde Bucarest, que es la capital, el más importante punto de enlace. Pues bien, en coche el viaje dura bastante. Sigues el camino europeo E 85 hasta la ciudad de Bacau, luego el camino departamental 15 hasta Piatra Neamt. Desde allí llegas bastante rápido al monasterio de Secu. Si decides ir en tren, tienes que saber que hay uno que sale de Bucarest, desde la Estación Norte y llega a Piatra Neamt a las dos de la tarde. Desde allí tienes que ir en un microbús hasta el monasterio.
Pues después de un viaje que cansa bastante, encuentras por fin la oasis de tranquilidad que buscabas. El sentimiento de gratitud se apodera de ti, gratitud a la historia, a los que construyeron aquel lugar. Los príncipes moldavos, cada vez que ganaban una lucha mandaban construir un monasterio, esta era la forma que habían encontrado de dar las gracias a Dios por haberles apoyado y protegido.
Dicho monasterio aparece mencionado por vez primera en un documento hace ya 500 años. Del este documento nos enteramos que en el año 1500 un grupo de monje buscaban por la zona un lugar para edificar un monasterio. Quedaron fascinados con aquellos parajes, pero parece que el monasterio fue construido 30 años más tarde. Al principio no era el edificio imponente que vemos hoy en día, pero con la ayuda del príncipe reinante de aquella época y debido a las donaciones de los feligreses todo vino desarrollándose con suma rapidez y al final se convirtió en una ciudadela preciosa, rica y preparada a hacer frente a cualquier invasor.
A finales del siglo XVI Nestor Urechhe y su esposa, familia de nobles, deciden reconstruir el monasterio, pero esta vez utilizando la piedra. Hay quienes dicen que el noble había prosperado mucho durante el reinado de Ieremia Movila. Recibía dinero de 70 aldeas y por esto se había vuelto muy rico. La ciudadela tiene forma rectangular y en medio de la misma se encuentra la iglesia grande.
Esta iglesia es rodeada por las celdas de los monjes. Cabe mencionar que desde el 15 de abril hasta el 15 de octubre, los turistas pueden encontrar alojamiento allí mismo, en las celdas de los monjes, pagando unos 15 euros por persona. Yo estoy seguro que los que se animan hacer este viaje a Rumanía y visitar esta zona preciosa no se van a arrepentir. Luego, al irse, pueden llevar consigo recuerdos maravillosos, hechos a mano por los mismos monjes. Se venden a precios módicos en una pequeña tienda de recuerdos. La mayoría son objetos religiosos, bendecidos por el cura del monasterio.
Si quieres pasar unos días de tranquilidad, en medio de los abetos altos, comiendo comida sana atrévete a viajar al monasterio Secu de Moldavia, porque vale la pena visitar Rumanía.
Amigos, aquí nos despedimos, porque termina nuestro viaje de hoy. Fue muy agradable pasar estos minutos en vuestra compañía, con motivo de nuestro encuentro semanal con el programa Vale la pena visitar Rumania. Recuerden nuestra dirección de correo electrónico: span@rri.ro. Poned la mención para Valeriu o para Vale la pena visitar Rumania. Estaré aquí también la próxima semana, en las antenas de RRI, con más información turística de mi país, pero hasta entonces, como siempre os dejo por unos instantes en compañía de los ritmos folclóricos rumanos. ¡Hasta la próxima, amigos!
Autor: Valeriu Radulian