Domingo 14 de abril
-Bueno, amigos, por aquí tuvimos una semana con tiempo variable: lluvias ligeras, aguaceros, cielo nublado, fuerte viento y días soleados con máximas que rondaron los 15 grados centígrados.
Victoria Sepciu, 14.04.2019, 05:08
-Bueno, amigos, por aquí tuvimos una semana con tiempo variable: lluvias ligeras, aguaceros, cielo nublado, fuerte viento y días soleados con máximas que rondaron los 15 grados centígrados.
Con esto paso ya a contestar la correspondencia de hoy:
Rudimar Luiz Belusso de Dois Vizinhos-Paraná-Brasil, se pone en contacto con nosotros para saludarnos e informarnos que recibió nuestros envíos y que está muy contento con todos los materiales que le llegaron. También habla este amigo de nuestros programas que le gustan mucho porque de ellos aprende muchas cosas sobre Rumanía, país que admira y quiere conocer a fondo. Rudimar asegura que mantendrá el contacto con nosotros y que enviará regularmente sus datos y comentarios acerca de los programas sintonizados.
-Bueno, Rudimar, te agradezco el cálido mensaje y me alegro que te gusten nuestros programas y que quieras conocer cuantas más cosas sobre Rumanía. Me alegro que estés contento con los materiales que te llegaron en buenas condiciones. No te preocupes, amigo, volveré a enviarte las QSLs que te faltan. Muchas gracias por todo y recibe ya un fuerte abrazo y un afectuoso saludo desde aquí. ¡Hasta la próxima!
Osmany Cabrera Herrera de Holguín-Cuba, nos hace llegar una bonita tarjeta con sus cálidos saludos y sus buenos deseos para este año y adjunta sus últimos informes de recepción.
-Muchas gracias, Osmany, por la bonita tarjeta y por tus votos, así como por tu constante apoyo. Cada año que pasa recibimos menos tarjetas en papel, y menos sobres, ya que la gran mayoría de las personas optan por las tarjetas electrónicas y por los correos. Precisamente por esto, tu envío es un detalle que yo valoro sumamente. A mi turno, amigo, te mando un gran abrazo desde aquí y mis mejores deseos. ¡Hasta la próxima!
Hugo Timm Alves de Arapoti-Paraná-Brasil, reanuda el contacto con nosotros para saludarnos y enviarnos sus informes de recepción. Nos manda asimismo preciosas postales de su ciudad, Arapoti, con unos paisajes realmente espectaculares. Me gustaron tanto que busqué en internet más información y encontré que su nombre significa «campos floridos», y que antes estos campos eran ocupados por criaderos de ganado. Cuenta con un circuito de turismo cultural denominado Línea Verde, que da la posibilidad de visitar innumerables atractivos naturales y culturales.
-Bueno Hugo, te agradezco de corazón este especial envío y me alegro mucho que hayas reanudado el contacto con nosotros. Muchas gracias también por los informes de recepción y por los bonitos sellos. Un gran abrazo y ¡Hasta la próxima!
Luís Jiménez Piña de La Habana/Cuba, nos manda sus saludos y sus último informes de recepción con observaciones sobre los programas sintonizados. Escribe Luis que nuestros programas le gustan mucho porque son amenos e interesantes y le dan la posibilidad de aprender muchas cosas sobre Rumanía.
-Muchas gracias, Luis, por volver a colaborar con nosotros. Me alegro mucho que sigas sintonizando constantemente nuestros programas y que te gusten. A mi turno te envío un muy cordial saludo a la distancia y será ¡Hasta la próxima!
Miguel Ramón Bauset desde Alboraya, Valencia, España, quiso compartir un nuevo material de su serie de artículos reunidos bajo el título “ESTAMPAS DE LA VIDA”, su título es: CONTEMPLANDO EL MAR.
Aquella mágica mañana, todavía de invierno, el sol acariciaba allá en las alturas al azulado cielo que en la lejanía parecía desembocar en el mar. Dominaba el universo, y ni siquiera una nube dispersa quería acompañarle. Era el Rey, como lo ha sido siempre, y era el dueño de todas las situaciones. Desde aquel banco solitario del paseo, junto a una palmera majestuosa de la media docena que le seguían, también se observaba con alegría el revoloteo de las gaviotas que, jugando y jugando, no cesaban de parlanchinear mientras acelerando vuelo esperaban encontrar su alimento que con tanta paciencia buscaban entre los movimientos de las olas del mar. En más de una ocasión, según cuentan, su paseo ha llegado a tierra firme al divisar una molleja de pan, un exquisito manjar para acompañar a sus tradicionales habitantes minúsculos de la fauna marina. Y lo más curioso del caso, ellas van a su objetivo, a por a su alimento, sin importarles los picotazos que puedan repartir en su andadura.
No parece haber hecho un invierno fuerte, repleto de temporales, fríos y bravíos del sr mar como antaño; más bien los días en ocasiones se asemejaban a la lejana primavera que a la estación que inicia y cierra cada año.
Tampoco se sucedían demasiados personajes en principio en aquella playa maravillosa que reposaba tranquilidad, paz y sosiego. No era un día festivo y eso también influía bastante.
Los más atrevidos se introducían un poco hacia dentro, no sin antes expresar su sobresalto ante el cambio de temperaturas. Otros se paseaban una y otra vez desde el espigón hasta el faro jugueteando con el ir y venir de las olas, y aún había quienes jugaban un mini partidito en la arena con lo que el cansancio al final del día estaba asegurado.
En la lejanía marina, allá donde parece que el cielo se junte con la tierra, el perfil de un gran buque parecía saludarnos a su paso por esas aguas repletas de vida y misterios, mientras las amigas nubes se empeñaban en ir apareciendo y darnos algún susto de los buenos soltando un conjunto de gotas agrupadas que nos invitarían a coger el paraguas y abrirlo, una cosa tan simple pero un tanto en desuso por estos lares porque las lluvias no son demasiado frecuentes.
Más de cerca pequeñas barcas de pesca y de recreo van saliendo del puerto cercano y alguno destaca en esta mar en calma.
A las espaldas de este hermoso espectáculo en primera línea marinera se sucede la vida de los edificios, de los comercios, de los coches, de algún autobús y de un tráfico muy travieso en algunos momentos. Pero claro, todo a medio gas porque es temporada baja y no hay mucho movimiento alrededor. Ahora en Pascuas, que es el aperitivo del tórrido verano que nos espera, empezarán las cosas a ir funcionando, dotando alegría alrededor.
Pero ellas, las gaviotas, a pesar de todo, desde allá arriba, siguen dominando el panorama, y con ojo avizor no cesan de volar y volar, de contarse cosas y de preparar en cuanto se pueda el descenso inmediato para ese banquete que tanto les entusiasma y que a la vez es necesario para su subsistencia.
El banco de madera del paseo, mojado todavía del chaparrón tormentoso de anoche que dejó apagado un buen rato las farolas, enojadas con la furia de un rayo que sobrevino de pronto sin esperarlo, seguía esperando visitas, puesto que el siguiente se encontraba un tanto alejado.
Un pescador pasa casi desapercibido, a toda pastilla, cargado con sus utensilios , un buen bocata, una botella de agua, y un libro de bolsillo de misterio, para calmar su paciencia si no se suceden capturas. Una radio, desde luego que no, ni siquiera con cascos, por si ahuyenta a quienes se acerquen a morder el anzuelo.
Desde esa estrecha calle de apartamentos de varios pisos, el mar se divisa con una panorámica que enamora y debe ser todo un espectáculo contemplar una noche de tormenta, lloviendo intensamente, viendo caer los rayos por doquier o escuchando los choques de las nubes que a veces suenan en buena armonía.
Comienzan a aparecer bicicletas e incluso patinetes, la última moda, que circulan zumbados respetando las señales sin lugar a dudas.
Un empleado de un restaurante chino cercano busca una dirección un tanto complicada para acercar la comida. Ante tantas escaleras y bloques y la escasez de transeúntes para preguntar, decide volver a su origen y tomar buena nota de su destino.
Varios personajes se mueven alrededor del paseo practicando su deporte favorito. Ya no está tan solitario aquello y se va llenando de gente.
La horchatería de la esquina, donde hacen la mejor horchata de chufas, decidió este año abrir un poco antes añadiendo a su amplio surtido de productos el chocolate a la taza acompañado de las porras y los churros, sin olvidar los buñuelos de calabaza tan típicos en las fiestas falleras. Es lugar de encuentro de eternas charlas en las tardes donde la oscuridad hace acto de presencia a muy temprana hora.
Al final junto al banco, un señor de avanzada edad decide dejar su modesto equipaje y descansar un rato. No se cansa de reflejar en su mirada el ir y venir de las olas, el jugueteo de las gaviotas y la lejanía por si alguien se asoma. Podía pasarse horas y horas allí, contemplando el mar, realmente una situación de las mejores que existen. Fuera de serie, este mar que nos deja atónitos. ¡Todo un espectáculo!
-Muchas gracias, Miguel, por haber compartido este bonito comentario sobre el mar que nos encanta y hechiza siempre con su magia. Un gran abrazo, amigo, y ¡Hasta pronto!
Luis Camarillo está interesado en cartearse con personas de todo el mundo. Su dirección postal es: 3014 Monroe Ave, El Paso TX 79930, EE.UU.