Domingo 6 de septiembre
Primero, amigos, os quiero decir que tanto en Bucarest como en otras zonas del país hizo mucho calor y las autoridades emitieron alerta amarilla por canícula y molestias térmicas.
Victoria Sepciu, 06.09.2020, 05:56
Primero, amigos, os quiero decir que tanto en Bucarest como en otras zonas del país hizo mucho calor y las autoridades emitieron alerta amarilla por canícula y molestias térmicas.
Luego, el lunes 31 de agosto, en Rumanía, la República de Moldavia y las comunidades de la diáspora se celebraron simultáneamente eventos culturales para marcar el Día de la Lengua Rumana. Desde el año 2013, cada 31 de agosto, a raíz de una propuesta legislativa el idioma rumano es celebrado por los rumanohablantes de todo el mundo. También en la República de Moldavia, estado exsoviético, que al oeste tiene frontera con Rumanía, y donde la mayoría de la población es rumanohablante se celebra este 31 de agosto, el Día de la Lengua Rumana que es idioma de estado desde 2013. Durante el período soviético, a la población se le había impuesto que hablara el idioma moldavo y utilizara el alfabeto cirílico. El 31 de agosto de 1989 fue adoptada la ley que proclamaba la vuelta a la grafía latina y el idioma rumano se ganó el estatuto de lengua oficial en la República de Moldavia. Idioma románico, el rumano ocupa el quinto lugar, según el número de hablantes, después del español, el portugués, el francés y el italiano. Unos 28 millones de personas hablan el rumano como idioma materno. En Rumanía es lengua oficial y lengua materna para más de un 90% de la población. El rumano es lengua materna y es hablado también en Ucrania, Hungría, en Serbia (en el Valle de Timoc) y en Bulgaria. Hablan el rumano también las comunidades de étnicos rumanos de Croacia, Eslovenia, Eslovaquia o Polonia, así como los rumanos residentes en el extranjero. El rumano es al mismo tiempo lengua oficial en la Unión Latina, organización internacional que reúne a los países del mundo donde se habla uno de los idiomas románicos, y también en la UE, desde el 1 de enero de 2007. Al mismo tiempo, la lengua rumana es una de las cinco lenguas en que se celebran servicios religiosos en el Estado monástico del Monte Athos. En el presente, funcionan unos 50 lectorados de lengua, cultura y civilización rumanas en 30 países de Europa, Asia y EE. UU., así como un proyecto iniciado por el Instituto del Idioma Rumano en 2007: cursos de lengua, cultura y civilización rumanas, proyecto dedicado a los alumnos rumanos matriculados en unidades de enseñanza de Bélgica, Italia y España y desde el año 2015, también en Portugal e Irlanda.
En Rumanía los alumnos se están preparando para el inicio del nuevo curso escolar. Pronto descubrirán qué opción para el desarrollo de las clases ha elegido su escuela. Debido a la pandemia, en Rumanía las clases del curso escolar anterior finalizaron en línea. El nuevo curso escolar preuniversitario empezará el próximo 14 de septiembre y las clases se organizarán según tres escenarios que se aplicarán de manera distinta en cada zona. Dependiendo de la evaluación del Instituto Nacional de Salud Pública, las unidades de enseñanza optarán por la presencia de todos los alumnos en el aula, mitad en el aula y mitad en línea o todos los alumnos en línea.
Con esto, queridos amigos, paso a contestar las cartas y mensajes de hoy.
Adriel Amaya Armas nos saluda desde Bolondrón-Matanzas-Cuba, nos manda sus últimos informes de recepción y comparte asimismo lo suyo: Este 1 de septiembre recomenzará el curso escolar en casi todo el país excepto en La Habana y otras partes del país donde el rebrote de Covid es más significativo. En mi provincia ha habido varios casos en los últimos días de agosto. Espero que todo quede ahí y que se mantenga a la pandemia controlada. Entre el domingo 23 y el lunes 24 Cuba fue afectada casi en su totalidad por la Tormenta tropical Laura, con vientos de 100km/h y rachas superiores que ocasionó daños en viviendas y cultivos frágiles.
¡Sigo con mucho interés los programas de RRI! Las noticias, deportes, tradiciones, todo. Gracias por estar en la onda corta.
-Bueno, Adriel, primero, muchas gracias a ti por estar a nuestro lado y apoyarnos continuamente. Luego, me alegro mucho que allí todos estéis bien y que la tormenta no haya causado víctimas. Recibe, amigo, un fuerte abrazo junto con mis mejores deseos para ti y tus seres queridos. ¡Hasta la próxima!
Miguel Ramón Bauset desde Alboraia-Valencia-España comparte un material sobre uno de los hábitos de vida que ha cambiado la época de la pandemia: CENA PARA DOS
Era la cena despedida que se disponía a intentar frenar el calor agostiano con un buen ágape frente a las olas del Mediterráneo que seguían jugueteando en sus idas y venidas sin preocuparse ni del día, ni de la parte del mismo, ni siquiera del estado del tiempo que tanto nos preocupa para organizar nuestros planes. El paseo recogía los últimos bañistas que ultimaban la vuelta a casa en un atardecer mágico con ligeras nubes que impregnaban al cielo un tono rojizo.
En la arena, los chiringuitos encendían las luces para que durante unas horas y ante el fresquete del mar, aquellos que querían disfrutar de la playa hasta el último minuto, tomaran sus últimas consumiciones.
El restaurante, en primera línea, y con vistas a ese mediterráneo tan elegante, les atendía la reserva. Era un lugar muy distinguido, con luces en las mesas y que permitía deleitarse con esa fina brisa marina con olor a salitre. Había algunas mesas libres. Era martes y además las condiciones en que se vive este verano, no ofrecían un panorama mejor.
Dando un vistazo a la carta, por internet, y con una cerveza de barril en un vaso glaseado, se eligen los entrantes y un plato posterior para cada uno.
El camarero, súper amable donde los haya, que compartió hasta bromas en todo momento que nos atendió, comentó que era demasiada comida, que probáramos primero con los entrantes, y después decidiéramos con que seguir. En el entorno, junto a la mirada de las olas, un sonido de música de jazz non stop, sería la cita para disimular charlas y conversaciones de los comensales. Varias cervezas se asomarían al evento disimulando paliar la sequedad de los platos. Frente a un buen vino, era el mejor aliado.
Y comienza el desfile de lo solicitado, todo de pescado ya que estábamos frente al mar: buñuelos de bacalao, croquetas de bogavante, calamarcitos, pulpo a la brasa, y un gigantesco tomate de temporada regado con un buen aceite de oliva jiennense y bañado con diferentes especias.
Una delicia de tomate, vaya, para acompañar esa variada muestra de pescados que habíamos demandado.
No parecía una noche muy fresca que digamos, al lado del mar y las palmeras cercanas, no movían ni una de sus hojas. Un par de gaviotas cercanas, aún rebuscaban desde lo alto, si en la arena algún resto de comida había quedado para llevarse, tal vez a sus recientes crías.
¡Qué alegría divisar en la lejanía un gran barco, con las luces encendidas!
La noche estaba a punto de cerrarse, y cada vez lo hacía más temprano… el verano le quedaba apenas un mes de vida y había que dar paso a otras estaciones. Preocupaba también el tema de las lluvias, tan lejanas ellas, y que cuando hicieran su aparición, a lo mejor lo hacían de forma tempestiva. La cena iba tomando camino, y las conversaciones de mil y un temas también. Poco a poco no iba quedando nada, debía ser porque estaba más que rico.
Los chiringuitos de la arena iban cerrando, y apagando sus luces. Obligan a cerrar pronto, y la gente lo sabe. Algunos, a pesar de ser agosto, trabajan al día siguiente y hay que descansar, y conciliar el sueño. No hubo necesidad de pedir el plato encargado, también de pescado. Se había comido lo suficiente. Como era la playa de Alboraya, llegado el postre la carta incluía una torrija de orxata con una bola de leche merengada arriba que supo definitivamente a gloria. Para seguir la cena no faltó el café, que dejó dormir después afortunadamente, y rematando la faena un buen gin mare con tónica hasta que los camareros advertían que se acercaba la medianoche y debían comenzar a recoger.
Una noche memorable para una despedida, como debía ser. Lo que no fue tan grato era el momento de pagar la cuenta, un poco elevada bien es cierto, pero como era un buen lugar ambientado y divisando el mar todo quedó en un buen susto.
Y es que…nada hay mejor que un buen comer junto a un mar de vivencias y recuerdos. Cosas tan sencillas como esta… ¡se recuerdan siempre!
-Muchas gracias, Miguel, por colaborar de nuevo en este programa para compartir esta experiencia, que ahora, debido a la pandemia, es todo un acontecimiento. Como algunos de vosotros ya saben, en Rumania, los restaurantes, los cafés, los cines y los teatros han vuelto a abrir apenas a partir de este martes, 1 de septiembre, sin embargo se les exige que cumplan ciertas normas de seguridad sanitaria. Las discotecas y los bares permanecen cerrados.