Domingo 17 de mayo
-Por aquí, amigos, tuvimos una semana agradable con buen tiempo y temperaturas altas que alcanzaron los 30 grados centígrados.
Victoria Sepciu, 17.05.2020, 05:26
-Por aquí, amigos, tuvimos una semana agradable con buen tiempo y temperaturas altas que alcanzaron los 30 grados centígrados.
En Rumanía, el 14 de mayo, se conmemora a los mártires de las cárceles comunistas. En la noche del 14 de mayo de 1948, tuvo lugar la mayor ola de detenciones políticas en la historia del país. Decenas de miles de jóvenes, muchos de ellos estudiantes y estudiantes de secundaria, fueron arrestados en ese momento, en base a un plan de las autoridades comunistas, encarcelados o enviados a los campos de exterminio. Según los historiadores, más de 600.000 rumanos fueron víctimas del sistema represivo comunista entre 1944 y 1989.
Los últimos dos meses han sido atípicos para los rumanos ya que la declaración el pasado 16 de marzo del estado de alarma afectó nuestra existencia. Ahora, al cabo de dos meses del estado de emergencia, en Rumanía siguen 30 días del estado de alerta. Esto supone la relajación de las restricciones duras, pero también nuevas obligaciones. Las autoridades han anunciado que sigue siendo necesario tomar medidas para combatir la propagación del virus. Por ello, a partir del viernes, será obligatorio llevar mascarilla en los espacios públicos o en los medios de transporte público. Los rumanos podrán salir de casa sin la declaración bajo propia responsabilidad, pero no podrán salir de la ciudad sin ella y viajar fuera del lugar de residencia sólo será posible bajo ciertas condiciones: por motivo de trabajo, por problemas médicos, para realizar trabajos agrícolas o para practicar deportes individuales. Han vuelto a abrirse los salones de peluquería, pero se asegurará una superficie de 4 metros cuadrados como mínimo para cada cliente y una distancia mínima de 2 metros cuadrados entre dos personas. También las clínicas dentales y los museos han abierto sus puertas.
Con esto, queridos oyentes, paso a contestar la correspondencia de hoy:
Antonio Argolo Silva Neto de Jequié/Bahia-Brasil se pone en contacto con nosotros para saludarnos y compartir lo suyo: Le agradezco la atención prestada al tiempo que estoy remitiendo otra misiva. Debido a las limitaciones causadas por el coronavirus, tuve que rehacer algunas agendas, incluyendo escuchas telefónicas, pero estamos bien organizando el tiempo entre el trabajo y el aislamiento social. Sin embargo, siempre hay tiempo para fotografiar las flores, cultivar la felicidad seguida de buenas noticias. Aunque las noticias mundiales han sido llenas con información de la pandemia, me alegro de que Radio Rumania incluye esta agenda en los boletines y continúa manteniendo su programación está hablando de los atractivos culturales, turísticos, históricos también contesta la correspondencia de los oyentes.
Creo que después de la pandemia el mundo ya no será el mismo, no sé qué se espera de las emisiones internacionales y por eso trato de aprovecharlas al máximo. Con la certeza de que la radio nos proporciona momentos de gran alegría junto a personas sensibles a la percepción de los oyentes. En sintonía con Radio Rumania, y con otro informe de recepción, siguen mis votos de una cuarentena en perfecto estado de salud, junto con la familia.
Como no debe faltar espacio para las flores aquí sigue una fotografía de la flor de Pau-Brasil, Paubrasilia echinata, árbol nativo que dio origen al nombre de nuestro país.
-Muchas gracias, amigo Antonio, por volver a contactar con nosotros y por seguir escuchando nuestros programas en castellano. Me alegro mucho que te gusten y que tu interés por la radio no haya disminuido. Muchas gracias también por la bonita foto y por el comentario. Desde aquí te mando un fuerte abrazo y un cálido saludo, a ti y a todos tus seres queridos, y quedo a la espera de tus noticias. ¡Hasta la próxima!
José Luis Corcuera de Vitoria-Álava-España, se pone en contacto con nosotros para mandar sus cordiales saludos y sus observaciones sobre sus escuchas. De nuevo les escribo para enviarles mis informes de recepción del mes de abril, en los mismos pueden ver que les capto sin demasiadas complicaciones.
Pasó el mes de abril y con el confinamiento se hizo muy largo. Parece que tienes mucho tiempo el fin de semana encerrado en casa pero a mí me ocurre que no me concentro porque notas que no estás haciendo las cosas que sueles hacer normalmente y sobre todo para los que los fines de semana los solemos pasar en otra localidad. Parece que se irán levantando muy poco las restricciones pero de momento no podemos salir del municipio donde residimos y podemos salir a hacer ejercicio entre las 6 y 10 de la mañana y entre las 20:00 y las 23:00, los ancianos tienen otra franja horaria y los menores tienen otra distinta.
No nos queda otro remedio que amoldarnos a un panorama distinto al que estábamos acostumbrados y llegará un verano sin actos festivos y sin turistas extranjeros porque ya algunos nos meten el miedo en el cuerpo diciendo que puede llegar un rebrote de la enfermedad o una segunda oleada hacia el mes de noviembre.
Seguiré a la escucha de sus emisiones y les tendré al corriente de la recepción de la señal en mi zona. Con los mejores deseos se despide, José Luis Corcuera. -Bueno, José Luis, muchas gracias por comunicarte, una vez más, con nosotros, para enviar tus datos y comentarios sobre las condiciones de la escucha y los espacios sintonizados. En efecto, amigo, es muy duro renunciar a nuestra vida cotidiana, es un ambiente triste y desalentador y aún más porque afecta a todo el planeta. A mí me da la sensación de ser personaje de una película de ciencia ficción. Ya veremos lo que nos depara el futuro. Por ahora, amigo, me alegro que estés bien y que nos escuches en buenas condiciones. Te mando un fuerte abrazo en la distancia y ¡Hasta la próxima!
Afortunadamente, entre tantas noticias y mensajes relacionados con la pandemia, el amigo Juan Franco Crespo de Valls Tarragona/España nos mandó más materiales con sus amenas e interesantes impresiones de los últimos viajes que realizó antes de que se expandiera el nuevo coronavirus. Así que a continuación, queridos amigos, para evadir del ambiente sofocante y angustioso que se centra diariamente en este tema, os propongo continuar con el material que Juan escribió sobre TOBAGO.
Las dos islas tienen poco más de 5.000 kilómetros cuadrados [concretamente 4828 y 300 respectivamente], actualmente habitadas por poco menos de millón y medio de habitantes de los que unos 60.000 estarían residiendo en la tranquila y sorprendente Tobago [42×11 kilómetros de forma alargada, lado oriental bañado por el Atlántico y el Occidental por el Mar Caribe], ideal para el submarinismo, peces multicolores y el solaz en este mundo tan ajetreado.
Estas tierras emergidas fueron localizadas por Cristóbal Colón en su tercer viaje, en 1498, cuando llegó hasta las actuales costas venezolanas. Los británicos las agruparon en islas de sotavento y barlovento. En el caso que nos ocupa abarcarían desde Dominica hasta Trinidad o grupo de las Islas Windward, para nosotros, Barlovento.
Así que estamos en Tobago, el 50% de la República de Trinidad y Tobago, al menos en el nombre del país, en la práctica hay una gran diferencia en cuanto a tamaño, población y peso en la economía insular de estas tierras que apenas están a una treintena de kilómetros de las costas venezolanas. La capital es Scarborough; y efectivamente, no va descaminado el que cree que tiene relación con el tabaco. Sería el término que, los aborígenes del momento le daban, cuando hicieron acto de presencia los primeros españoles, el topónimo le cayó porque se parecía a la “pipa” que los adelantados indios utilizaban para fumar aquella planta que acabaría siendo un vicio a nivel planetario y una fuente de ingresos para la Hacienda pública de inimaginables cifras, vaya que entre ese “impuesto” y el que sufren los carburantes, prácticamente todo el orbe tiene la mitad de su presupuesto solucionado, algo que puede venirse abajo si dejamos de fumar y de movernos ante la feraz patada del COVID-19.
Tobago es conocida por su gran colonia de aves y pasa por ser un paraíso ornitológico gracias a la ubicación y relativa tranquilidad que encuentra la fauna en ella. Prácticamente toda la zona central de la isla –en forma de diagonal- conforma la exuberante y hermosa Reserva Forestal que apenas tiene puntos habitados. La mayoría de la población se concentra en la zona suroeste, en la cara atlántica que es donde nos encontramos a algo parecido con una carretera, todo lo demás se parece más a caminos o pistas forestales que te dejan los riñones molidos. Los demás poblados se localizan por las abigarradas bahías a las que, los lugareños, frecuentemente se desplazan por mar utilizando las lanchas, algo habitual en su cotidianidad, pero volvamos al hilo histórico.
Los españoles se ve que no encontraron mucho futuro y nos fuimos, como en tantas ocasiones seríamos sustituidos por los británicos que se harán con ella en el XVII, pero los indios, feraces y sin miedo a defender lo suyo, se lo pusieron tan duro que diezmaron a los que desembarcaron, los pocos que quedaron, enfermos, acabaron también largándose de ella. Es cierto que ese abandono sería momentáneo y la isla se convertiría en una de esas piezas que se disputaban las dos potencias europeas que, por lo visto, no tenían suficiente con las guerras en el continente, así que también trasladaron sus conflictos e intereses a miles de kilómetros y ello dio muchas veces hechos insólitos; en alguna ocasión se habían depuesto las armas en Europa y allí aparecía una fragata que inmediatamente se ponía a cañonear a los franceses o al revés
Y en ese ambiente nos presentamos en el año 1803 cuando, Tobago, se convierte en tierra inglesa a todos los efectos y a pesar de la neutralidad que teóricamente gozaba desde 1748. Debemos señalar que hasta finalizar el XIX, la isla tenía una importancia vital en la economía de la metrópoli gracias al monocultivo de la caña de azúcar y uno de sus grandes productos estrella: el RON que tanto gustaba a los ciudadanos de la metrópoli, especialmente a los opulentos de la City. El desastre que provocó el hundimiento de los precios en ese monocultivo ya afectó entonces a la economía global y dejó prácticamente en la más absoluta de las miserias a los isleños, los pocos propietarios de las plantaciones que quedaban, en muchos casos, levaron anclas y otros cayeron en la más absoluta pobreza. Los peor parados fueron los esclavos, la mayoría de los habitantes actuales son fruto de aquellas gentes que, desde el Golfo de Guinea, fueron llevados a la fuerza para ser utilizados como mano de obra barata.
De esa manera llegamos a la época de la anexión administrativa en 1889 a la de Trinidad y en 1962 ambas alcanzaban la independencia; algo que sucedió en aquella época prodigiosa donde aparecieron países como setas y muchos de los nuevos estados prácticamente inviables económicamente. Aunque no debemos obviar que los pudientes, muchas veces, tienen en cartera una deuda que es simplemente impagable, y en ese grupo estaría España que en estos momentos, estadísticas en la mano, se está comiendo lo que habrá de producir la sexta generación y, mientras tanto, no hemos contabilizado el desastre de la pandemia del virus que nos llegó desde Wuhan y que está siendo administrado con mucha imaginación por la propaganda del momento. O sea, estamos en manos de los filosofeadores que nos venden la idea de un mundo feliz y sin preocupaciones y, curiosamente, nos quedamos alelados, nos pasa como en aquella célebre maldición gitana: pleitos tengas y los ganes.
Para llegar a Tobago tenemos dos vías, la rápida mediante transporte aéreo que te deja en Punta Corona [Crown Point] y la económica que es un ferry nocturno que va de perlas para los de escaso presupuesto o que quieren amortizar su viaje, pues viajando en él se ahorran una noche de hotel, en ese duermevela te das cuenta que estás en otro lugar cuando comienza a despuntar el astro rey.
Una vez en la capital, lo lógico es pateársela, al menos la parte central o comercial, todo un eufemismo, pues eso se hace en un suspiro, después podemos subir al Fuerte Rey Jorge que, levantado sobre un montículo, desde sus 140 metros, en un privilegiado promontorio, nos permite ver la desparramada ciudad, con un poco de claridad incluso se otea en el horizonte la isla de Trinidad. Si somos observadores, cuando estamos a la altura del hospital se localiza uno de los pocos lugares históricos de la capital, la célebre prisión en la que los esclavos se sublevaron en 1801, te explican con todo tipo de adjetivos el ahorcamiento de uno de ellos por 38 veces, o sea, una pieza que tenía más vidas que un gato; simplemente lo sometieron a un terrible suplicio con hacerle creer que lo enviaban al otro mundo, lo preparaban y, de manera inmediata, caída, corte de cuerda y de nuevo a la celda, así 38 veces. ¡Hay que tener madera para someter a un ser a tamaña vileza!
Satisfecha nuestra curiosidad sobre la pequeña capital podemos ya iniciar el recorrido del perímetro insular, para ello tomaremos la carretera hacia el suroeste que nos llevará a realizar el mismo trayecto hasta el Aeropuerto de Crown Point, si alguien tiene interés puede ir a ver la cueva de Robinson Crusoe Bay [aunque nada tenga que ver con las chilenas del mismo nombre] lo cierto es que también quieren ubicar el origen de la novela de Defoe. Tras superar Canaan y Crown Point deberemos estar atentos para otear una de esas bellezas que no tienes en otros lugares: la hermosura de Bucco Reef., una gran barrera de coral, ideal para sumergirse o recorrer con yates de suelo transparente, fáciles de localizar y de alquilar cuando no hay un exceso de demanda. Entre esta zona y Plymouth se han ido instalando numerosos complejos hoteleros al abrigo de las olas atlánticas, que te hacen pensar, con pasta, lo bello que es vivir.
Poco después de sobrepasar esa pequeña población nos encontraremos con Arnos Vale, vale la pena detenerse y, con permiso, desplazarse por ese viejo ingenio azucarero convertido en flamante y exclusivo hotel. Prácticamente toda la zona de cultivo se ha convertido en una preciada ubicación para solaz de turistas, viajeros y aficionados a la ornitología, excelente lugar para observar a los diferentes tipos de colibríes y, con suerte, varias decenas de avecillas más que destacan por sus espectaculares plumajes: toda una delicia para los ojos y para las cámaras de fotografía de alta resolución.
Si tengo que recomendar algo, una breve parada y la degustación de alguna cerveza del país, pueden servirnos de respiro antes de continuar ruta hacia la norteña Charlotteville, tramos a veces difíciles, aunque al ser una isla pequeña, la sensación es que el tiempo pasa volando. Iremos ascendiendo por una serie de poblados que parecen sacados de algunas novelas de aventuras y anclados en el tiempo, playas idílicas, de ensueño y, además, solitarias en muchos de los casos. Casi en el destino final por ese lado, tenemos la célebre Punta Paloma que con sus modestos 572 metros pasa por ser la mayor altura de la isla.
Si hemos llegado hasta aquí deberíamos intentar lograr seguir hasta la Reserva Ornitológica de Little Tobago que, con sus 180 hectáreas protegidas, permiten observar pájaros de infinidad de tipos, evidentemente no siempre están los mismos, todo depende de la estación en que uno las visita. Hay que ir a Speyside para intentar hacerse con el bote que traslada a los interesados a ese paraíso tropical, es una experiencia enriquecedora y, por supuesto, con una buena máquina para inmortalizar las simpáticas avecillas que apenas están quietas un segundo. También van bien unos buenos ojos y prismáticos para poder observar tanta belleza que, apenas es molestada por el hombre. Al regresar a la isla, convendría bajar por el lado atlántico y así completaremos la totalidad del perímetro de Tobago, si hay tiempo una parada para pasear por la reserva forestal siempre va bien para oxigenarse. Por supuesto no deje de disfrutar de su oferta gastronómica en alguno de los chiringuitos locales, el pescado es realmente fresco y de un extraordinario sabor. Si puede trate de degustar la sabrosa langosta al estilo local. ¡Qué aproveche!
-¡Tomaremos en cuenta tu consejo! Muchas gracias, Juan, por haber compartido este bonito relato que ha aportado un brillo espectacular a estos días tristes y preocupantes. ¡Cuídate mucho, amigo, un fuerte abrazo y ¡Hasta la próxima!
