Acontecimientos internos del año 2016
Nuevo Gobierno en Rumanía; victoria del PSD en las elecciones parlamentarias; estreno electoral en Bucarest
Bogdan Matei, 07.01.2017, 11:00
Nuevo Gobierno en Rumanía
El presidente del Consejo del Distrito de Timiş y exdiputado socialdemócrata Sorin Grindeanu (43 años) ha sido la propuesta para el cargo de primer ministro aceptada el penúltimo día del año por el presidente Klaus Iohannis. El jefe del Estado había rechazado anteriormente por razones desconocidas y que sólo quedaron especulaciones de la prensa la primera opción del líder del PSD, Liviu Dragnea, la exministra de Desarrollo, Sevil Shhaideh. Esta presencia muy discreta en el escenario político se habría convertido en la primera jefa de Gobierno, además musulmana, de la historia de Rumanía. Bajo la dirección administrativa de Grindeanu y la dirección política de Dragnea, el PSD y su aliada, la ALDE, están nuevamente en el poder, tras un año de gobierno tecnócrata liderado por Dacian Cioloş, instalado en noviembre de 2015, cuando las grandes manifestaciones contra la corrupción de la clase política habían conllevado la dimisión del equipo ejecutivo de Victor Ponta.
Victoria categórica del PSD en las elecciones parlamentarias
Los socialdemócratas y los liberal demócratas ganaron también la dirección del nuevo Parlamento en las elecciones del 11 de diciembre. Dragnea es presidente de la Cámara de los Diputados y el copresidente de la ALDE, Călin Popescu-Tăriceanu, seguirá siendo el jefe del Senado, lo que en la arquitectura constitucional significa la segunda persona más importante del Estado. El PSD ganó las elecciones con más de un 45% de las opciones. A gran distancia, con sólo un 20%, siguió el PNL, obteniendo un resultado que conllevó la dimisión de la jefa de los liberales, Alina Gorghiu. Unos meses después de su creación, la USR, originalmente una ONG convertida en partido, llegó a ser la tercera potencia política parlamentaria, con un 9% de los votos. Superaron también el umbral electoral del 5% la ALDE, la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía, que anunció que iba a apoyar en el Parlamento al Gabinete de Grindeanu, sin recibir cargos ministeriales, y el PMP, del expresidente Traian Băsescu. Menos de un 40% de los rumanos con derecho a votar participaron en la votación para elegir a los 465 diputados y senadores del nuevo Legislativo. En esas elecciones se volvió al voto por listas, en vez de usar el voto uninominal que en 2012 llevó a un Parlamento sobredimensionado, con 586 mandatarios.
Estreno electoral en Bucarest
El 5 de junio, los bucarestinos eligieron por primera vez a una alcaldesa, miembra del PSD, la senadora Gabriela Vrânceanu-Firea. Experiodista controvertida, que entró en la política hace cuatro años, Firea recibió un 41% de los votos de un electorado considerado durante mucho tiempo de derecha. Sólo un 33% del electorado de Bucarest partició en la votación, muy por debajo de la media nacional del 48%. Los alcaldes fueron elegidos en una sola vuelta, siendo el ganador el candidato que recibió la mayoría simple de los votos. La medida fue criticada por la sociedad civil y la prensa, que afirmaron que, si la persencia en la votación era escasa, los alcaldes tenían problemas respecto a la legitimidad.
Rumanía mostró consecuencia respecto a la diplomacia
La política exterior de Rumanía mantuvo en 2016 sus antiguos ejes, tanto en su relación con los aliados en la OTAN y los colaboradores de la UE, como también con Rusia. El ministro de Exteriores del Gabinete de Cioloş, Lazăr Comănescu, destacó de manera permanente la importancia de una relación transatlántica “cuanto más sustancial posible y abogó por el fortalecimiento del flanco este de la Alianza. En la relación con los rusos, dominó el pragmatismo, afirmó también el exministro de Exteriores de Bucarest. La postura de Rumanía quedó firme y en consonancia con la de la UE y la OTAN en el caso de las sanciones económicas y diplomáticas aplicadas a Moscú.
El factor Dodon
En 2016, al igual que en los años anteriores, la política exterior de Rumanía apoyó el proceso de reforma de la República de Moldavia, para consolidar el recorrido europeo de este Estado exsoviético, donde la mayoría de la población habla el rumano. Las excelentes relaciones bilaterales, facilitadas por el apego a Rumanía del presidente Nicolae Timofti y la existencia en Chisináu de un Gobierno y de una mayoría parlamentaria declarada proocidental, corren el riesgo de verse afectados por el resultado de las elecciones de noviembre, cuando el socialista filoruso Igor Dodon llegó a ser jefe de Estado. Después de las elecciones, el presidente Iohannis no hizo más que anunciar en un comunicado que “tomó nota del voto de los ciudadanos. En el comunicado no se mencionó el nombre de Dodon, que tiene una virulenta retórica antirumana. Iohannis sólo usó la expresión “nuevo presidente de la República de Moldavia, del que afirmó que tenía que mostrar sabiduría y equilibrio en su mandato.
Decepciones en el deporte
2016 fue un año mediocre para el deporte rumano. En agosto, en la Olimpiada de Río de Janeiro, Rumanía sólo obtuvo cinco medallas: una de oro, una de plata y tres de bronce. Además, a Rumanía se le retiró posteriormente una medalla de bronce, dado que el levantador de pesas que la había obtenido resultó positivo en pruebas antidopaje. El 47 lugar en la clasificación por medallas es el peor resultado registrado por los olímpicos rumanos desde 1952. En junio, en el Campeonato Europeo de Francia, los futbolistas rumanos ocuparon el último lugar en el Grupo A del torneo final. El entrenador Anghel Iordănescu fue sustituido por el alemán Cristoph Daum, el primer entrenador extranjero de la historia del equipo nacional. Pero en los primeros partidos de los preliminares de la Copa Mundial 2018 de Rusia, ni la manera de jugar, ni los resultados mejoraron. Anque tenía posibilidades de obtener medallas. el equipo nacional femenino de balonmano ocupó el quinto lugar en el Campeonato Europeo de Suecia. La tenista rumana mejor cotizada, Simona Halep, acabó el año en el cuarto lugar en la jerarquía mundial.