Quejas sindicales
Los sindicatos de varios sectores de Rumanía organizan nuevas protestas para llamar la atención sobre sus reivindicaciones.
Leyla Cheamil, 02.02.2023, 13:55
En el contexto del encarecimiento de la energía eléctrica y de los combustibles, así como de la subida de los precios de los alimentos, el año 2023 llega con nuevas protestas sindicales en Rumanía. Los empleados del sistema de educación han salido a la calle a manifestarse, para llamar una vez más la atención sobre sus solicitudes. Las federaciones del sector de la educación protestaron el miércoles delante de la sede del Gobierno para exigir salarios decentes, especialmente para el personal no docente. Según los representantes de las organizaciones sindicales, el personal no docente es la única categoría de empleados públicos que, en este año 2023, tampoco ha alcanzado el nivel de los salarios base que estipula la ley. Los salarios base del personal no docente van desde los 1800 leus hasta los 2300 leus, y la subida de la inflación, que fue del 16,4 % en diciembre de 2022, junto con la subida de los precios de los productos básicos y de los servicios públicos corrientes, han provocado el aumento del grado de pobreza.
Los sindicalistas afirman que los salarios de los docentes tampoco son motivadores y piden la adopción de una normativa que reposicione a los asalariados de la educación en la jerarquía de los puestos del sistema público, en función de su nivel de cualificación profesional y con la importancia que la sociedad debería conceder a la educación. Al mismo tiempo, la Federación de los Sindicatos Libres de la Educación, la Federación de los Sindicatos de la Educación «Spiru Haret» y la Federación Nacional Sindical «Alma Mater» advierten de la existencia de un punto neurálgico en la educación: «… debido a los salarios muy bajos del sistema de educación, nos enfrentamos a una falta aguda de docentes cualificados: muy pocos jóvenes se decantan por ejercer su profesión en el sistema de educación, y los que están en la recta final de su carrera deciden jubilarse. Igualmente, en los últimos años, se ha llegado a un extremo indignante: se constata un aumento alarmante del número de docentes no cualificados en los centros de educación, en vez de que su número baje anualmente», señalan los sindicalistas, en un comunicado.
A su vez, la Federación Sanitas empezará, el 6 de febrero, a protestar delante del Gobierno, durante al menos una semana. Las reivindicaciones de los sindicalistas son numerosas, pero, en régimen de urgencia, quieren que los gobernantes tomen cartas en el asunto para solucionar al menos dos de ellos. Piden que se compense la inflación subiendo los ingresos de todos los asalariados al menos un 15 %, a partir del 1 de febrero, y que los sindicatos sean consultados de cara a la elaboración de la futura ley de retribuciones, para que no se mantengan las mismas diferencias discriminatorias entre médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería ni que se reduzcan los ingresos.
Por otra parte, en enero, la Federación de Sindicatos Forestales «Silva» organizó una concentración frente a la sede del gobierno contra la enajenación los bosques, propiedad pública del Estado. Los silvicultores salieron a la calle a protestar contra un proyecto de ley que, según ellos, permitiría privatizar los bosques del Estado. En respuesta a ello, el Gobierno afirmó que no se trataba de privatizar los bosques, sino de una iniciativa legislativa relativa al gobierno corporativo, un objetivo asumido mediante el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia.
Traducción al español: Gabriela Ristea