Presión migratoria sobre la UE
La crisis migratoria en la frontera entre Polonia y Bielorrusia está empeorando y la ONU pide que se ponga fin al uso de personas vulnerables como peones políticos.
Corina Cristea, 11.11.2021, 17:24
Desencadenada sobre el trasfondo del deterioro de las relaciones entre Minsk y la UE y la intensificación de la retórica agresiva del presidente bielorruso Alexander Lukashenko, la crisis de refugiados en la frontera oriental de la UE corre el riesgo de convertirse en una catástrofe humanitaria. Por eso, a petición de Francia, Irlanda y Estonia, el Consejo de Seguridad decidió reunirse para intentar encontrar una solución para las miles de personas que quieren llegar a Europa Occidental y que se encuentran atrapadas en condiciones inhumanas en la frontera de la Unión, enfrentándose a temperaturas muy bajas. Durante algunos meses, Bielorrusia ha estado animando a migrantes de Oriente Medio a cruzar su territorio para unirse a la UE a través de Polonia y los países bálticos, y la crisis se ha intensificado en los últimos días, cuando miles de migrantes han llegado a la frontera y se han producido varios intentos de forzar la entrada.
Polonia ha movilizado militares en la frontera para detenerlos y ha informado a los aliados de la OTAN de la crisis. La Alianza del Atlántico Norte está monitoreando la situación y ha asegurado que defenderá la seguridad de sus miembros, incluidos Lituania y Letonia, otros Estados miembros que se enfrentan a presiones migratorias de Bielorrusia. De hecho, ésta no es la primera vez que los tres países europeos se enfrentan a oleadas de migrantes, en su mayoría sirios, iraquíes y afganos, que intentan llegar ilegalmente de modo especial a Alemania. La UE ha acusado repetidamente a Bielorrusia de haber traído a estos migrantes para enviarlos al territorio comunitario en represalia por las sanciones impuestas a Minsk por el fraude en las elecciones presidenciales del año pasado de Alexander Lukashenko y por la brutalidad con la que se reprimieron las protestas postelectorales.
El panorama de la situación en la zona se complementa con las acciones de Rusia que apoya al régimen de Lukashenko y que ha enviado dos bombarderos capaces de portar armas nucleares en una patrulla de demostración en el espacio aéreo bielorruso. Las agencias de noticias escriben que cada vez más acusaciones europeas de esta crisis se dirigen al presidente ruso Vladimir Putin, pero el Kremlin ha señalado que estas suposiciones son inaceptables. El presidente Putin, a quien la canciller Ángela Merkel ha pedido en una conversación telefónica que intervenga y ponga fin a la crisis, ha propuesto entablar contactos directos entre funcionarios de la UE y Minsk para debatir los problemas surgidos.
En las fronteras de la UE tiene lugar un ataque híbrido brutal, Bielorrusia está utilizando la desesperación de los migrantes como arma, de una manera cínica e impactante, según ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. La situación en la frontera entre Bielorrusia y Polonia no es una crisis migratoria, sino un intento del «régimen autoritario» de Minsk de desestabilizar a sus vecinos, según considera la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, conforme a la cual la Unión ampliará las sanciones contra Bielorrusia, dirigidas tanto a personas como a entidades.