El estado de alerta prorrogado nuevamente
El Gobierno ha aprobado prorrogar por 30 días el estado de alerta en el territorio de Rumanía.
Roxana Vasile, 09.04.2021, 14:23
El Gobierno rumano ha decidido prorrogar por 30 días, a partir del próximo martes, 13 de abril, el estado de alerta en el territorio de Rumanía, para prevenir y luchar contra los efectos de la pandemia de COVID-19. Dicho de otro modo, se mantienen todas las medidas ya conocidas por todos los rumanos: uso obligatorio de la mascarilla en los lugares públicos, tanto en el exterior como en el interior y mantenimiento de la distancia física. Los restaurantes, las salas de teatro y los cines permanecen cerrados. Entre las 22:00 y las 5:00 horas está limitada la circulación de las personas. En las zonas en que el número de infecciones por el nuevo coronavirus supera el 4 por cada mil habitantes, los viernes, los sábados y los domingos, la circulación de las personas se realiza sólo hasta las 20:00 horas, y las tiendas cierran a las 18:00 horas. Estas medidas se aplican durante toda la semana si el índice supera el 7,5. Se suspende la actividad de las salas de fitness si el índice de infección por COVID-19 supera el 4 por cada mil habitantes y se pueden volver a abrir cuando el índice esté por debajo del 3,5.
Las únicas concesiones hechas por el Gobierno rumano se refieren a las fiestas religiosas de varios cultos. Recientemente, los católicos han podido disfrutar de una Pascua casi normal, y los judíos han podido participar también en los servicios religiosos ofrecidos en el marco del Pésaj. Los ortodoxos, mayoritarios en Rumanía, podrán circular sin restricciones en la noche de Resurrección, del 1 al 2 de mayo, a diferencia del año pasado, cuando estuvo prohibido participar en las misas en las iglesias. Tampoco han sido olvidados los musulmanes. El Ejecutivo ha previsto para ellos una relajación de la circulación del 8 al 9 de mayo por la noche, por la celebración específica del mes santo de Ramadán.
Por otro lado, como tradicionalmente, cada 1 de mayo, en la costa rumana del mar Negro comienza la temporada turística y desde hace un año, la hostelería está gravemente afectada por las medidas restrictivas impuestas por la pandemia de COVID-19, este año el Gobierno ha decidido que los destinos situados en la costa del mar se pueden abrir, pero respetando todas las normas vigentes y a una capacidad máxima del 70%, como sucede ahora en los destinos de montaña. Recientemente, el ministro del Interior, Lucian Bode, ha estado en Constanza, la mayor ciudad rumana situada en la costa del mar Negro, para transmitir a sus subalternos (policías y gendarmes) que su misión será muy difícil durante el fin de semana en el que se celebran la Pascua y el 1 de mayo, cuando habrá muchos turistas en la costa. La salud es la más importante, así que las fuerzas de seguridad cumplirán sus misiones para que se respeten las restricciones impuestas, ha advertido el ministro.
Versión española: Monica Tarău