Confinamiento local, efectos positivos
Las autoridades rumanas se felicitan porque las medidas de confinamiento zonal hayan sido eficientes respecto a la reducción del número de infecciones por SARS-CoV-2.
Roxana Vasile, 15.12.2020, 14:32
Este lunes, en Rumanía ha sido anunciado el menor número de casos nuevos de infecciones por COVID-19 durante la últimas cinco semanas, aproximadamente 3.250. Sin embargo, frente al número de pruebas efectuadas, aproximadamente 8.000, la tasa de infección alcanza un 40%, una cifra lejos de tranquilizar a los ciudadanos. Bucarest sigue ocupando el primer lugar respecto al número de casos diarios, aunque la tasa de infección haya bajado levemente, situándose por debajo de 7 casos por cada mil habitantes. En esta clasificación no deseada sigue Constanza (sudeste), con una tasa de infección de casi 6,5, al igual que Ilfov, distrito limítrofe de la capital. Otros 12 distritos de Rumanía son considerados zonas rojas, con más de 3 casos por cada mil habitantes, mientras que 7 distritos están en la zona verde, con menos de 1,5. Hay también algunos distritos en los que no se ha registrado ningún caso nuevo. Algunos epidemiólogos consideran que la evolución positiva en ciertas zonas de debe tanto al bajo número de pruebas, como al hecho de que la población respeta más las normas: uso de mascarilla en lugares abiertos y cerrados, lavado y/o desinfección de las manos y distancia física de 2 metros.
Últimamente, las autoridades centrales no han ofrecido ninguna explicación por el número de pruebas que sigue bajando. En cambio, se felicitan porque las medidas de confinamiento zonal, puestas en marcha por las autoridades locales, hayan sido eficientes. El Departamento para Situaciones de Emergencia dentro del Gobierno ha precisado que la importancia del confinamiento zonal resulta también del hecho de que la tasa de infecciones registradas en los últimos 14 días por cada mil habitantes haya bajado en más de un 50% de las cifras iniciales. Por ejemplo, en la ciudad de Sibiu (centro), a mediados de noviembre, cuando fue declarado el confinamiento, se registraban más de 13 casos por cada mil habitantes, y actualmente el índice está por debajo de 5. En Zalău (noroeste), a principios de noviembre, cuando se declaró el confinamiento, el índice alcanzaba casi 10 por cada mil habitantes, y el 3 de diciembre, el índice era de aproximadamente 3,5. Por ello, el Departamento para Situaciones de Emergencia ha hecho un llamamiento para que los ciudadanos respeten las medidas de protección, concedan más atención a la higiene y eviten las zonas concurridas, sobre todo en el contexto de las fiestas de invierno. Sin embargo, en un mensaje publicado en las redes sociales, el epidemiólogo e investigador Octavian Jurma opina que el beneficio sanitario y económico de las pruebas efectuadas en la población es inmenso frente a cualquier medida tomada para limitar la pandemia, y por ello, el aumento de la capacidad para efectuar pruebas frente al aumento del número de infecciones debe ser una prioridad. Además, debe ser una urgencia superar el umbral del 10% en el número de resultados positivos. Según Octavian Jurma, la política de prevención es preferible al aumento de la capacidad de los hospitales para tratar la enfermedad COVID-19, con médicos agotados y ciudadanos desesperados.
Vesrión española: Monica Tarău