Los profesores y la enseñanza en línea
El sistema rumano de enseñanza es una de las víctimas de la pandemia de COVID-19. Suspendidas el pasado mes de marzo debido al nuevo coronavirus, las clases se reanudaron a mitad del pasado mes de septiembre cuando empezó el nuevo curso escolar 2020-2021. Las clases se organizaron según tres escenarios. El escenario verde significa un número muy reducido o cero enfermos en dicha localidad. En el otro extremo, el escenario rojo, significa más de tres enfermos al día en los últimos días, nadie va al colegio y la enseñanza se desarrolla en línea mientras que el escenario amarillo implica un sistema mixto. Sin embargo, la alegría de los casi 2.800.000 niños y adolescentes de volver a clases no duró mucho. El aumento del número de casos de infecciones por el nuevo coronavirus ha determinado el cierre de muchas unidades escolares de varias localidades del país, incluida Bucarest. Las autoridades han decidido que el proceso educativo se desarrolle sólo en el espacio virtual.
Roxana Vasile, 05.11.2020, 14:30
El sistema rumano de enseñanza es una de las víctimas de la pandemia de COVID-19. Suspendidas el pasado mes de marzo debido al nuevo coronavirus, las clases se reanudaron a mitad del pasado mes de septiembre cuando empezó el nuevo curso escolar 2020-2021. Las clases se organizaron según tres escenarios. El escenario verde significa un número muy reducido o cero enfermos en dicha localidad. En el otro extremo, el escenario rojo, significa más de tres enfermos al día en los últimos días, nadie va al colegio y la enseñanza se desarrolla en línea mientras que el escenario amarillo implica un sistema mixto. Sin embargo, la alegría de los casi 2.800.000 niños y adolescentes de volver a clases no duró mucho. El aumento del número de casos de infecciones por el nuevo coronavirus ha determinado el cierre de muchas unidades escolares de varias localidades del país, incluida Bucarest. Las autoridades han decidido que el proceso educativo se desarrolle sólo en el espacio virtual.
El período de siete meses, entre el mes de marzo y de septiembre, debería haber creado para el Ministerio de Educación una buena oportunidad de pensar soluciones viables de modo que tanto los niños como los profesores no se vieran afectados. Desafortunadamente la realidad es otra. Muchos profesores no saben ni ahora, a comienzos del mes de noviembre, qué significa la enseñanza en línea, una buena parte de los alumnos no dispone de los medios necesarios, ordenadores portátiles o tabletas, y para los padres el esfuerzo logístico es considerable.
Un sondeo de opinión realizado por la Federación de los Sindicatos de la Educación Spiru Haret con una muestra de aproximadamente 8.500 profesores de toda Rumanía indica que más del 53% ha participado en los últimos 5 años en cursos de formación. Aun así, cada vez más profesores (un 66%) consideran que también necesitan otros cursos para poder dar clases en línea. A la vez, casi un 46% afirma que las autoridades no han ayudado de ninguna forma a la escuela en este período de crisis sanitaria. 37 de cada 100 profesores se han visto obligados a comprarse ordenadores portátiles o tabletas y un 33% ha pagado de su propio bolsillo más de 1.000 lei (el equivalente a unos 200 euros) para poder dar clases en línea.
Según el mismo sondeo, los profesores también han comprado impresoras, cartuchos de tóner para fotocopiadoras, software educativos así como mascarillas y desinfectantes. La conclusión de la Federación de los Sindicatos de la Educación Spiru Haret es que tanto las autoridades locales como las centrales deben asignar fondos sustanciales para que los profesores puedan desarrollar un acto educativo de calidad y garantizar el acceso de todos los alumnos a las clases, indistintamente del escenario en el que se encuentren las unidades escolares.