Escándalo ecológico
Las autoridades de Rumanía efectúan amplias investigaciones tras descubrir irregularidades ecológicas en serie.
Roxana Vasile, 04.03.2020, 16:03
Un 94% de los ciudadanos de la UE y un 87% de los ciudadanos de Rumanía afirman que la protección del medio ambiente es de gran importancia, según destaca el Eurobarómetro realizado en diciembre de 2019. Los principales cuatro problemas sobre los cuales los rumanos llaman la atención son la contaminación de la atmósfera, de los ríos, los lagos y las fuentes subterráneas de agua, la contaminación de fuentes agrícolas y la degradación del suelo, así como las cantidades crecientes de residuos.
Paradójicamente, aunque Rumanía es un país sofocado por la basura es en igual medida importadora de deshechos. Es la razón por la cual un grupo de periodistas de la BBC viajó el año pasado a Rumanía, para hallar una explicación al respecto. Se enteraron por ejemplo de que las empresas rumanas de reciclaje de reprocesamiento de los residuos autóctonos corren el riesgo de quedar, en ausencia de una recogida selectiva, sin actividad a causa de la penuria de materias primas. Por ello importan residuos seleccionados desde países como el Reino Unido. La conclusión de los periodistas de la BBC fue que la legislación rumana debería regular la actividad de reciclado y alinearla a los estándares de la UE, pero las cosas parecen ir mal. El pasado martes, los fiscales de Rumanía acusaron oficialmente a tres personas y a una compañía de haber arrojado al río Arges y de enterrar bajo la grava en los distritos de Ilfov y Giurgiu, vecinos con la capital, cientos de toneladas de residuos que dañaron gravemente al medio ambiente.
Al mismo tiempo, los policías de la capital han efectuado registros en las zonas de Ilfov y Giurgiu, en un caso penal que concierne a dos compañías comerciales y a varias personas físicas que habrían recogido, transportado, arrojado y enterrado residuos en lugares no autorizados. Paralelamente, en el puerto de Constanza Sur Agigea, en el mar Negro, han sido descubiertos 16 contenedores con desechos tóxicos procedentes del Reino Unido que en los documentos aparecían como objetos domésticos de segunda mano. Se sospecha que los desechos iban a ser incinerados ilegalmente en el distrito de Ilfov o de ser transportados a unos vertederos cerca de la capital. Paralelamente con la investigación sobre los delitos de exportación o importación de residuos y la violación de las disposiciones legales así como la utilización de documentos falsos en los pasos fronterizos, los respectivos contenedores fueron devueltos al expedidor. El fiscal que investiga el caso ha declarado que éste sería sólo uno de los transportes sospechosos ya que otros 50 contenedores cargados de residuos habrían entrado en Rumanía en el periodo en que Reino Unido formaba todavía parte de la UE. Uno de los resultados palpables de semejantes fallos del control de las autoridades fue el inmenso escándalo surgido en la capital el pasado domingo por la noche: las aplicaciones que miden la calidad del aire registraron una contaminación diez veces por encima del máximo permitido. El ministro interino de Medio Ambiente, Costel Alexe, ha subrayado que la culpa la tienen las combustiones incontroladas de la capital y del distrito de Ilfov.