Decisiones sobre proyectos de infraestructura
El Gobierno liberal de Rumanía ha aprobado la transferencia de los proyectos fundamentales de infraestructura de la Comisión de previsión hacia los ministerios competentes.
Roxana Vasile, 29.01.2020, 16:33
30 años después de la revolución anticomunista y casi 13 transcurridos desde la adhesión de Rumanía a la UE, no existe ni siquiera una autopista que cruce los Cárpatos. Al final del año 2019, Rumanía contaba con sólo alrededor de 850 kilómetros de carreteras de gran velocidad de los que 100 eran heredados de la era comunista de Nicolae Ceausescu. Los escasos segmentos de autopista que parecen haber sido construidos al precio de unos esfuerzos faraónicos, más bien enlazan Rumanía con el exterior en vez de permitir a los habitantes del centro del país llegar más rápidamente a la capital o facilitarles el transporte hacia la costa del mar Negro.
Además de la indolencia de los Gobiernos que estuvieron en el poder, la burocracia representó otro obstáculo igual que la elección de unos constructores, incluidos extranjeros, que sólo pretendieron aumentar sus cuentas bancarias.
Durante los 30 años de democracia rumana, los socialdemócratas y los liberales, solos, o bajo alianzas de coyuntura, gobernaron el país por períodos parecidos y ninguno de ellos pudo demostrar su valía en relación con la construcción de autopistas. En cambio, se culpan los unos a los otros en una pelea estéril con toque electoral. Por lo menos desde el año 2016, mientras estaba en la oposición, el PNL criticó con vehemencia a los adversarios políticos socialdemócratas acusándoles de falta de competencia. Para bueno o malo, el año pasado, el Gobierno anterior de centro izquierda inició las negociaciones para la firma de unos contratos mediante asociación público-privada a fin de construir dos autopistas. Para una de éstas ya se había optado por una asociación con compañías de China y Turquía y para la segunda habían presentado ofertas también algunas compañías de estos dos Estados que habían realizado construcciones de gran envergadura en sus países de origen pero no en países de la UE. Tras llegar al poder a raíz de una moción de censura el pasado mes de octubre, los liberales prometen un enfoque nuevo que esta vez tenga éxito. En consecuencia, este martes, el Ejecutivo liberal ha decidido anular los proyectos de tipo asociación público-privada. El jefe del Gobierno, Ludovic Orban, ha ampliado detalles al respecto:
“El objetivo es sencillo y consiste en anular todos los procedimientos y transferir los proyectos hacia los ministerios competentes, como por ejemplo volver a encargar los proyectos de infraestructura del transporte al Ministerio de Transportes mientras que otros ministerios competentes presenten el plan de realización de estos proyectos importantes dentro de una semana como máximo para que sepamos con claridad cuáles son los procedimientos a seguir, planeando todas las etapas de desarrollo de los proyectos y garantizando los fondos de financiación.”
En consecuencia, ahora le toca al PSD acusar al PNL de que mediante una decisión puramente política haga retroceder a Rumanía unos 10 años proponiendo los eternos estudios de viabilidad en vez de arrancar las obras para las dos autopistas. Hace poco, el director ejecutivo de la Asociación Pro Infraestructura, Ionut Ciurea, estimaba que dado que en 2019 se inauguraron 43 kilómetros nuevos de autopista, en Rumanía se podrían construir este año, en el mejor de los casos, otros 57 kilómetros más. ¡Viviremos y veremos!