Se acercan las primeras sentencias condenatorias en el caso Colectiv
La primera sentencia en el caso Colectiv se dictará el próximo 9 de diciembre.
Roxana Vasile, 03.12.2019, 14:43
El pasado 30 de octubre, se cumplieron cuatro años desde una de las peores tragedias en tiempos de paz en la historia de Rumanía: 64 personas, principalmente jóvenes, murieron, una de las cuales se suicidó posteriormente, y 200 resultaron heridas, en el incendio que estalló durante un espectáculo en la discoteca Colectiv de Bucarest, improvisada en una antigua fábrica. La tragedia fue generada por los efectos pirotécnicos que deberían haber acompañado la actuación del grupo de rock invitado a actuar. Los fuegos artificiales encendieron las esponjas con las que se acolchaban los pilares y las paredes de la sala abarrotada de la discoteca, que solo tenía una puerta de escape. El incendio duró 153 segundos, suficiente para que algunos espectadores murieran en el acto, otros se atropellaran al intentar salir y se vieran gravemente afectados por las llamas y el humo. Durante dos años, el juicio abierto después de esta tragedia quedó estancado por razones de procedimiento, y el juez inicialmente designado al caso se retiró, siendo reemplazado, en octubre de 2018, por otro juez.
Este último prometió que aceleraría la solución del caso, realizando interrogatorios a decenas de testigos y víctimas, escuchandoles cada semana. Las audiencias finalizaron el pasado lunes, por lo que se dictará una primera sentencia la próxima semana, el 9 de diciembre. Sin embargo, la sentencia del juez del Tribunal de Bucarest no será definitiva. Los fiscales han exigido castigos máximos, es decir, hasta 15 años de prisión para todos los acusados: dos bomberos empleados por la Inspección de Situaciones de Emergencia acusados de permitir el funcionamiento del club, aunque sabían que las instalaciones no tenían el visto bueno de seguridad contra incendios; el exalcalde del distrito número 4 de Bucarest en el que se situaba la discoteca, Cristian Popescu Piedone, y tres empleados bajo su subordinación, por abuso de funciones o complicidad; los tres dueños de la discoteca Colectiv y finalmente los pirotécnicos que montaron los fuegos artificiales. Las acusaciones son de homicidio culposo agravado, grave daño corporal e incumplimiento de las normas de seguridad.
Además, las partes civiles del caso, las familias de los fallecidos y los heridos, exigen que los acusados, junto con las instituciones públicas, otorguen cuantiosas compensaciones que alcanzan cientos de millones de euros. Ninguno de los acusados se considera culpable de lo sucedido, por lo que, a través de sus abogados, han solicitado ser absueltos.
A nivel político, el precio de lo que sucedió en el club Colectiv el 30 de octubre de 2015 ya ha sido pagado: el Gobierno liderado en ese momento por el socialdemócrata Victor Ponta renunció bajo la presión de las decenas de miles de manifestantes que tomaron las calles y lanzaron con aquel motivo el eslogan «La corrupción mata». Aun así, un sobreviviente de la tragedia de hace cuatro años opinó el pasado lunes, al final de las audiencias, que faltaba alguien del caso Colectiv: el Estado rumano. El considera que «si las cosas no funcionaron y la gente murió, fue por culpa de un sistema representado por el Estado rumano, que no está en el juicio» .