Opiniones sobre el Estado de derecho en Rumanía
El Gobierno de Rumanía y sus colaboradores de occidente tienen opiniones distintas sobre la reforma de la justicia rumana, que ha sido largamente debatida.
Bogdan Matei, 04.04.2019, 15:00
Ducha fría para el Gobierno de Rumanía en pleno semestre de la presidencia rumana del Consejo de la Unión Europea. Este miércoles, tanto el Ejecutivo, como el Legislativo comunitario han pedido a las autoridades rumanas que vuelvan a analizar lo que han llamado el camino correcto de la reforma en la justicia y que se abstengan de tomar cualquier medida que significase un retroceso respecto al Estado de derecho. El primer vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ha solicitado al Gobierno que no inicie acciones que puedan afectar al sistema judicial y no cree impunidad para los funcionarios de alto nivel condenados por hechos de corrupción. “Las acciones de este tipo obligarán a la Comisión a tomar urgentemente medidas”, ha advertido Timmermans.
También este miércoles, 12 embajadas de los más importantes colaboradores y aliados de Rumanía, entre los cuales están Estados Unidos, Francia y Alemania, han expresado su preocupación por la situación en Rumanía. En una carta común difundida en las redes sociales, las embajadas solicitan a las partes implicadas en la elaboración de las ordenanzas de urgencia en el sector de la justicia que se abstengan de efectuar modificaciones que debilitarían el Estado de derecho y la capacidad de Rumanía para luchar contra la delincuencia y la corrupción.
“En ningún Estado los embajadores hacen la agenda del primer ministro”, ha replicado inmediatamente la jefa del Gobierno formado por el PSD y la ALDE, la socialdemócrata Viorica Dăncilă. La mandataria también se ha declarado sorprendida por las declaraciones del primer vicepresidente Timmermans y ha recordado que hay un grupo de expertos de la Comisión Europea y del Ministerio rumano de Justicia que conversan frecuentemente sobre los asuntos vinculados con la reforma en este sector. A su vez, el ministro de Justicia, Tudorel Toader, independiente apoyado por la ALDE, opina que las declaraciones de los altos cargos comunitarios tienen una apuesta electoral antes de las elecciones europeas que tendrán lugar el próximo mes.
Los analistas no comparten el mismo punto de vista y han destacado que los partidos del holandés Timmermans y de la rumana Dăncilă forman parte de la misma familia de los socialistas europeos. En cambio, la oposición de derecha de Bucarest ha manifestado su agrado por la severidad de las evaluaciones de Occidente respecto a la situación que hay en el país. En nombre del PNL, el principal partido de la oposición, el diputado Ioan Cupşa ha recordado que los pilares de la política exterior rumana son la Unión Europea, la OTAN y la Asociación Estratégica con Estados Unidos, y ha afirmado que las modificaciones efectuadas en el sector de la justicia podrían hacer que la postura de Rumanía frente a ellas sea vulnerable. Y el líder de la USR, Dan Barna, ha afirmado que la declaración de Timmermans sobre la justicia en Rumanía es la más dura reacción de la Comisión Europea en los últimos dos años, desde que el poder de izquierda ha sido frecuentemente acusado de que mediante los cambios legislativos efectuados desea cesar la lucha contra la corrupción y subordinar a los magistrados para salvar de la cárcel a sus representantes con problemas penales.