Cooperación militar rumano estadounidense
Con la adquisición de unos sistemas nuevos de misiles estadounidenses, la cooperación militar entre Bucarest y Washington ha recibido nuevos impulsos.
Bogdan Matei, 28.11.2017, 15:00
El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, ha promulgado la ley con respecto a la adquisición de siete sistemas de misiles estadounidenses Patriot. La ley había sido aprobada la semana anterior por la Cámara de los Diputados en calidad de foro de decisiones, tras ser aprobada por el Senado.
En opinión del ministro de Defensa, Mihai Fifor, el Ejército rumano podrá utilizar dentro de poco los nuevos sistemas de elevadísimo rendimiento.
“A mediados del año 2019, llegará al país el primer sistema y en la segunda mitad del año 2020 podrá empezar a ser operativo. El programa cubre siete años de manera que al final de este período en Rumanía todos los sistemas serán funcionales”, ha explicado Mihai Fifor.
El plan de adquisiciones del Ministerio de Defensa incluye también transbordadores blindados 8×8 Piranha. Los primeros 30 serán comprados también a EE. UU., y los siguientes se podrán producir en la Planta Mecánica de Bucarest. Cabe destacar que el dinero asignado a estas adquisiciones procede del presupuesto del Estado. Gracias a un pacto político entre todas las formaciones parlamentarias, de derecha o de izquierda, en el poder o de la oposición, un 2% del PIB de Rumanía está destinado a la Defensa. Es lo que han solicitado, tanto el presidente estadounidense Donald Trump como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a todos los estados miembros de la Alianza. Tal como han observado los expertos, los europeos han esperado decenas de años bajo el sombrero seguro de la OTAN que la protección frente a las amenazas externas sea asegurada exclusivamente por los norteamericanos. En el contexto de las amenazas crecientes del este y del sur, ha llegado la hora de que Europa invierta más sustancialmente en su propia seguridad. Desde este punto de vista, Rumanía es percibida como uno de los ganadores, y su colaboración militar con EE. UU., materializada en una asociación estratégica que lleva más de dos decenios es apreciada como excelente. Estos mismos días, el embajador estadounidense en Bucarest, Hans Klemm, ha apreciado que Rumanía es el cuarto contribuyente que más aporta a la misión de la OTAN “Resolute Support” en Afganistan, donde su implicación supera a la de Gran Bretaña. Los militares estadounidenses, ha añadido Klemm, consideran que los más de 620 camaradas rumanos desplegados en el país centroafricano junto a los que luchan contra el terrorismo son “muy, muy valiosos”.
De hecho, Rumanía se adhirió desde el primer momento a la coalición internacional antiterrorista creada después de los atentados del 11 septiembre de 2001, aunque entonces no pertenecía a la OTAN donde iba a ser admitida en 2004. Además, Rumanía alberga frecuentemente ejercicios multinacionales de la Alianza así como bases militares y componentes del escudo estadounidense antimisiles, lo que le certifica como uno de los más importantes socios de EE. UU. en la región.