La UE y el Estado de derecho en la República de Moldavia
En vez de avanzar en el cuarto de siglo transcurrido desde la proclamación de la independencia con Moscú, la democracia de la República de Moldavia (exsoviética, con mayoría de rumanohablantes) aún está experimentando.
Bogdan Matei, 22.06.2017, 15:59
Un ex primer ministro y un exjefe del servicio de inteligencia condenados por corrupción, el alcalde general de la capital detenido bajo acusaciones similares, oligarcas jefes de partido, excomunistas filorrusos que decidieron promover valores occidentales o antiguos cristiano demócratas, promotores en el pasado de la reunificación con Rumanía, transformados en abogados de Moscú. Todo esto constituye el pintoresco paisaje político de la República de Moldavia.
Sobre este trasfondo, la Unión Europea se ha visto obligada a pedir a Chisinau que respete la recomendación de la Comisión de Venecia según la cual en la actual situación política no se recomienda cambiar el sistema electoral. Promovida por los partidos grandes, es decir por los demócratas, declarados prooccidentales del primer ministro Pavel Filip y los socialistas filorrusos del presidente Igor Dodon, la reforma supone la elección uninominal de la mitad de los 100 diputados hasta ahora elegidos por lista.
Los expertos de la Comisión de Venecia advierten que el proyecto, tan criticado por la oposición, las ONG y la prensa, no se beneficia de un amplio consenso en la sociedad. Asimismo, según ellos, la modificación del sistema electoral implica el riesgo de que los diputados electos en circunscripciones uninominales sean vulnerables en los círculos de negocios y corruptibles. El Servicio Europeo de Acción Exterior ha solicitado a la República de Moldavia que respete la recomendación de la Comisión y ha anunciado que comparte sus críticas en cuanto a la iniciativa de cambiar el sistema electoral.
El presidente demócrata del Parlamento, Andrian Candu, ha declarado que Bruselas no condicionará sus relaciones con Chisinau con este proyecto y que la República de Moldavia tiene el derecho soberano a decidir.
Sin embargo, su optimismo no es compartido por su compañero de partido, el primer ministro Filip. Éste se ha ido intempestivamente a Bruselas a pedir al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y al comisario de Política de Vecindad y Negociaciones de Ampliación, Johannes Hahn, que no condicionen la concesión de un crédito de 100 millones de euros, vital para Chisinau, de la polémica reforma electoral.