Los militares de EE. UU. y el fortalecimiento del flanco este de la OTAN
Considerado siempre como el primero entre iguales en el marco de la OTAN, Washington tiene ahora la oportunidad de decir a los aliados europeos lo que espera de ellos.
Bogdan Matei, 15.02.2017, 15:46
Unos 500 militares estadounidenses se encuentran desde el martes en la base “Mihail Kogălniceanu de Constanza (en el sudeste de Rumanía), donde han llegado con tanques, vehículos de combate y morteros de la dotación. Los militares participan en la Operación “Atlantic Resolve, de consolidación de la seguridad en el flanco este de la OTAN, y participarán en los ejercicios multinacionales junto con las fuerzas terrestres rumanas. El contingente estadounidense permanecerá nueve meses en Rumanía y será sustituido después por otras tropas. Es solo una parte de los miles de soldados que llegaron el mes pasado a Polonia y que fueron desplegados después del mar Báltico al mar Negro, en todos los Estados aliados del este de Europa. El movimiento estratégico de la antigua administración de Barack Obama, de enviar tropas a la región, tuvo por objetivo reafirmar la fidelidad de la Casa Blanca ante la seguridad de una Europa cada vez más preocupada por la creciente agresividad de Moscú y de su apetito territorial que ha vuelto a despertar. La instalación de la nueva administración de Donald Trump y su actitud, que muchos consideran indulgente respecto a Rusia, ha sido motivo de preocupación para los europeos. Durante la campaña electoral, el presidente Trump ha declarado que Europa “se ha aprovechado de los Estados Unidos y ha sugerido que Washington podría dejar de defender a sus aliados si éstos se niegan a pagar su cuenta.
El nuevo secretario estadounidense de Defensa, James Mattis, está por primera vez con este cargo en Bruselas y según ha destacado el secretario general de la Alianza Noratlántica, Jens Stoltenberg, Europa puede escuchar ahora lo que quieren de hecho los Estados Unidos. Stoltenberg da la razón a los estadounidenses cuando éstos acusan la escasez con la que los europeos invierten en su propia defensa, a la que deberían asignar un 2% del PIB, según los acuerdos entre los aliados. Solo cinco Estados, ha afirmado el mandatario, han alcanzado este umbral, y otros tres, entre ellos Rumanía, se están dirigiendo rápidamente hacia este objetivo. Sin embargo, los cálculos contables son alentadores. Los miembros europeos de la OTAN aumentaron el año pasado sus gastos militares en un 4% y acabaron así la tendencia desciendente de las inversiones militares. Límite este de la Alianza, debido a la lengua, la cultura y la historia comunes, Rumanía está directamente preocupada también por la seguridad de la República de Moldavia (exsoviética, donde la mayoría de la población habla el rumano). Los expertos de Chisnáu citados por los corresponsales de Radio Rumanía han advertido que el actual contexto, tanto internacional como regional, no es favorable. Ellos han afirmado que la Unión Europea y la OTAN han agotado su capacidad de extensión, los Estados Unidos están reduciendo su política intervencionista, la Federación Rusa está en plena expansión, y la República de Moldavia no tiene una política exterior que haga frente a estos retos. El último decenio, empezando por la intervención de Rusia en Georgia en 2008 y terminando por la anexión de Crimea y la guerra del este de Ucrania, ha mostrado que las fronteras ya no son inviolables, han concluido los analistas de política exterior.