El primer ministro Dacian Cioloş sobre el problema de los inmigrantes
Rumanía reconoce la responsabilidad común de gestionar el gran flujo de refugiados, ha declarado el primer ministro, Dacian Cioloş, en la cumbre de las Naciones Unidas sobre los inmigrantes.
Bogdan Matei, 21.09.2016, 13:48
El drama de las decenas de millones de inmigrantes del planeta, un problema recurrente, para el que hasta ahora no se han encontrado soluciones factibles, ha sido ampliamente debatido durante la cumbre de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York. Al final de su mandato, el líder de la Casa Blanca, Barack Obama, ha dicho que la humanidad se enfrenta a ”una crisis de proporciones épicas” y a instado a los líderes mundiales a imaginarse cómo sería si sus familias compartieran el destino de los refugiados. Obama ha felicitado a los Estados participantes en dicha cumbre por haberse comprometido a acoger a 360.000 refugiados este año, el doble del número de inmigrantes recibidos en 2015 e insiste en que los países ricos deberían hacer más para ayudar a las personas que se refugian para escaparse de los conflictos. Bucarest, puntualiza el primer ministro Cioloş, reconoce la responsabilidad común de gestionar el gran flujo de refugiados y también cuenta con recursos y políticas destinadas a apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional. Dacian Cioloş:
”Es más, Rumanía ha concedido ayuda humanitaria bilateral a los Estados afectados: Turquía, Jordania, el Líbano, Irak y Afganistán. En estrecha colaboración con las agencias humanitarias internacionales, Rumanía ofrece a los refugiados la posibilidad de una vida nueva, al ofrecerles abrigo temporal en el Centro de tránsito de urgencia situado en Timişoara.”
Según informa la corresponsal de Radio Rumanía, el primer ministro, Dacian Cioloş, ha señalado también que además de la ayuda humanitaria, educativa y en el mercado de trabajo, las autoridades ofrecen a los hijos de los ciudadanos extrajeros que se benefician de protección, los mismos derechos a la educación que a los niños rumanos. El responsable ha explicado también que Rumanía, como Estado miembro de la Unión Europea, ha apoyado el proceso de transferencia de los refugiados y su recolocación. Igual que otros países del centro y del este de Europa, Rumanía siempre ha manifestado su reticencia frente a las llamadas cuotas obligatorias de inmigrantes que los Estados de la Unión iban a acoger. Hungría, Rumanía, Bulgaria o Eslovaquia no tienen experiencia en gestionar semejantes retos. A diferencia de muchos países del oeste europeo, dichos Estados nunca han tenido imperios coloniales de donde los inmigrantes venían a la metrópolis, ni un nivel de vida que atrajera a millones de inmigrantes extracomunitarios, ni comunidades de confesión musulmana. Igual que en Budapest o Varsovia, los responsables de Bucarest han hecho hincapié en las cuotas voluntarias de acogida de los refugiados y se han mostrado contantemente en contra de las cuotas obligatorias. No hablamos de cifras, sino de seres humanos, subrayaba hace un año el presidente Klaus Iohannis, rechazando lo que llamaba ”las cuotas calculadas de manera burocrática, de contabilidad, sin consultar a los países miembros.”