Transnistria: separatismo a largo plazo
Calificada con frecuencia de cabeza de puente de Moscú en el sudeste de Europa, la autoproclamada República de Transnistria al este de la República de Moldavia (exsoviética con mayoría de rumanohablantes), ha iniciado los trámites para unirse a Rusia.
Bogdan Matei, 09.09.2016, 14:36
El jueves pasado, el líder separatista de Transnistria, Evgheni Sevciuk, firmó un decreto para aplicar el referéndum del 17 de septiembre de 2006 en el que más de un 98% de los electores optaron por la independencia de Chisinau y por adherirse a la Federación Rusia. Según dicho decreto, la legislación de Transnistria tiene que adaptarse urgentemente a la rusa. La iniciativa de Sevciuk trata de cubrir legalmente una irregularidad que viene perpetuándose desde hace un tercio de siglo. De hecho, Transnistria salió del control de las autoridades centrales en el año 1992, tras un conflicto armado saldado con centenares de muertos. Tras lograr la independencia de Moscú, la joven República de Moldavia se vio obligada en aquel entonces a enviar urgentemente policías y grupos de voluntarios para luchar con armamento ligero contra los tanques del antiguo Ejército Rojo. Aunque, a través de la voz del presidente Boris Yeltsin, Rusia se comprometió a retirar sus tropas en 1999, cuando tuvo lugar la cumbre de la OSCE de Estambul, las tropas siguen estando en Transnistria. Bajo su protección, el régimen separatista se consolidó continuamente, aunque la llamada república no está reconocida internacionalmente. Posteriormente, hubo varias tentativas de resolución del conflicto congelado, pero sin éxito. Tiraspol sigue afirmando que Transnistria es un Estado independiente y Chisinau opta por la unión y por conceder un estatuto especial a la región de Transnistria.
“Una reserva de dinosaurios”, escribe la prensa internacional sobre esta región, donde las estatuas de Lenin y los símbolos de la hoz y el martillo quedaron intactos, los derechos humanos no existen mientras que el tráfico de armas, personas y el narcotráfico son las actividades más provechosas.
Los comentaristas de Chisinau, citados por los corresponsales de Radio Rumanía, declaran que la reciente iniciativa de Sevciuk es pura y simplemente populista. El próximo mes de diciembre en la capital moldava tendrá lugar un pseudoescrutinio presidencial y el líder separatista, sobre el trasfondo de una aguda crisis económica, está tratando de recuperar el capital electoral. El decreto del líder separatista de Tiraspol de adherir Transnistria a Rusia se inscribe en una “retórica provocadora”, en el contexto de las llamadas elecciones presidenciales de la región, según subraya en un comunicado la portavoz del presidente Klaus Iohannis que incita a una “actitud moderada”.
Los especialistas en geopolítica recuerdan que igual Sevciuk está haciendo lo que Moscú le dicta y advierten que la situación de Transnistria ya tiene todos los ingredientes del escenario de Crimea, anexionada hace dos años por los rusos según la voluntad popular expresada mediante un referéndum no reconocido por la comunidad internacional.