Reacciones y medidas contra el terrorismo
Los sangrientos atentados saldados, en menos de una semana, con más de cien muertos en Bruselas y Lahore, alimentan los debates de Rumanía en torno a las medidas antiterrorismo.
Bogdan Matei, 29.03.2016, 14:30
Los expertos ya habían advertido acerca de que la Pascua católica, celebrada el pasado domingo, cinco días después de la masacre de Bruselas, era para los yihadistas una oportunidad idónea de volver a golpear. Lo que sorprendi esta vez fue el lugar. No en Europa, sino en la arriesgada comunidad cristiana que no totaliza más del 1% de la población de Paquistán, país con mayoría musulmana, que cayó esta vez víctima de los asesinos.
Más de 70 personas han resultado muertas y varios centenares heridas en la ciudad de Lahore, en un parque en que los católicos celebraban la Resurrección de Cristo. Una facción del movimiento talibán paquistaní ha reivindicado el ataque. Igual que la mayoría de los líderes mundiales, el presidente Klaus Johannis ha enviado inmediatamente a su homólogo, Mamnoon Hussain, un mensaje de condolencias y ha manifestado la compasión y la solidaridad de los rumanos con el pueblo paquistaní y con las familias de las víctimas.
La Presidencia y el ministerio de Exteriores de Bucarest han reiterado al unísono, que Rumanía condena firmemente semejantes atentados y que sigue comprometida en la lucha internacional contra el terrorismo. En Rumanía, ha afirmado el primer ministro Dacian Ciolos, hay riesgo de ataque terrorista pero las cosas están bajo control. En una entrevista concedida a una cadena privada de televisión y difundida el pasado domingo, Dacian Ciolos ha añadido que los servicios rumanos de inteligencia necesitan de instrumentos que les permitan monitorizar la situación, sin que se vean afectados la transparencia y los derechos del ciudadano. El jefe del Gobierno ha abogado a favor de un control más riguroso de las ventas de tarjetas telefónicas prepago que en Rumanía se pueden adquirir sin el control de la identidad y ha precisado que este aspecto es analizado por los titulares de Justicia y del Interior.
Tengo entendido, ha completado Ciolos, que en la preparación de varios atentados en otros estados de la UE, se utilizaron tarjetas prepago adquiridas en Rumanía. A su vez, el Servicio rumano de Inteligencia ha precisado que en el presente no puede ofrecer informaciones referentes a los terroristas que cometieron atentados en Europa valiéndose de tarjetas telefónicas rumanas, pero ha subrayado que posee informaciones acerca de la utilización de tarjetas no nominales de los operadores rumanos de telefonía móvil en zonas de conflicto, incluso en Siria e Iraq.
Dado que la identidad de las personas que las utilizan no se puede establecer, existe la posibilidad de dichas tarjetas sean utilizadas por los ciudadanos rumanos residentes en zonas de conflicto así como por personas con conexión con entidades terroristas, concluye el comunicado del Servicio rumano de Inteligencia emitido a solicitud de la prensa. Lo cierto es que en los debates públicos de Bucarest se han multiplicado no sólo las voces que defienden la regulación del modo en que se adquieren las tarjetas telefónicas, sino también las que advierten acerca de que en nombre de la lucha antiterrorista, los servicios especiales pueden intervenir en la vida privada de los ciudadanos pacíficos.