Reacciones tras los ataques terroristas de Bruselas
Las autoridades rumanas condenan rotundamente los atentados terroristas perpetrados el pasado martes en Bélgica.
Bogdan Matei, 23.03.2016, 17:03
Sharm el Sheij, Beirut, Paris, Bamako, San Bernardino, Ankara, en menos de medio año, los yihadistas han organizado ataques en cuatro continentes que se han saldado con cientos de muertos. El pasado martes hubo ataques terroristas también en Bruselas, la capital administrativa de la Unión Europea que alberga también la sede de la OTAN.
En noviembre cuando por miedo a semejantes atentados, los responsables belgas habían decretado la alerta terrorista máxima y el ejército patrullaba las calles en vehículos blindados, voces calificadas de alarmistas advertían de que era solo cuestión de tiempo que la ciudad fuera atacada. También el pasado noviembre, la prensa de los países vecinos acusaba a las autoridades belgas de haber permitido lo que los periodistas han llamado la creación, en el ya célebre distrito de Molenbeek, de un verdadero barrio yihadista en Bruselas. Los fanáticos que matan por razones religiosas se encontraban ya en nuestro continente y los analistas advertían sobre los riesgos de una “primavera islámica” en Europa Occidental, que era más vulnerable que nunca. La matanza del pasado martes convalidó trágicamente estas previsiones.
Todo el mundo civilizado ha reaccionado con dolor, asombro e indignación. Rumanía, como socio de Bélgica dentro de la OTAN y la Unión Europea, así como dentro del movimiento francófono, no fue una excepción. Más de 30.000 ciudadanos rumanos viven en Bruselas y en sus alrededores y al menos cuatro resultaron heridos en los ataques del aeropuerto y del metro. Podemos combatir el terrorismo con nuestro deseo de paz y solidaridad, ha afirmado el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, quien está realizando una visita a Turquía:
“Hay que combatir estos ataques con nuestro deseo de paz y colaboración, con nuestra solidaridad para solucionar los grandes problemas que afrontamos en la región en que vivimos los rumanos y los turcos.”
Una célula de crisis del Ministerio rumano de Exteriores está en contacto permanente con las autoridades de la capital belga, mientras que un equipo consular móvil ha salido para Bruselas para fortalecer la defensa de la embajada rumana. El ministro de Exteriores, Lazăr Comănescu, ha anunciado que Rumanía está preparada para ayudar a Bélgica y ha reiterado la necesidad de la solidaridad dentro de la UE. En Bucarest, la Gendarmería ha enviado tropas suplementarias al aeropuerto y a las sedes de las misiones diplomáticas, aunque el nivel de alerta terrorista no haya sido modificado. El director del Servicio Rumano de Inteligencia, Eduard Hellvig, ha señalado en unas declaraciones para la prensa que no existe información sobre un vínculo directo entre los atentados de Bruselas y posibles riesgos contra la seguridad nacional de Rumanía. Sin embargo, ha advertido que la situación en Bélgica afecta también a los rumanos, porque el terrorismo se ha convertido en un azote global. El presidente de la Comisión parlamentaria de Control del SRI, Georgian Pop, ha declarado lo siguente:
“Desgraciadamente, nos encontramos en un contexto muy complicado. Al oeste de Rumanía están Bruselas y Paris, al este, Ankara y Estambul, que nunca han sido acontecimientos aislados, sino atentados programados y perpetrados en serie. Hasta ahora, en Rumanía, el SRI junto con el sistema de prevención antiterrorista han conseguido mantener el nivel de alerta terrorista azul, lo que significa precavido, y es un nivel relativamente bajo. Pero se necesita mucho trabajo de prevención para mantener este nivel.”
El primer ministro, Dacian Cioloş, quien vivió durante muchos años en Bruselas en su calidad de comisario europeo de Agricultura y posteriormente, consejero del presidente de la Comisión Europea, ha expresado su profunda compasión a las víctimas de los atentados y a asegurado a las autoridades belgas el apoyo firme por parte del gobierno de Rumanía.