El primer ministro rumano enviado a juicio
El jefe del Gobierno ha sido enviado a juicio por falsedad en documentos, complicidad en evasión fiscal y blanqueo de dinero.
România Internațional, 20.09.2015, 23:08
Por primera vez en la vida política así como en la historia de la justicia de Rumanía, el pasado jueves en Bucarest el socialdemócrata Victor Ponta llegó a ser el primer jefe de Gobierno de la Rumanía postcomunista enviado a juicio por corrupción junto a un excompañero de carrera, exsocio de negocios y compañero de partido y gobierno, el senador socialdemócrata Dan Şova. Ponta está acusado en el expediente de corrupción relativo a las compañías energéticas de Turceni y Rovinari (del sur del país) por la ultimación de algunos contratos de asesoría judicial, según informaron los fiscales anticorrupción el pasado 5 de junio. Se ha iniciado el procedimiento penal en contra de Ponta por falsedad en documentos privados, complicidad en evasión fiscal y blanqueo de dinero, hechos que hubiera cometido cuando era abogado. A su vez, Şova está acusado de complicidad en abuso de funciones y de haber cobrado cientos de miles de euros por algunos acuerdos que habrían perjudicado al Estado con más de 16 millones de euros. El juicio se desarrollará de forma habitual y según los expertos, podemos esperar una sentencia, lo más temprano, durante la mitad del año que viene. En cambio, en el escenario político las reacciones no han tardado en aparecer. La oposición liberal ha vuelto a pedir la dimisión urgente del primer ministro. Es más, la copresidenta del Partido Nacional Liberal (PNL), Alina Gorghiu, ha exigido a los líderes políticos de la coalición de gobierno, al presidente interino del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea, y al jefe de la Unión Nacional por el Progreso de Rumanía (UNPR) que declaren públicamente si en el futuro seguirán apoyando a Victor Ponta como primer ministro. Incluso el presidente del país, Klaus Iohannis ha advertido de nuevo que la imagen de Rumanía se ve muy afectada por los problemas de índole penal del primer ministro y ha reiterado que la única solución es la dimisión de Ponta de dicho cargo. En un mensaje publicado en Internet, como suele hacer ya desde hace algunos meses, el primer ministro ha calificado el expediente de Turceni de “obsesión de un fiscal a quien le falta la profesionalidad por completo, deseoso de avanzar en la carrera inventando e imaginando hechos y situaciones falsas que habrían ocurrido hace diez años. Ponta se ha negado una vez más a presentar su dimisión. Obviamente, avergonzado su sucesor como líder de los socialdemócratas, Liviu Dragnea, ha señalado que una decisión en este asunto podría adoptarse en los próximos días. Los socialdemócratas no pueden quedarse en un Gobierno cuyo primer ministro no sea designado por el PSD, afirma Dragnea, y en este momento no hay garantía alguna de que tras la eventual dimisión de Victor Ponta, el presidente Iohannis designe un nuevo primer ministro también de entre los socialdemócratas. El socio junior del PSD en el Gobierno y un personaje cada vez más influyente en la vida política después del inicio del seguimiento penal de Victor Ponta, el viceprimer ministro, Gabriel Oprea, ha puntualizado que podría ser un buen primer ministro, pero ha reiterado también su lealtad al actual jefe del Gobierno. El tono de los comentarios publicados en los periódicos de Bucarest vacila entre la compasión y el sarcasmo. Golpeado seriamente por la Fiscalía Anticorrupción que le ha enviado a juicio, Victor Ponta es un primer ministro en agonía, según ha escrito uno de los más influyentes editorialistas, y añade que Rumanía necesita un primer ministro que pueda ejercer plenamente sus prerrogativas.