Las protestas en Chisinau contiúan
Las autoridades de la República de Moldavia se confrontan con una protesta cívica de una envergadura y duración sin precedentes.
România Internațional, 14.09.2015, 18:17
La parte céntrica de la ciudad de Chisinau se ha transformado en el epicentro de una dramática ruptura entre los ciudadanos y los hombres políticos. El pasado domingo, una amplia manifestación organizada por asociaciones cívicas, en la cual participaron decenas de miles de personas, acusó, con virulencia, la corrupción del Poder. Además, el pasado lunes, cerca de la sede del Gobierno, han sido montadas tiendas, cuyos cientos de habitantes, declaran que no abandonarán el lugar hasta que el Ejecutivo no dimita. Los protestatarios solicitan también que presidente Nocolae Timofti y del fiscal general renuncien, que se organicen elecciones parlamentarias anticipadas hasta el próximo mes de marzo de 2016, así como la vuelta al voto universal para la elección del jefe del estado, que en el presente es designado por los diputados.
La explosión de indignación se ha producido tras la falta de reacción por parte de la clase política- a la cual los comentaristas no vacilan en calificar de autista,- ante las señales dadas por la calle, o por los socios externos.
Durante este verano, el FMI y el Banco Mundial suspendieron la financiación de unos proyectos en la República de Moldavia y anunciaron que la relación con dicho país permanecería congelada hasta que las autoridades emprendarían acciones decisivas a fin de solucionar los problemas de los bancos, de donde, en condiciones tenebrosas, desapareció, nada más y nada menos que mil millón de dólares, el equivalente de un 15% del PIB.
“Sería ilógico e irresponsable que el Banco Mundial transferiese a las arcas de Moldavia el dinero de sus accionistas por la puerta delantera, mientras corre el riesgo de que cantidades aún mayores de dinero público desapareciesen por la puerta trasera, a causa de los fraudes y la corrupción del sector bancario”- declaraba en aquel entonces, el director del Banco para la República de Moldavia, Alex Kremer.
Incluso la UE ha advertido que podría cortar la financiación destinada a la reforma de la justicia, por no haber cumplido las autoridades con los compromisos asumidos. Estas han bloqueado el paquete de leyes con respecto a la reorganización de la Comisión Nacional de Integridad, leyes destinadas a asegurarle la independencia, a través de la exclusión del control público.
“Estoy sumamente desilusionado- declaraba el jefe de la delegación de la UE en Chisinau, Pirkka Tapiola. El desengaño de los ciudadanos está a la altura de la decepción de Tapiola, especialmente dado que la coalición tripartita de Chisinau, declarada pro europea, que ya carece de credibilidad.
Por otra parte, lejos de ser un movimiento unitario, la protesta corre el riesgo de un desvío, seguido por consecuencias imprevisibles. Entre los manifestantes figuran no sólo defensores de la integración europea, o de la reunificación de la República de Moldavia con la Rumanía vecina, sino también militantes de extrema izquierda, promotores de un nuevo acercamiento a Moscú. De hecho, el pasado domingo por la noche, estos últimos intentaron tomar por asalto la sede de la Fiscalía General, obligando a la policía que intreviniese a la fuerza. El corresponsal de Radio Rumanía en Chisinau ha señalado que a la protesta se van a sumar también los socialistas y los populistas prorrusos, de oposición, lo que ampliaría tanto las tensiones, como la confusión.