Primer ministro en funciones en Bucarest
El lunes por la tarde acabó un episodio de la que empieza a ser una telenovela política, jurídica y médica en la dirección de la administración rumana.
Bogdan Matei, 23.06.2015, 17:00
El
presidente Klaus Iohannis ha firmado finalmente el decreto según el cual el
viceprimer ministro Gabriel Oprea será el jefe de Gobierno en funciones.
Anteriormente, el presidente había anunciado que estaba esperando los
documentos médicos que mostraran que Victor Ponta no podía cumplir con sus
atribuciones. Fuentes oficiales revelaron a la prensa que el jefe del Estado
habría afirmado antes de ver la prueba clínica que Ponta no estaba incapacitado
para liderar el Gobierno, sino sólo para andar. Después de haber sufrido un
accidente durante un partido de baloncesto, el primer ministro fue operado hace
una semana en una clínica en Turquía y ha afirmado que tiene que seguir algunos
procedimientos laboriosos de recuperación.
El domingo, el primer ministro anunció
en Facebook, su medio preferido de comunicación, que iba a solicitar a Iohannis
que aceptara el cambio temporal en la dirección del equipo ejecutivo. Siendo el
viceprimer ministro para la Seguridad y el líder de la Unión Nacional para el
Progreso de Rumanía, el colaborador más pequeño en el Gobierno dominado por los
socialdemócratas de Ponta, Oprea había asumido ya, desde la semana pasada, las
atribuciones del primer ministro en la dirección operativa de la actividad del
Ejecutivo. El anuncio de la ausencia del presidente durante casi un mes ha
ofrecido nueva munición a la oposición liberal. La copresidenta del Partido
Nacional Liberal, Alina Gorghiu, ha afirmado que esta decisión representa la
autosuspensión de Ponta y le ha solicitado nuevamente que presente su dimisión,
después de que a principios del mes, la Dirección Nacional Anticorrupción anunciara
su investigación penal por corrupción.
En cambio, la presidenta del Consejo
Nacional del Partido Social Demócrata, Rovana Plumb, ha declarado que los
socialdemócratas confían en el buen funcionamiento del Gobierno mientras Oprea sea
el primer ministro en funciones. Los analistas se han mostrado un poco más
escépticos, porque el primer ministro en funciones es uno de los personajes
políticos más sofisticados e imprevisibles. Uno que, aunque su partido, que se definió
de centroizquierda, nunca haya pasado solo la prueba electoral, ha llegado a
ser indispensable para todos los gobiernos, indiferentemente de su color
político.
Hace más de diez años, el que iba a ser el presidente Traian Băsescu acusó
a Oprea, general en la reserva y por entonces, miembro del Partido Social
Demócrata, de ser el jefe de
la mafia personal del exprimer ministro socialdemócrata Adrian Năstase. Posteriormente,
Oprea salió del Partido Social Demócrata, y Băsescu corrigió su evaluación y aceptó
la entrada de la Unión Nacional para el Progreso de Rumanía en los gabinetes
que había liderado personalmente, aunque sus líderes fuesen Emil Boc y Mihai
Răzvan Ungureanu. Hace tres años, este último gobierno cayó debido a una moción
de censura que los parlamentarios de la Unión Nacional para el Progreso de
Rumanía votaron junto con la oposición, para asociarse después a la nueva
mayoría gubernamental liderada por el Partido Social Demócrata.
El padrino de Ponta en su primer matrimonio, Oprea ha
declarado recientemente que éste es un buen primer ministro, pero el caso de
corrupción es un gran problema y que él habría presentado su dimisión. El
viceprimer ministro ha declarado también que está apoyando todas las
iniciativas del presidente Iohannis para consolidar el Estado de derecho. Y, en
el nombre del Estado de derecho, el presidente sigue solicitando desde hace
casi un mes la dimisión del primer ministro acusado de corrupción, según
recuerdan los periódicos.
(Bogdan Matei)