Escándalo a alto nivel
Atacado más de una vez por sus enemigos políticos a los que siempre ha replicado, el presidente de Rumanía, Traian Basescu recibe ahora el más duro golpe por parte de su propio hermano que está en arresto preventivo por tráfico de influencias.
România Internațional, 24.06.2014, 16:33
Atacado más de una vez por sus enemigos políticos a los que siempre ha replicado, el presidente de Rumanía, Traian Basescu recibe ahora el más duro golpe por parte de su propio hermano que está en arresto preventivo por tráfico de influencias. Pese a ello, el jefe de Estado ha declarado que no renunciará a su cargo, tal como le pide la izquierda en el poder.
Durante los 10 años de mandato presidencial, cuyo final se está acercando, el presidente Traian Basescu se ha encontrado más de una vez en situaciones delicadas. Si nos referimos solamente a las dos suspensiones del cargo, de las cuales la segunda fue seguida por un aplastante número de votos a favor de la dimisión, invalidado a causa de la presencia insuficiente ante las urnas, bastará para dar la imagen de un decenio de turbulencias políticas protagonizado en la mayoría de los casos por el jefe de Estado.
Lo que difiere ahora es el hecho de que el último golpe, sumamente duro, no vino por parte de sus adversarios tradicionales, sino por parte de su propio hermano, Mircea Basescu, detenido e investigado por tráfico de influencias. Los fiscales anticorrupción acusan al hermano del presidente de haber recibido 250.000 euros a cambio de determinar un fallo favorable en el proceso de un conocido hombre de negocios que había sido condenado por tentativa de homicidio.
El presidente negó rotundamente haber intervenido bajo forma alguna en este proceso, hecho comprobado por la pena de cárcel a la que fue condenada dicha persona. Traian Basescu ha rechazado firmemente la idea de que tenga que pagar por los actos cometidos por otra persona, en este caso su hermano. Dicha reacción se producía tras el anuncio de la propuesta del presidente del Senado al Parlamento para que adoptara una declaración para pedir la dimisión del presidente. Traian Basescu parece estar decidido a cumplir con su mandato hasta el final y conforme con sus propias declaraciones, con la misión de consolidar la justicia.
Al mismo tiempo, Basescu advierte que la alternativa sería la de que Dan Voiculescu, un hombre de negocios implicado en varios procesos que está en conflicto con el presidente, instalara a la cabeza del país un presidente marioneta, que haga los nombramientos en los cargos de fiscales y jueces a su gusto. Acosado, pero no vencido, Traian Basescu contraataca y pone en tela de juicio la credibilidad y la moralidad para juzgarle de unos dignatarios que más de una vez rechazaron la solicitud del Departamento Nacional Anticorrupción para investigar a los parlamentarios.
Por otra parte, el presidente ha declarado que no había recibido ningún tipo de información por parte de las estructuras especializadas sobre las relaciones tóxicas que existían entre su hermano y la persona en cuestión. Una declaración sorprendente, porque da lugar a especulaciones en torno a las relaciones, otrora excelentes, entre los servicios de inteligencia y el presidente cuyo mandato finalizará el próximo otoño.
Medio año antes de las elecciones presidenciales, el escenario público está sacudido peligrosamente por los hombres políticos que ya están inmersos en la fiebre electoral. El escándalo provocado por la detención del hermano del presidente debilita la posición del presidente y amenaza con excluirle de las negociaciones en curso para la unificación de la derecha y para encontrar una solución que contrarreste la dominación de la izquierda.