Descontentos sociales en Rumanía
Los empleados rumanos en dos sectores vitales, educación y sanidad, piden salarios más altos. Ştefan Stoica viene con detalles.
Ştefan Stoica, 24.05.2023, 12:30
El Gobierno rumano de coalición se encuentra en una postura ingrata, bajo una doble presión: la de los sindicatos de la educación y sanidad, que solicitan aumentos salariales significativos, y la del déficit presupuestario excesivo, que está muy por encima del límite admitido en la Unión Europea.
El lunes, los profesores y el personal no docente iniciaron una huelga general que se podría prolongar durante varias semanas, afectando de esta manera a los exámenes nacionales. Hasta ahora, las negociaciones han fracasado. Los sindicalistas quieren que las autoridades encuentren soluciones rápidas para aumentar los salarios de todo el personal docente. Los representantes de los estudiantes y los padres también han conversado con el Gobierno, y aunque apoyan las reivindicaciones de los profesores, están preocupados por los exámenes de fin de año, que tendrán lugar próximamente. El Ejecutivo afirma que la solución es la aprobación de la ley de retribución, pero los profesores ya no pueden esperar. Afirman que ya están hartos de promesas y piden que se apruebe un acto legislativo que aumente todos los salarios en la Educación hasta que el Parlamento elabore la nueva ley de retribución en el sistema público. Es necesario aumentar no solo los ingresos de los profesores principiantes, sino también los de todo el personal docente, según solicitan los sindicalistas. Se trataría de aproximadamente 260.000 personas, ha afirmado Anton Hadăr, líder de la Federación Nacional Sindical «Alma Mater»:
«No hemos recibido una propuesta con la que estemos contentos. Las soluciones a largo plazo, es decir la futura ley de retribución, tampoco avanzan. A este ritmo, garantizo que esta semana habrá huelga y creo que durará más de una semana».
En el sector de la sanidad también hay insatisfacciones sociales crecientes. Descontentos con no haberse aplicado en su caso la ley de retribución unitaria, los sindicalistas de la Federación Sanitas se han manifestado delante del Ministerio de Sanidad. Una posible huelga de los enfermeros no afectará a los pacientes en las salas de hospital, pero conllevará el aplazamiento de algunas intervenciones quirúrgicas. Leonard Bărăscu, presidente de la Federación Sanitas:
«La huelga general no significa nada para los pacientes, se lo garantizo a partir de ahora, porque los enfermos serán atendidos como antes, es decir, muy bien. El problema es que tendremos que renunciar a ciertas intervenciones quirúrgicas que puedan ser crónicas, y también se pueden cancelar ciertas citas para programarlas unos días más tarde».
Los empleados de la sanidad quieren que continúen las contrataciones en el sistema sanitario y de la asistencia social, que se concedan a todos los empleados los salarios básicos mencionados en la escala salarial, que se calculen todas las bonificaciones y la tarifa horaria para las guardias según el salario vigente, que se calcule el subsidio de alimentación según el salario mínimo bruto interprofesional actual y que haya financiación suficiente para las instituciones en los sectores sanitario y de la asistencia social. El 8 de junio tendrá lugar una huelga de advertencia con una interrupción de la actividad durante dos horas, y la huelga general está prevista para el 15 de junio.
Versión en español: Monica Tarău