Huelga general en la educación preuniversitaria
Los alumnos rumanos vuelven a quedarse en casa, porque los profesores están en huelga. Una nota de Bogdan Matei.
Bogdan Matei, 22.05.2023, 12:34
Después de que la pandemia de COVID-19 convirtiera las clases presenciales en clases en línea y alienara, en los últimos años, a toda una generación de alumnos, un nuevo terremoto sacude la educación rumana. Los alumnos han vuelto a quedarse en casa. Los sindicalistas de la educación han declarado la huelga general, descontentos con las políticas salariales y sociales del Gobierno integrado por el Partido Socialdemócrata (PSD), el Partido Nacional Liberal (PNL) y la Unión Democrática de Húngaros en Rumanía (UDMR). Se han unido al movimiento más de 150 000 docentes, a los que hay que añadir 60 000 — 70 000 personas de entre el personal docente y auxiliar. Ellos afirman que la huelga continuará hasta que el Ejecutivo aporte una solución creíble, que ofrezca perspectivas clarísimas a efectos de resolver sus problemas.
En el contexto de una inflación que superó el 15 % el año pasado, lo que disparó el costo de vida, el problema más acuciante es el dinero. Los líderes sindicales exigen salarios de 4000 leus (el equivalente a unos 800 euros) para un profesor principiante y de 7000 leus para una persona que ronda el final de su carrera docente.
Las nuevas leyes de la educación, promovidas por la ministra competente, Ligia Deca, también generan quejas. En lo que respecta al final del curso escolar, que normalmente debería ser en junio, los líderes sindicales afirman que le corresponde al Gobierno contestar si el curso escolar realmente acabará en junio y dicen, igualmente, que queda por ver si los profesores van a completar los boletines escolares de los alumnos.
En las conversaciones con el Gobierno, el presidente de la Federación Sindical Spiru Haret, Marius Nistor, ha declarado:
«Yo habría deseado –y es el deseo de todos los que trabajan en el sistema– que esta huelga general no hubiera tenido lugar. No la hemos querido nosotros, sino que nos hemos visto obligados a llegar a este punto. Es un cúmulo de quejas y la duración de la huelga dependerá estrictamente de la respuesta que el Gobierno dé y, por supuesto, del deseo de nuestros compañeros».
En respuesta a ello, el primer ministro Nicolae Ciucă asevera:
«La educación es nuestra prioridad, junto con la salud. Podemos encontrar soluciones. No podemos dejar a los alumnos en el aire, cuando falta muy poco para que se examinen y antes del final del curso escolar».
La huelga de las escuelas también provoca bloqueos políticos. Dentro de poco, según los protocolos en los que se sustenta la coalición gobernante, el liberal Ciucă debería cederle la jefatura del Ejecutivo al presidente del PSD, Marcel Ciolacu, y los partidos deberían proceder a la redistribución de los cargos. Ciolacu solicita, no obstante, que se suspendan las negociaciones relativas al próximo Gobierno hasta que se solucionen las peticiones de los sindicatos.
La prensa rumana tiende a creer que ninguno de los bandos políticos anhela ostentar la jefatura del Gobierno, en un momento en el que los sindicalistas de la Sanidad también anuncian que podrían parar el trabajo y los policías exigen, asimismo, el derecho a declarar la huelga.
Sea cual sea el color político de los gobernantes, añaden los analistas, a estos les pasarán factura, sin duda, las quejas agudas de la sociedad, a partir del mismo año que viene, cuando en Rumanía se celebren elecciones europarlamentarias, locales, parlamentarias y presidenciales.
Traducción al español: Gabriela Ristea