La Ley de Educación, a debate
La educación rumana se está preparando para más cambios.
Bogdan Matei, 15.07.2022, 11:11
En los 32 años de poscomunismo rumano, no ha habido sector más sujeto a cambios que la Educación, y esos cambios han sido a menudo perturbadores. La inestabilidad política crónica ha hecho que se vayan sucediendo en la dirección del Ministerio de Educación un montón de personajes, todos con ganas de innovar y pasar, de esta manera, a la posteridad. Como no han durado mucho en el cargo, todo lo que han conseguido, en términos generales, ha sido anular las reformas impulsadas por sus predecesores. Al cabo de tres décadas de incesante innovación, los resultados se notan. Alumnos y padres a la par condenan la confusión que genera la modificación de las reglas del juego durante el mismo.
Los rumanos que pueden hacerlo, prefieren enviar a sus hijos a estudiar al extranjero. Los graduados más brillantes del país eligen, a su vez, irse de Rumanía. La educación técnica ya no produce gran cosa, por lo que es cada vez más difícil encontrar un buen fontanero o un buen mecánico de automoción. Por el estrés y los salarios bajos, la profesión de docente tampoco resulta atractiva, de modo que, especialmente en el medio rural y en las ciudades pequeñas, dan clases cada vez más profesores suplentes.
Aunque las cifras no siempre concuerdan, los estudios de especialidad confirman, sin falta, una tasa elevada de analfabetismo funcional entre los graduados del sistema educativo rumano. En este contexto desolador, el actual ministro de Educación del gobierno integrado por el PSD, el PNL y la UDMR, el liberal Sorin Cîmpeanu, anuncia, a su vez, cambios importantes en el campo, afirmando que los mismos mejorarán la situación. Así pues, para seleccionar a sus alumnos, los institutos nacionales – título concedido a los mejores institutos del país – podrán organizar sus propios exámenes de acceso, para cubrir el 90% de sus plazas. Las plazas restantes se podrán ocupar tras la evaluación nacional – el examen que, en la actualidad también, tiene que aprobar el alumnado que ha finalizado los ocho primeros cursos. Es más, a partir del 2024, para acceder al instituto ya no se tomará en cuenta el promedio sacado en los ocho cursos de la educación secundaria, del que el ministro afirma que, lamentablemente, ha perdido su relevancia.
El examen para la obtención del título de bachiller también se modifica. La prueba escrita facultativa, específica para el campo o rama y para la especialización, dejará de condicionar la aprobación del examen. El debut como docente también cambiará por completo – ha anunciado el ministro de Educación. Según el alto cargo, habrá un período de prácticas de un año, durante el cual el futuro docente será guiado por un mentor, y se modificará la organización del examen para la obtención del estatuto de profesor titular.
Los nuevos proyectos de las leyes de la educación se someterán a debate público durante más de un mes, hasta el próximo 17 de agosto. Y los comentaristas aseveran que, como muchas otras iniciativas legislativas del Gobierno, es muy probable que éstas también sufran cambios importantes.
Versión en español: Gabriela Ristea