La “Mineriada” de junio, 32 años
En Bucarest se conmemoran 32 años desde que tuvo lugar la “Mineriada de junio de 1990.
Bogdan Matei, 14.06.2022, 11:03
Después de más de 30 años, Rumanía no consigue aclarar el peor acontecimiento de su historia después de la caída del comunismo. Hace tres años, el Tribunal Supremo de Casación y Justicia decidió devolver el caso de la “Mineriada” que tuvo lugar del 13 al 15 de junio de 1990, para rehacer la acusación considerada ilegal. En 2017, los fiscales militares habían finalizado las investigaciones. Ellos presentaron cargos contra 14 personas. Las estrellas del grupo eran el expresidente Ion Iliescu, actualmente, nonagenario, el primer ministro de aquella época, Petre Roman, su adjunto, Gelu Voican-Voiculescu, y el director del Servicio Rumano de Inteligenca en aquella época, Virgil Măgureanu. Según los investigadores, ellos habrían organizado y coordinado directamente el ataque contra los manifestantes en la Plaza de la Universidad, en el centro de Bucarest, que estaban expresando pacíficamente sus opiniones políticas, contrarias a las de la mayoría formada por la potencia política en aquella época.
El 20 de mayo de 1990, cinco meses después de la caída de la dictadura comunista de Nicolae Ceauşescu, su exministro de los años ´70, Ion Iliescu, considerado líder de la Revolución, había sido prácticamente plebiscitado, al ganar las primeras elecciones presidenciales libres con aproximadamente un 85% de los votos. Su partido, una mezcla heterogénea de revolucionarios auténticos y comunistas de segunda mano, había ganado a su vez dos tercios de los escaños en el Parlamento. La Plaza de la Universidad, ocupada desde abril por los estudiantes y proclamada “zona libre del neocomunismo”, ya había quedado vacía, porque los manifestantes habían aceptado el duro resultado de las elecciones. Donde antes habían estado decenas de miles de personas alegres y pacíficas, sólo había quedado un par de decenas de huelguistas de hambre, que parecían incapaces de continuar su vida fuera de la Plaza. Su evacuación por parte de la Policía, el 13 de junio por la noche, se realizó con una fuerza desproporcionada, que recordó la represión que tuvo lugar durante la Revolución.
Hoy tampoco está claro si aquellos que, al día siguiente, se enfrentaron a la policía en la calle y ocuparon las sedes del Ministerio del Interior y de la Televisión pública estaban realmente relacionados con la Plaza. Iliescu y su grupo los llamaron “legionarios” (extrema derecha en el período de entreguerras) y, aunque el ejército ya había restaurado el orden, llamaron a la población a salvar “la democracia que estaba en peligro”. Los mineros del Valle del Jiu (centro-oeste) siguieron su llamamiento. Solamente dos días, el 14 y el 15 de junio, dominaron la capital, donde sustituyeron a cualquier autoridad legal. Lo suficiente para dejar atrás 1.300 heridos, más de mil personas detenidas de forma abusiva y al menos seis muertos. La Universidad profanada, las sedes de los partidos de la oposición y de los periódicos independientes devastadas se añaden al cuadro de la invasión. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos emitió una decisión que obligaba a Rumanía a continuar las investigaciones en este caso, y la ex fiscal general, Laura Codruţa Koveşi, admitió que la investigación sobre la “Mineriada” fue “uno de los mayores fracasos en toda la historia del Minisetrio Público”.
Versión en español: Monica Tarău