Medidas para reducir la presión sobre los hospitales
Al enfrentarse a la situación epidemiológica más complicada desde que comenzó la pandemia, Rumanía, que ocupa el antepenúltimo lugar en la UE respecto a la vacunación, busca soluciones para reducir la presión sobre los hospitales.
Corina Cristea, 11.10.2021, 11:45
Rumanía se enfrenta a la situación más grave desde que comenzó la epidemia de COVID-19, situación considerada por algunos responsables sanitarios parecida a la de Italia durante los primeros meses de la pandemia, cuando el sistema ya no podía hacer frente al ritmo de contagios. La semana pasada se registraron varios récords negativos: más de 15.000 casos en 24 horas, el mayor número de muertes asociadas a la COVID en un solo informe, es decir 357, y más de 16.000 pacientes hospitalizados, de los que más de un 10% en las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo, los médicos han afirmado que el número de personas que necesitan cuidados intensivos es mucho mayor, y que esperan que se desocupe un lugar en las unidades de emergencias o en otros departamentos en los hospitales. El personal sanitario describe la situación en las unidades de COVID-19 como una verdadera situación de guerra, con una demanda y un ritmo de trabajo que les llevan al agotamiento. Los especialistas advierten que la gente acude muy tarde al médico y que desarrollan formas graves de la enfermedad muy rápidamente. Por otro lado, el personal del Servicio de Ambulancias se queja de que hay muchísimas solicitudes y, por lo tanto, el tiempo de respuesta se amplía.
Para reducir parte de la presión en las unidades sanitarias, las autoridades han decidido reactivar dos hospitales móviles: uno en el nordeste del país, en Leţcani, cerca de Iaşi, y el otro en Pipera, en el norte de la capital. El hospital móvil de Leţcani, dirigido por un equipo militar desde el sábado, recibirá el martes a los primeros pacientes con COVID, porque las autoridades sanitarias consideran que se necesita tiempo para tomar todas las medidas necesarias para asegurar atención sanitaria de calidad. Al principio se dispondrá de una habitación con seis camas, para pacientes en situación grave. Para funcionar a pleno rendimiento, la unidad necesita 60 asistentes y 18 médicos. El hospital móvil situado en Pipera podrá recibir al principio a aproximadamente 100 pacientes, y dentro de dos semanas estarán disponibles 374 camas con oxígeno para enfermos de COVID.
Para gestionar la cuarta ola de infecciones por coronavirus, Rumanía ha pedido incluso apoyo internacional a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil. Los Países Bajos y Polonia han enviado 250 concentradores de oxígeno, y a Hungría, país vecino, podrían ser transferidos pacientes. Por otro lado, a partir del próximo mes, el tratamiento de Regeneron con anticuerpos llegará también a los hospitales de Rumanía. Se trata de un cóctel de anticuerpos monoclonales que imita el comportamiento del sistema inmunitario, usado para tratar al expresidente estadounidense Donald Trump y que fue analizado a principios de este mes por la Agencia Europea de Medicamentos. Sin embargo, la solución para salir de la pandemia sigue siendo la vacunación, según han vuelto a recordar los especialistas y las autoridades. En el contexto del crecimiento preocupante del número de casos de coronavirus, cada vez más rumanos deciden inmunizarse.
Versión española: Monica Tarău