El estado de emergencia tras un año
Ha pasado un año desde que Rumanía entró en estado de emergencia sanitaria debido a la pandemia de coronavirus.
Eugen Coroianu, 16.03.2021, 14:00
Hace un año, el 15 de marzo, apenas tres meses después de la aparición en China del nuevo coronavirus que ha perturbado a todo el planeta, Rumanía entraba en estado de emergencia en un intento de hacer frente a la pandemia. La medida excepcional duró 60 días e implicó una serie de limitaciones drásticas de las libertades naturales y del modo de vida normal de los ciudadanos. Las ordenanzas militares cerraron todas las formas de educación, la gran mayoría de las tiendas, restaurantes, cines y gran parte de las actividades económicas, excepto las consideradas esenciales. Los viajes y desplazamientos fueron severamente limitados y los ciudadanos se vieron obligados a permanecer la mayor parte del tiempo en sus hogares. También se adoptaron medidas sanitarias especiales y se crearon centros médicos dedicados al tratamiento de pacientes con COVID-19. Estalló la fiebre loca por adquirir equipos de protección, especialmente para el personal médico en el que la gente depositó sus esperanzas. Médicos, enfermeras y otros empleados de los sistemas de salud se convirtieron en héroes y con razón, pues encabezaban la batalla contra una enfermedad casi desconocida, arriesgando sus vidas y sus familias. Y no sólo ellos, sino muchas otras personas que aseguraron que la vida siguiera tan normal como era posible.
También hubo pánico por la posible escasez de suministros. Se hicieron reservas de alimentos, medicinas y otros productos, pero incluso en estas condiciones los temores resultaron ser falsos. Rumanía logró, incluso mejor que otros países, proporcionar los bienes necesarios a los habitantes, tal vez con la excepción de los servicios médicos, pero esto era un problema incluso antes de la pandemia. No faltaron las disputas políticas y, por supuesto, disputas sociales entre los promotores y los contestatarios de las restricciones. Los rumanos, sin embargo, se comportaron con bastante calma, respetando en gran medida las reglas y mostrando suficiente espíritu cívico para no crear tensiones adicionales.
Al finalizar el plazo de 60 días del estado de emergencia, Rumanía ha permanecido en estado de alerta, que se ha ampliado mensualmente y que ha aportado nuevas restricciones o relajaciones de las medidas dependiendo de la evolución de las olas de la epidemia. Un año más tarde, los efectos son múltiples: sanitarios, sociales, económicos y políticos y, además, fallecieron más de 21.000 personas. Cerca de 860.000 fueron infectadas y aproximadamente el 90% fueron declaradas curadas. En la actualidad, Rumanía parece haber entrado en la tercera ola de la pandemia y los hospitales están abarrotados, sobre todo las unidades de cuidados intensivos. Ahora la prioridad es vacunar a la población, la principal arma contra la pandemia. Los problemas actuales se centran en asegurar las dosis necesarias, desarrollar la capacidad de inocular el suero y lograr la inmunización de la población. Rumanía, como miembro de la Unión Europea, se beneficia de las tres vacunas aprobadas en el ámbito comunitario y las recibe periódicamente, según el plan regulado en Bruselas.
Versión en español: Victoria Sepciu