La moción de censura, sin voto
El Gobierno liberal de Bucarest ha logrado sobrevivir a la moción de censura presentada por los socialdemócratas.
Bogdan Matei, 31.08.2020, 18:20
Resultado anticipado por muchos, la moción de censura presentada por los socialdemócratas contra el Gobierno monocromático del PNL fue una burbuja de jabón que se rompió en la sesión del lunes por la tarde del Parlamento, donde ni siquiera ha habido el cuórum necesario. Los iniciadores de la moción acusan al Ejecutivo de perder su credibilidad por la forma en que han venido gestionando la pandemia, de colapsar la economía y el nivel de vida de los rumanos y de saquear el presupuesto estatal bajo el amparo de la crisis sanitaria, según se mencionaría en un informe reciente del Tribunal de Cuentas. En réplica, los liberales y su defensor político, el presidente Klaus Iohannis, calificaron de irresponsable el intento de la izquierda de dejar el país sin un gobierno con plenas prerrogativas en medio de una crisis sanitaria. Para aprobar la moción y derrumbar al Gabinete liderado por Ludovic Orban, se necesitaban 233 votos, es decir, la mitad más uno del total de senadores y diputados. Después de horas de espera y repetidos intentos de llenar la sala, los autores de la moción renunciaron: se presentaron únicamente 226 parlamentarios. El Partido Nacional Liberal y sus socios, la Unión Salvad Rumanía y el Partido Movimiento Popular, habían declarado de antemano que iban a boicotear la reunión. La Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía había anunciado que iba a asistir a los debates, pero que no votaría. Los socialdemócratas y sus aliados tradicionales, el PRO Rumanía y la Alianza de Demócratas y Liberales, se han dado cuenta que ni siquiera pueden contar con el apoyo de sus propios parlamentarios.
Varios socialdemócratas invocaron problemas de salud y no se presentaron en la votación. Reconfirmado recientemente en el cargo de presidente del partido, el jefe de la Cámara de los Diputados, Marcel Ciolacu, amenazó con excluir del partido a los que no se presentaron. Los socialdemócratas siguen contando con el mayor número de escaños en el Parlamento, aunque su número haya disminuido constantemente. Precedido por las elecciones locales del 27 de septiembre, el escrutinio legislativo programado para dentro de 3 meses podría reducir a la mitad el número de senadores y diputados socialdemócratas, según muestran los sondeos sobre las intenciones de voto.
Los comentaristas especulan que muchos socialdemócratas saben que sus nombres ya no estarán en las listas y han dejado de cumplir con las órdenes. Del otro lado de la barricada, el PNL mantiene su Gobierno, pero la baja participación de sus parlamentarios, alrededor del 22 por ciento, plantea serias dudas sobre su legitimidad.
De hecho, a principios de año, el Gobierno de Orban fue cesado por una moción de censura y reinstalado, poco después, incluso con los votos de la izquierda, para gestionar la crisis provocada por la pandemia. Todos los altibajos del escenario político señalan, según los analistas, la necesidad de renovar la composición del Senado y de la Cámara de Diputados, con motivo de las próximas elecciones legislativas. Porque, aunque definido como una institución fundamental de la democracia, el Parlamento disfruta únicamente del 10 por ciento de la confianza de los rumanos.